"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 11 de octubre de 2016
JULIETA MORENO
Zorzal
Cuando
tengamos un hijo
no sé
si le ponga nombre
tal
vez lo aborte o lo escupa cuando me acuerde de algunas calles
que
transito normalmente
si se
hace de noche no sé si le ponga tu nombre
porque
va a tener tus ojos y eso me dolerá en los míos
y
será como un hijo que no quieres conocer
porque
sabes que tendrá mis colores
entonces
rayaremos las murallas
lo
subiré a mi espalda y caminaremos a paso vacío por calles fragmentadas
no
sabrá caminar y yo le enseñaré a levantar los brazos para pedir perdón
o
quizá lo deje en algún hospital de niños
para
que le tejan chalecos de miel y le hablen sobre los papás
que
nunca tuvo pero que vendrán a buscarlo
mirará
por la ventana y llorará pensando en la mami del pelo negro
el
único recuerdo que le queda
cuando
crezca irá al colegio y buscará en cada aula a la profesora que lo abandonó
no se
encontrará con su padre hasta muchos años después
cuando
se suba a la estación sta. rosa de la línea 4A
y se
encuentre con sus ojos en los de hombre de bigote blanco
que
mira hacia la ventana,
mirará
los grafitis
mirará
al señor
y
pensará en los fragmentos de las calles recorridas
cuando
su madre lo llevaba al hombro
no le
hablará a su padre
y
tendrá que bajar de la estación para poder llorar.
MARCELO DÍAZ
Samoa
En
los instantes en que prometo preservar
las
formas primarias del barro me siento
como
esas familias de pescadores de la sabana
que
usan redes y en ocasiones especiales
un
arco desde los márgenes del río
manteniendo
distancia del destino fatal de los peces.
Por
la tarde soy el resplandor que se congela
en
los brotes del durazno. No disponemos
de la
materia para moldear variaciones.
Es
posible que en los ojos de algún pez
se
restituya la imagen del porvenir y al revés
es
posible que el pez anuncie la estampida inminente
en
los vientos de la furia. Quiero decir
soy
yo, solo, y mi corazón, en otra parte.
SUSANA THÉNON
Aquí
Clávate,
deseo,
en mi
costado rabioso
y
moja tus pupilas
por
mi última muerte.
Aquí
la sangre,
aquí
el beso roto,
aquí
la torpe furia de dios
medrando
en mis huesos.
CARLOS APREA
para
hacer el amor infinito
cuando
la canción se despereza ya partí,
entonces
ella
es la
que me persigue.
MARÍA NEGRONI
Poética
empieza como espiral de nada
con esa precisión
y luego avanza a ciegas
es decir retrocede
a cierto cielo
aún desconocido
y en ese movimiento
nunca lo que es
aparece
ni siquiera
lo que no es
pero algo se va
sin hacer ruido
y vuelve a empezar
por otro lado
a esto se le llama
desaparecer en lo real
empieza como espiral de nada
con esa precisión
y luego avanza a ciegas
es decir retrocede
a cierto cielo
aún desconocido
y en ese movimiento
nunca lo que es
aparece
ni siquiera
lo que no es
pero algo se va
sin hacer ruido
y vuelve a empezar
por otro lado
a esto se le llama
desaparecer en lo real
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