"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 27 de agosto de 2016
ALI CHUMACERO
Eres
el tallo que los ojos hiere
murmurando una luz anochecida;
eres aliento encadenado al fuego,
paloma navegando en la mirada
con inocencia de disuelto aroma.
murmurando una luz anochecida;
eres aliento encadenado al fuego,
paloma navegando en la mirada
con inocencia de disuelto aroma.
Eres
perfume espeso, flor vencida,
caricia de un aroma enamorado;
eres espacio donde se origina
un oscuro gemido prisionero,
como latido de ala en el rocío.
caricia de un aroma enamorado;
eres espacio donde se origina
un oscuro gemido prisionero,
como latido de ala en el rocío.
Eres
lenta penumbra que los labios
cruza en silencio; apenas leve huella
de un sabor a la sombra derramado;
espuma prisionera en su cristal,
hecha sonido, luz, aroma y pluma.
cruza en silencio; apenas leve huella
de un sabor a la sombra derramado;
espuma prisionera en su cristal,
hecha sonido, luz, aroma y pluma.
Eres
tal un murmullo transparente
en temblorosa vibración vertido;
eres flor de aire que navega incierta
como sonoro viaje hacia el oído
o aleteo herido de azucena.
en temblorosa vibración vertido;
eres flor de aire que navega incierta
como sonoro viaje hacia el oído
o aleteo herido de azucena.
Eres
aroma preso entre mis manos
hasta decir caricia fugitiva;
una huida paloma sobre el cuerpo,
al contacto del mío temblorosa,
bajo el cálido vuelo de mi tacto.
hasta decir caricia fugitiva;
una huida paloma sobre el cuerpo,
al contacto del mío temblorosa,
bajo el cálido vuelo de mi tacto.
Mas
cruzas como un sueño desnudado,
fugaz como el correr del agua pura;
sueño que se desborda de su forma,
última espuma que en tu piel murmura
la postrera fatiga del deseo.
fugaz como el correr del agua pura;
sueño que se desborda de su forma,
última espuma que en tu piel murmura
la postrera fatiga del deseo.
Sólo
un aroma erige la blancura
o aurora de tu voz acariciada,
así de alba es la antigua ola
que urdida en sal y caracol asciende
y después en afán queda anegada.
o aurora de tu voz acariciada,
así de alba es la antigua ola
que urdida en sal y caracol asciende
y después en afán queda anegada.
Así
también mis labios en silencio
reciben el murmullo de tu piel,
al oír a las alas de tus poros
convertirse en alientos y gemidos
y en un suave sudor de flor tranquila.
reciben el murmullo de tu piel,
al oír a las alas de tus poros
convertirse en alientos y gemidos
y en un suave sudor de flor tranquila.
Entonces
ya no labios, sino oídos
ardientes para asirte y contemplarte,
como a estatua bañada por la música
de una tristeza o ángel deslizado
que mordiera tu imagen silenciosa.
ardientes para asirte y contemplarte,
como a estatua bañada por la música
de una tristeza o ángel deslizado
que mordiera tu imagen silenciosa.
Porque
el tacto ilumina tu desnudo
que a su trémulo encuentro se ha mudado
en sal, paloma, vuelo, rosa y llama,
y oye cómo por tu piel florece
y madura la sombra de la muerte.
que a su trémulo encuentro se ha mudado
en sal, paloma, vuelo, rosa y llama,
y oye cómo por tu piel florece
y madura la sombra de la muerte.
LUISA CASTRO
Buenas noches
Yo sólo espero
que llegue la noche para poder dormir.
Darán las once -no es la hora
todavía
de que se acuesten los niños-.
Un poco más y podré cerrar los ojos
hasta mañana.
El día me despertará
con la misma disculpa de siempre.
Le perdonaré, sí.
Yo sólo espero
que llegue la noche para poder dormir.
Darán las once -no es la hora
todavía
de que se acuesten los niños-.
Un poco más y podré cerrar los ojos
hasta mañana.
El día me despertará
con la misma disculpa de siempre.
Le perdonaré, sí.
**
Yo sólo deseo
que pase el tiempo y por fin llegue la muerte.
Que pase sobre mi cabeza y mi cuerpo
corriendo
hasta que pueda decir
basta, ya me has bautizado,
nada nuevo sucederá
si dejas caer sobre mí
el agua y tus bendiciones.
Yo sólo deseo
que pase el tiempo y por fin llegue la muerte.
Que pase sobre mi cabeza y mi cuerpo
corriendo
hasta que pueda decir
basta, ya me has bautizado,
nada nuevo sucederá
si dejas caer sobre mí
el agua y tus bendiciones.
Sólo
deseo eso.
Que pase el tiempo deprisa,
que llegue la vejez
y ya nada importe,
sólo lo que a solas en mi corazón sobreviva,
sólo lo que me acompañe hasta allí
y también allí
todo eso me abandone.
Que pase el tiempo deprisa,
que llegue la vejez
y ya nada importe,
sólo lo que a solas en mi corazón sobreviva,
sólo lo que me acompañe hasta allí
y también allí
todo eso me abandone.
De: "De mí haré una estatua
ecuestre"
JOSE LUIS CANO
Dulce
tumba
Junto a la orilla de este mar quisiera
a la sombra morir de su hermosura,
entreabiertos los labios, y esta dura
melancolía hiriendo el sol de fuera.
Como otro pino más de la ribera
quisiera allí soñar. Allí mi impura
sangre desnudará su rama oscura
y allí la tendrá el aire prisionera.
Junto a la orilla de este mar quisiera
a la sombra morir de su hermosura,
entreabiertos los labios, y esta dura
melancolía hiriendo el sol de fuera.
Como otro pino más de la ribera
quisiera allí soñar. Allí mi impura
sangre desnudará su rama oscura
y allí la tendrá el aire prisionera.
A
flor de arena el cuerpo amortecido,
allí el vívido azul de la bahía
hermoseará su nombre y su latido.
allí el vívido azul de la bahía
hermoseará su nombre y su latido.
Y el
eco oiré, cual una melodía,
de unos pies al pasar, ya en dulce olvido
de tu hermosura, oh playa triste y mía.
de unos pies al pasar, ya en dulce olvido
de tu hermosura, oh playa triste y mía.
RAMIRO FONTE
El enemigo
Cuando estés un poco malogrado
O te importune ese personaje
Que la derrota, muy sutil urdiera,
Puede hacer asomar en tu rostro,
No arrojes tu sueño como un anillo al río,
Sobre aquello que amas no puedas renunciar.
Cuando estés un poco malherido,
Quizás también oscuro, puede que un tanto harto
Y, al procurar verso, no encuentres
La música apropiada, lo que te exige el canto,
Recuerda que algún día fuiste dueño,
Que guardar silencio puede ser causa grande.
Cuando llenes de vaho los espejos con la tristeza
De ese ser que los procura, y anda errante en la casa
Como un barco impaciente que abandonó el mar,
Nunca pierdas el rastro de las estrellas
Fugitivas, y nunca te abandones
Al gesto vano, a lo falso o a la mentira.
Cuando quieras vivir
Por un país que esté más al norte,
Más cerca de la vida; al abrigo de otros puertos
A los que desciende el cielo con toda la claridad,
Y lejos de estos hombres que no quieren
Saber lo que tú mucho querrías,
Piensa en la casa sola que, desnuda, se dirige
Valiente y traicionada hacia el mar;
Y que debes salvarla, dándole otros caminos.
Es así que en esta hora te sucede
Que estás un poco triste, malherido,
Un tanto malogrado y sabes letras
De esas torpes canciones del desencanto,
Mi viejo capitán de las bajas horas,
Olvídate de mí, pero no olvides
Los pactos misteriosos a los que entre los dos llegamos,
Deja que suene la música. Y que pase otra vez.
De: “Adeus Norte”
Cuando estés un poco malogrado
O te importune ese personaje
Que la derrota, muy sutil urdiera,
Puede hacer asomar en tu rostro,
No arrojes tu sueño como un anillo al río,
Sobre aquello que amas no puedas renunciar.
Cuando estés un poco malherido,
Quizás también oscuro, puede que un tanto harto
Y, al procurar verso, no encuentres
La música apropiada, lo que te exige el canto,
Recuerda que algún día fuiste dueño,
Que guardar silencio puede ser causa grande.
Cuando llenes de vaho los espejos con la tristeza
De ese ser que los procura, y anda errante en la casa
Como un barco impaciente que abandonó el mar,
Nunca pierdas el rastro de las estrellas
Fugitivas, y nunca te abandones
Al gesto vano, a lo falso o a la mentira.
Cuando quieras vivir
Por un país que esté más al norte,
Más cerca de la vida; al abrigo de otros puertos
A los que desciende el cielo con toda la claridad,
Y lejos de estos hombres que no quieren
Saber lo que tú mucho querrías,
Piensa en la casa sola que, desnuda, se dirige
Valiente y traicionada hacia el mar;
Y que debes salvarla, dándole otros caminos.
Es así que en esta hora te sucede
Que estás un poco triste, malherido,
Un tanto malogrado y sabes letras
De esas torpes canciones del desencanto,
Mi viejo capitán de las bajas horas,
Olvídate de mí, pero no olvides
Los pactos misteriosos a los que entre los dos llegamos,
Deja que suene la música. Y que pase otra vez.
De: “Adeus Norte”
JUAN DEL ENCINA
Más
vale trocar
placer por dolores
que estar sin amores.
donde es agradecido
es dulce morir;
vivir en olvido
aquel no es vivir;
mejor es sufrir
pasión y dolores
que estar sin amores.
Es vida perdida
vivir sin amar;
y más es que vida
saberla emular;
mejor es penar
sufriendo dolores
que estar sin amores.
La muerte es vitoria
do vive afición;
que espere haber gloria
quien sufre pasión:
más vale prisión
de tales dolores
que estar sin amores.
el que es muy penado
más goza de amor;
que el mucho cuidado
le quita el temor;
así que es mejor
amar con dolores
que estar sin amores.
No teme tormento
quien ama con fe,
si su pensamiento
sin causa no fue;
habiendo por qué,
más valen dolores
que estar sin amores.
placer por dolores
que estar sin amores.
donde es agradecido
es dulce morir;
vivir en olvido
aquel no es vivir;
mejor es sufrir
pasión y dolores
que estar sin amores.
Es vida perdida
vivir sin amar;
y más es que vida
saberla emular;
mejor es penar
sufriendo dolores
que estar sin amores.
La muerte es vitoria
do vive afición;
que espere haber gloria
quien sufre pasión:
más vale prisión
de tales dolores
que estar sin amores.
el que es muy penado
más goza de amor;
que el mucho cuidado
le quita el temor;
así que es mejor
amar con dolores
que estar sin amores.
No teme tormento
quien ama con fe,
si su pensamiento
sin causa no fue;
habiendo por qué,
más valen dolores
que estar sin amores.
Amor
que no pena
no pida placer,
pues ya le condena
su poco querer:
mejor es perder
placer por dolores
que estar sin amores.
no pida placer,
pues ya le condena
su poco querer:
mejor es perder
placer por dolores
que estar sin amores.
PAÚL CELAN
Ciégate para siempre...
Ciégate para siempre:
también la eternidad está llena de ojos-
allí
se ahoga lo que hizo caminar a las imágenes
al término en que han aparecido,
allí
se extingue lo que del lenguaje
también te ha retirado con un gesto,
lo que dejabas iniciarse como
la danza de dos palabras sólo hechas
de otoño y seda y nada.
Ciégate para siempre:
también la eternidad está llena de ojos-
allí
se ahoga lo que hizo caminar a las imágenes
al término en que han aparecido,
allí
se extingue lo que del lenguaje
también te ha retirado con un gesto,
lo que dejabas iniciarse como
la danza de dos palabras sólo hechas
de otoño y seda y nada.
De "Cambio de aliento"
Versión de José Ángel Valente
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