martes, 15 de octubre de 2013

MARWAN




La triste historia de tu cuerpo sobre el mío



Todavía me acuerdo de ese verano.
Mi soledad y tu soledad se acostaban juntas
jugaban a pegar trozos, maderas del galeón hundido.
Nos besábamos con verdadero dolor
con la piel en el presente y la cabeza en el pasado
recordando fechas, olvidando promesas
y nos sumergíamos en la noche de las piernas
sorteando el miedo como en una carrera de obstáculos
contra los monstruos del desaliento.

El sudor era una tregua entre cien aёos de guerra,
nos queríamos morir, tan bonitos y tan tristes
como un juguete nuevo en una fábrica abandonada.
Yo tenía 15 y tú 17. No, no eran nuestros aёos
sino nuestros fracasos,
esos episodios que te definen mejor
que cualquier costumbre familiar.

"¡Venga, despierta!" me decías
y yo te miraba en espiral
porque te amaba pero quería salir corriendo.
Mis dedos no sabían ya pronunciar una caricia
sin que surgiera un nuevo temor desde las yemas.
Incapaz de mirar a las decepciones a la cara
volvía de lleno a tu centro, a derramarme, a licuarme,
a llenarte de blanco la oscuridad,
a dejarte pringada la soledad,
a cubrirte con los chorros de mi angustia.
Te metía los dedos bajo la tristeza
y los sacaba mojados de promesas rotas:
tu coёo era una guarida tenue
mi corazón una maquina de hielo.

Así pasó el tiempo,
como un tren de sólo dos pasajeros
camino hacia la desilusión.

Luego nos dimos cuenta de todo,
de que ese verano en realidad fuiste mía
de que mi vida estaba a tu nombre
pero como suele pasar
nos dimos cuenta tarde.



ALEJANDRA PIZARNIK





El despertar


                                                      A León Ostrov


Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios

Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos

Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre

Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.

Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue

¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?

¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?

El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado
Las preguntas de piedra en piedra
Las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual

Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde

Señor
Arroja los féretros de mi sangre

Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón

Recuerdo las negras mañanas de sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo


De "Las aventuras perdidas"



ALFONSINA STORNI




Dulce tortura



Polvo de oro en tus manos fue mi melancolía
sobre tus manos largas desparramé mi vida;
mis dulzuras quedaron a tus manos prendidas;
ahora soy un ánfora de perfumes vacía.

Cuánta dulce tortura quietamente sufrida
cuando, picada el alma de tristeza sombría,
sabedora de engaños, me pasada los días
¡besando las dos manos que me ajaban la vida!



ALFREDO PALACIO





"atesora lo que pierdes"
                                          DIANA BELLESSI


QUE TRUCO HIZO LA NOCHE
que el infierno pesa entre los dientes.
Vacío de homenajes
me presto al funeral de los espejos
                                                            sólo para resistir.

De “Filamentos”


YANINA MAGRINI




XV



En el reflejo se destruye lo profundo de sí;
la naturaleza, los sueños.
Niño hecho de niño. Niño de sombra escarcha.
Susurro de melodía. Arrullo.
Bajo el agua de la noche, el hombre pierde a ese niño,
lo fisura
lo traiciona.

Lo que salva el deseo de amar, es la sed de ese sueño. Repetir lo que nunca dijimos. Callar, digo.
Abrir la palabra en lo escrito.   Sacar la venda
al aire

la herida.

Y dejar que sane, como pueda,    por ese silencio.




SUSANA QUIROGA




La noche




la noche
enredada de estrellas
cabe en la inmensidad
de tus ojos
en mi anhelo
sitiado
en los cuerpos