sábado, 5 de octubre de 2013

JUAN GELMAN



Lo que cava


La sangre corcovea
en todos los rincones, en
el alma superior, en su orgullo,
en los perros con olor a furia.
El ser amado convierte
la humillación en asombro y vengo aquí
para decir que te amo. El domingo
del payaso prueba la desolación.
La emoción contra la pared
espera que la fusilen.
Nuestros cuerpos conocen esa pared.
Es una atadura del sol
que cava y cava.




ENRIQUE BANCHS



  
Cancioncilla



Malva,hiedra y mejorana,
digan todas: es Enero.
Y la abuela hila que hila
los vellones tempraneros.

-Dame más lana, hija mía,
que hacer una toca quiero.
-Madre, por el valle fui
y he querido los corderos.

Malva, hiedra y mejorana,
digan todas: es Enero.
Y no curaban del hato
la pastora ni el mozuelo.

-Ve, la mano se me cansa,
y el huso vacío vuelvo...
Alzaba al hablar la abuela
a la luz los ojos ciegos.

-Dame más lana, hija mía,
que hacer una toca quiero...
Y alzaba al hablar la abuela
al cielo los ojos muertos.

Malva, hiedra y mejorana,
digan todas: es Enero.
La pastora, la pastora
se ha cortado su cabello.

En las manos de la abuela
puso su tesoro entero,
todo su cabello de oro
en los temblorosos dedos.

La abuela al hilar decía:
-¿Qué lana parece helecho
y seda y agua de fuente
y vegada de trovero?...

Malva, hiedra y mejorana,
digan todas: es Enero.
A ver hilar a la abuela
bajó un ruiseñor del cielo. 



JORGE LUIS BORGES




Alguien


Un hombre trabajado por el tiempo,
un hombre que ni siquiera espera la muerte
(las pruebas de la muerte son estadísticas
y nadie hay que no corra el albur
de ser el primer inmortal),
un hombre que ha aprendido a agradecer
las modestas limosnas de los días:
el sueño, la rutina, el sabor del agua,
una no sospechada etimología,
un verso latino o sajón,
la memoria de una mujer que lo ha abandonado
hace ya tantos años
que hoy puede recordarla sin amargura,
un hombre que no ignora que el presente
ya es el porvenir y el olvido,
un hombre que ha sido desleal
y con el que fueron desleales,
puede sentir de pronto, al cruzar la calle,
una misteriosa felicidad
que no viene del lado de la esperanza
sino de una antigua inocencia,
de su propia raíz o de un dios disperso.

Sabe que no debe mirarla de cerca,
porque hay razones más terribles que tigres
que le demostrarán su obligación
de ser un desdichado,
pero humildemente recibe
esa felicidad, esa ráfaga.

Quizá en la muerte para siempre seremos,
cuando el polvo sea polvo,
esa indescifrable raíz,
de la cual para siempre crecerá,
ecuánime o atroz,
nuestro solitario cielo o infierno.


MARÍA NEGRONI





en un rincón…



en un rincón
lo que termina de morir
                       en el otro
                        lo que no termino de matar
(porque esa rabia es todo lo que tengo)

el poema hila el silencio
entre dos casas



SUSANA ROMANO




Los amantes


  1


Los amantes
viajan entre las medusas crecidas del dolor de estar y partir
y parten y llevan y traen
acopian los sollozos en un recipiente de hablas,
de idiomas apretados

Ambicionan decir para los demás amantes
la propiedad de la dicción
esbozar la promesa de repetir lo nuevo en el gasto de cada día
pero no pueden apearse del cepo de los glosarios

Los amantes se atribulan y ponen el cuerpo
y ponen en escena los parlamentos de amor
y los movimientos de abrazos
y los pronósticos

Los amantes practican la alquimia
hacen Golems de creencias
arriesgan su tótem
y andan y andan
por los viajes
y tiemblan por las coreografías de pasiones

El desconsuelo tiene brotes
se ramifica como una medusa que retuerce su cabellera
una trenza serpentea entre los mundos

La cabellera se copia en el espejismo
y se entrevera en el carey
en el espejismo se legan las costumbres
y se engastan gemas que serán las dotes de las medusas


Del libro "Algesia"


LAURA YASAN




Tracción a sangre



cargo en mi cuerpo una mujer inválida que baila cuando duerme
trenza el cabello blanco de la muerte para ganarse su favor
como una novia ciega que deba conformarse
con la corta memoria de sus dedos
                              despierta cuando miente
lleva un cascote atado a la correa de la lengua
va removiendo un surco tras de mí
una continuación que me persigue como una cola de chatarra
                              se enciende cuando callo
cargo su enfermedad en la penumbra de mis huesos
                      su equipaje de anemia
                      su andamiaje de circo
la quiero al otro lado pero el puente se ha roto
la primera mitad no le interesa
la segunda es negada
vuelvo sobre sus pasos cada noche
para ocultar la huella cada día
como el guardián de un ancla que se oxida
un perro encadenado a un desierto de vidrio
lamiéndose la sombra