viernes, 18 de julio de 2025


 

CARLOS CATENA CÓZAR

 

 

 

Escapismo

errante y extranjero serás en la tierra, sin poder descansar jamás.

GÉNESIS 4:11

 

 

I

Como el ruido de los aviones,

que no se oye pero impide escuchar

a quien viaja a tu lado,

así la duda:

¿puede este avión caer

por el peso de sus pasajeros?

Expulsamos el humo negro del error,

nos envuelve, forma

la nube densa de un tornado.

¿Por qué habría nadie de llamar

belleza o historia

a esta piedra de Sísifo de una

y otra vez hacer las maletas,

despedirse,

cavar unos cimientos nuevos?

¿Por qué iba nadie a fantasear

con esta vida:

recorremos el camino una

y otra vez en busca de un accidente.

 

 

II

No debo escribir sobre aviones:

emergen constantes del tornado

y contaminan el poema.

Cuántos minutos de oxígeno

robo al lector

cuando en el poema me lamento

por algo a lo que nadie me obliga.

No debes romantizar los aviones,

dijo un examante sin leer

ni uno solo de mis poemas,

y yo me enfadé tanto

que quise montarme en un avión

y marcharme.

 

 

III

Vago por el aeropuerto,

voy cargado con maletas,

escondo libros en los bolsillos,

cruzo los dedos para no pesar más

de lo que la aerolínea considere

que debe pesar una vida.

También marcharse está prohibido,

dicen ahora las autoridades y hay

un océano de peces sin agua

vagando por los pasillos del aeropuerto.

Buscan la solución a sus problemas:

el aburrimiento, la pobreza, la certidumbre

de que tampoco tú 

harás mis días felices.

 

 

IV

Dirán fuga o dirán éxodo,

quizá una palabra como diáspora

que —tan linda—

incluye la reproducción y las aventuras

de la semilla hasta ser hongo.

Es en realidad un avión

de gente triste, un castigo

del gobierno o los dioses.

Qué pueden hacer

en el aeropuerto los padres,

dicen adiós y sonríen.

No es de todos este miedo

al ojo del huracán: 

es un avión

envuelto en nubes negras

donde nadie espera de tu boca

siquiera una palabra.

 

 

ARTURO GUTIÉRREZ PLAZA

 

  

 

Wanderer-To-Come-To-The-Secret-Place-

Where-Waits-The-Discovery-That-Moves-The-Heart

ROBERT DUNCAN

 

  

De este lado de la vida
amanece más temprano,
aunque el sol no lo sabe.

De este lado, cuando llueve
no hay paraguas. Todos leen
las nubes con el tacto.

No hizo falta atravesar un río
para llegar aquí, simplemente
me detuve a escuchar las piedras.

De este lado, el futuro nunca estuvo
o ya pasó o se extravió en las costuras
de los bolsillos, sin darnos cuenta.


De este lado de la vida
encontré un día,
un sitio donde estar.

 

 

JUAN CERVERA

 

 

XIV

 


No se quería morir,

y se murió como todos

los que empiezan a vivir.

 

De: “Coplas proverbiales”

 

VALERIO MAGRELLI

 

 

 

Finalmente aprendí
a leer la viva
constelación de las mujeres
y los hombres, las líneas
que unen entre ellos las figuras.
Y ahora me doy cuenta de las señales
que configuran el desorden del cielo.
En esta ocasión, dibujada por el pensamiento,
distingo la rotación de la luz
y la oscilación de los signos.
Así concluye el día
mientras paseo
por el silencioso huerto de las miradas.

 

De: “Ora serrata retinae”

Versión de Roberto Bernal

 

 

ABDUL HADI SADOUN

 

 

Soledad

 


Como una idea explícita que te alienta a reconciliarte con lo que viene; Un grito que nadie oye; Un vacío que te rodea y tal vez lo rodeas tú;

Aquellos que buscan luz en la oscuridad; Una línea recta al dibujar objetos torcidos del giro innecesario;

Ya no es un dilema de su mundo; Estará en un nombre que no sea aislamiento; Una palabra vacía como un tambor hueco; Gritos estériles ni siquiera llegan más lejos de la garganta.

Vivir como un objeto prehistórico; Su tablilla cuenta las piedras de su cueva; Pinta libre, la jirafa de los alargados Sueños.

 

 

HIRONDINA JOSHUA

 

 


 

el poema recriminatorio exalta la inocencia en los puntos cruciales del habla
podría traer el sol en la saliva
en las gargantas ancestrales de la vocación
error al llamarle hablo
no se escribe permanentemente con las llaves en el bolsillo
ni con la gnosis ante los ojos

 

 

 

 

 

Versión de Roberto Amézquita