jueves, 9 de noviembre de 2023


 

JUAN CAMERON

 

 

 

Y el muro de Berlín sobre la mesa lucía tu retrato

 



Polacos como cuervos       rumanos en la nada

entraban en las piezas llevándose las horas

los marcos       las ventanas       coronas y corolas

y muerta el Ave Fénix quemada en tercer grado

se derrumbaba el mito

 

Todo lo sostenías       los hijos       las caretas

el informe político       la situación del tiempo

las palabras        la magia que usurpaste escondida

por todas las fronteras bajo ese doble fondo

 

El mundo destruiste a mis espaldas

 y no te hiciste sal si en los aviones

aplaudías la derrota

Ladrillo tras ladrillo      historia tras historia

arrancaste la base sin piedad en homenaje

 a oscuros funcionarios

Se te dijo

Se te advirtió

los imperios son dulces como niñas de fotos victorianas

las potencias       cáscaras de huevo       los poderes

tiemblan sobre sí mismos en silencio

Pero tú lo sabías

 

Y ahora qué me dices

quiénes son estos bárbaros por las habitaciones

los caídos alfiles       a quien rinden tributo en esta hora

Nada ha quedado en pie después de los naufragios

Sóla la mesa al fondo navega entre las sobras

restos certificados       graffittis de otra historia

Y el Muro de Berlín sobre la mesa lucía tu retrato.

 


De: “Como un ave migratoria en la jaula de Fénix”

 

 

ROZZ WILLIAMS

 

  

 

La belleza como palabra

 


La belleza me ciega
Me enferma así que vacío mi estómago
Pozo de vulgaridad
Porque la belleza se extiende como la enfermedad
crece como un tumor en el pecho del placer
se acepta como una bendición
pero cuelga como una corona maldita
en la cabeza de un cadáver
puesta en sus joyas más preciadas

 

La belleza es la farsa en la lengua del mentiroso
sólo en la verdad se despliega
en las páginas de mis sueños
donde se vuelve más hermosa
que la palabra garabateada en el rostro de una cicatriz

 

 

VÍCTOR RUIZ

 

  

 

Sutra

 



Esta mañana, mientras preparaba mi café,

encontré un insecto aleteando al fondo de la taza,

tenía señales de haber batallado toda la noche,

tratando de recuperar​​ su libertad arrebatada

por una cárcel de cerámica absurda.

 

Lo tomé delicadamente entre mis dedos, 

observé su diminuta existencia 

y comprendí: 

en ese frenético aleteo 

se reflejan nuestras mentes 

aferradas a una presión de vanidades, 

buscando la salida,

mirando hacia atrás o adelante, 

sin levantar nunca los ojos 

hacia el cielo sin nubes.

 

Como cuenco que llama al presente,

el sonido de la cafetera me sacó del ensueño,

coloqué a la pequeña criatura en el borde de la ventana,

después de unos segundos,

elevó el vuelo y se perdió en el vacío.

 

Yo regresé a mi irrisoria prisión.

 

LUIS ALBERTO MAYORGA

  

 

 

Escuelas en USA


              Tiroteos en escuelas de EEUU marcan nuevo récord en 2022.

Hasta el 24 de octubre ha habido 257 tiroteos.

 

 

 

 

   Aquí   las escuelas tienen miedo,

enseñan a los niños a llorar en silencio,

a esconderse en segundos bajo el pupitre,

a llamar al 911 pulsando temblores,

a cerrar los ojos y hacerse invisibles,

a mantenerse callados para distraer la bala

que navega en el aire del salón

buscando una sonrisa y dientes de leche.

 

Bala y rifle regalados por el Tío Sam

como obsequio de navidad

al niño psicópata que la usa

para jugar a la cacería

en una escuela cualquiera de Estados Unidos.

 

 

 

PAMELA ÁGUILA

 

 

 

9

 


regreso a la oscuridad

 

sueño que palpo el agua y me dice este dolor no es tuyo

 

 

¿qué pasaría si lograra des aprender aquello que me hace  ser menos yo?

 

 

MERCEDES ESCOLANO

  


 

Aguamarina

 

«Por el número de escoriaciones
del buque conocemos la cantidad de
sus viajes:
por las escoriaciones de nuestra piel,
cuántas veces hemos amado.»
Cristina Peri Rossi

 

 

 

Había perdido el timón y las estrellas,
equivocó el marino muslos con bitácoras,
nacarados senos arrancó el arrecife
con los labios que el alba nunca había dormido.
Amanecía el buque y la sangre
debatíase en escamas plateadas sobre el mar.
Brazos como remos rizaban las olas, urgente
por tu cuerpo el beso, la travesía era.
Equinoccios de sal mordían sus ojos
dejándolo ciego
sonámbulo
náufrago de amor y otras batallas.
Sobre tu espalda
aguamarina una flor azul
al medio día
lanzaba por la borda.