lunes, 9 de diciembre de 2019


ROBERT FROST





Siega



En la linde del bosque no había más sonido
que el leve cuchicheo de una larga guadaña
hablando con la tierra. No sé qué le diría.
Quizás le contaba algo sobre el calor del sol,
o quizás algo acerca de aquel vasto silencio,
y por esto su voz no era más que susurro.
No le hablaba de un sueño nacido de los ocios,
ni de oro regalado por algún hada o duende:
fuera de la verdad, todo parece frágil
para el ferviente amor que alineó gavillas,
no sin dejar algunas flores (blancas orquídeas) ,
y asustó a una serpiente de un verde coruscante.
El sueño más hermoso que el trabajo conoce
son los hechos. Mi larga guadaña susurró,
y olvidóse del heno.


Versión de Agustí Bartra

VICENTE NÚÑEZ





Saber, pensar



   Sólo a mis amigos ignorantes debo reflexiones sobre la
      sabiduría.
   La sabiduría es inculta.
   Tan inútil es el oro como la sabiduría. Siempre gana el
      ladrón.
 Conserva siempre tu ignorancia. Te hará dios.
 Mi maestro es un niño. No dejéis que se acerque a mí.
 Es muy aconsejable dar a las conclusiones tratamiento
      de hipótesis.
 Todo lo previo a la conclusión, sobraba.
 La actividad desborda al pensamiento.
 El pensamiento es lo corpóreo.
 El pensamiento es insumiso a la coherencia.
 Cuando se envidia se desmorona la inteligencia del
      desprecio.
 Galileo tenía de Einstein un concepto newtoniano.
 Todo lo inteligente es cine.
 Bendita seas, pobreza, que haces posible la sabiduría.



De: "Sofisma"

LINA ZERÓN





Letanía



Benditas las mujeres que protegen el fruto de su vientre,
asumiendo la parábola de su belleza bajo un delantal,
aquellas que lavan su rostro con el manto de la rutina
y aprenden a alzar la voz , aunque sólo se tenga la voz.

Benditas las mujeres que arrastran la cruz de impuras,
regando su futuro con lágrimas de ausencias,
que encuentran  purificación en el agua de cualquier río
y tejen amores dispersos en el manar del tiempo.
  
Benditas las mujeres que se enamoran,
las hechiceras de la noche,
las que comparten el fuego de las bodas del cuerpo
en la consagración de la piel.

Benditas las que gritan lo que el corazón profesa,
las que escuchan y las que imponen su palabra,
también las que callan su verdadera pasión,
sobreviviendo como agua estancada y triste.

Benditas las que enfrentan el nido vacío,
reviviendo cada noche el éxodo desde su origen.

Benditas las que son tormenta, río sin cauce,
a las que llaman locas, revoltosas,
liberadas, feministas,
y son capaces de atropellar al viento con una mirada.

Benditas las hembras con fracturas y fragmentos.
Benditas Nosotras, matriz del universo.



JUAN JOSÉ ARREOLA





Duermevela



Un cuerpo claro se desplaza limpiamente en el cielo. Usted enciende sus motores y despega vertical. Ya en plena aceleración, corrige su trayectoria y se acopla con ella en el perigeo.

Hizo un cálculo perfecto. Se trata de un cuerpo de mujer que sigue como casi todas una órbita elíptica.

En el momento preciso en que los dos van a llegar a su apogeo, suena el despertador con retraso. ¿Qué hacer?

¿Desayunar a toda velocidad y olvidarla para siempre en la oficina? ¿O quedarse en la cama con riesgo de perder el empleo para intentar un segundo lanzamiento y cumplir su misión en el espacio?

Conteste con toda sinceridad. Si acierta le enviamos a vuelta de correo y sin costo alguno, la reproducción del cuadro que Marc Chagall ha pintado especialmente a todo color para los lectores interesados en el tema.


De: “Variaciones sintácticas” en “Palíndroma”

JACK KEROUAC





Bruma antes de la cima
- el sueño
Continúa.

De: “Desolation Angels”


SAUL IBARGOYEN





Descripción de un sueño



Es el sueño de tocar
la realidad
como una tortilla con su chile
y sus trazos de salsa en la carne:
fue lo así soñado
con muertos ojos de otro
con ceguera de mundo conocido:
pies desnudados corriendo
sobre tanto vidrio
y no verse la cara propia
sólo cuerpo de pecho para abajo
hacia la basura sin hedor
de esta misma ciudad
que ya fuera de su sueño
el recuperado cuerpo habita.
Muchachos en cuero y en piel
duras imágenes creciendo
su muerte en los viaductos:
cáscaras de automóviles
perforadas por huesos
manchones herrumbrados
por los jugos de la intimidad
por el grito que a toda pérdida conduce
destrucciones de cada soñar
porque el párpado no llega
a la pura realidad
del sueño que tú agregas
a este sueño.
Pies enterrándose en vidrios desgarrados
la piel de los muchachos
reseca contra el pavimento
papel que saltará con noticias distintas.
Un niño en su caja
sentado entre trapos y mugres
la cabeza pretende dormir
salirse del sueño contemplado
sangre por el pelo la nuca
los brazos:
                 la madre soñada
coloca en su cráneo
el sacrificio de una rata
partida a metal.
(No estamos en ninguna
realidad de piedra.)
Mueve el niño su voz
que no se entiende
por estar agarrada
al sonido del sueño.
Desoñar la verdad del silencio
arrancar el animal
antes que muera
antes que la luz
del día inevitable
explote en los ojos
y nuevamente así
nos enceguezca.