"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 14 de septiembre de 2025
MANUEL RUIZ AMEZCUA
Fuego
en lo oscuro
A Sara, nuestra perra
Acaba
de nacerle un hijo.
Lo
ha llevado en su vientre
dos
meses y unos días.
Va
de acá para allá
con
la locura del instinto,
con
el desasosiego de la sangre,
con
el temor de la tristeza.
Gruñe
y jadea, mueve
El
cuerpecillo inmóvil.
Sus
ojos son el reino del espanto.
Hay
algo que la enloquece,
que
no entiende,
que
no puede comprender.
Y
mira desde otro mundo…
Se
queda quieta, esperando a la vida.
Se
queda sola, lamiendo a la muerte.
PILAR SANABRIA
La
sonda
Buscaron
un ocre tesoro líquido de oro entre mis piernas
que
solamente yo conocía. Una mina ductil con el don de un cofre.
Allí
hundieron como alabarderas ese díscolo áspid y fue a ciegas, una tarde en la
sala de urgencias, practicaron en mí una decoración de interiores.
En
la bolsa dulces flagelos rosas salieron de mí flotando, volviéndose unicornios
tornasolados,
peces
de grafito que se columpiaron como un misterio. Calma, me decía, este garfio de
inquisición cesará, esta fuente amarilla que no mana ahora
es
tan solo un modesto pozo trasnochado en duermevela, la doméstica variedad de mi
frontera.
Luego,
atravesando ese dintel, parecía no estar en mí, haberse enlazado de por vida a
la caligrafía de mi vientre.
Parece
que obtuvo su parca victoria en aquella guerra civil de mi dolor.
Y
como era una sonda, escabel propicio a mi entraña, umbral hacia el gozne
nublado de mi escasa borrasca, sacó a bailar a la más fea de mi lluvia
y se
abrieron aplaudiendo todos los paraguas de la madrugada.
De:
“No fue de charol mi otoño de adentro”
MARÍA TERESA RAMÍREZ
Oda
a Benkos Biojó
Adelante
mi etnia
huyendo, luchando, somos libres
añú elelo lo lai
asesinada mi gente
torturada nuestra gente.
Benkos
artífice
de nuestra libertad,
libertad de los negros.
Benkos
te saludo
nos mostraste el camino
Elégua, Elégua
tranzada al revés la vida.
Los
niños
los jóvenes
los abuelos
liberados unidos
en un solo abrazo: negros
y hermanos indios.
Todos
los días
te bendecimos
Benkos Biojó.
GLORIA POSADA
Diáspora
Paredes
y techos
se deshacen
Retornan a jardines
y calles
Vientos extienden paisajes
llevan ciudad devastada
hacia luz
ELVIRA ALEJANDRA QUINTERO
Que empiece a hablar el fuego
Dejemos
que la luz se meta y acose hasta develar los secretos guardados. Es lo que hace
falta.
Están allí estorbando desde la vez que los aceptamos como aliados.
Sólo después volveremos a pisar la tierra con los pies descalzos y
descifraremos el mensaje.
Que empiece a hablar el fuego y escoja lo que crea conveniente. Que no dude en
borrar.
Tal vez después bebamos a plenitud las aguas claras y bañemos en ellas nuestros
cuerpos sin miedo al torrente.
Y que el viento se lo lleve todo y no nos diga el nombre de la otra ciudad.
Así no nos asaltará la tentación de repetirnos.
GERARDO VENTEO
La
suya era una casa sencilla de paredes blancas y un
tejado
de amparo abierto como las manos que en su
cobijo
redimían de todas las afrentas de los días y
su
frío; una casa de anchuras para recoger el campo
y
unos ojos abiertos a la calle para no olvidar la
anchura
del mundo ni el futuro. Su casa, a su imagen
y
semejanza, era buena.
De:
“La veladora”
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