sábado, 18 de mayo de 2019


BEYDDY MUÑOZ




Fugacidad


Y se vio
un pedazo de tela
montando en el aire,
en sus venas,
conjeturando la timidez
las piernas
y la pelvis
de esas piernas
y la cabeza
de esa pelvis.
Esas venas
llevan un nombre
nombre innombrable
envinado
bebido.


EDUARDO MITRE




Prólogo al presente


Abre los ojos. Despierta.
El Paraíso está aquí,
de vuelta.
Con todos y todo
en la luz pasajera.

Es (no hay otro) esta tierra:
mesa de encuentros,
cuna de ausencias.

El Paraíso está aquí,
a la espera. Abre tus ojos
que abren sus puertas.

Despierta. Está aquí.
No es la dicha.
Es la presencia.


De: "Líneas de Otoño"
 

HECTOR MURENA




Cómo, dónde


Se miran
se huelen
las flores
para recordar
la flor.
La flor.
La flor
del espíritu.
¿quién sabe
cómo
dónde?


ROSABETTY MUÑOZ




Hay ovejas y ovejas


Las que comen de cualquier pastizal
y duermen con una sonrisa de satisfacción
en los potreros.
Las que caminan ciegamente
por los caminos acostumbrados.
Las que beben despreocupadas
en los arroyos.
Las que no trepan por pendientes peligrosas.
Esas van a dar lana abundante
en las esquilas
y serán sabrosas invitadas
en las fiestas de fin de año.
Hay también
las que tuercen las patas
buscando campos de margaritas
y se quedan horas y horas
contemplando los barrancos.
Esas balan toda la gran noche de su vida
encogidas de miedo.
Y hay, por fin,
las malas ovejas descarriadas.
Para ellas y por ellas
son las escondidas raíces
y los mejores y más deliciosos pastos.


De: “Canto de una oveja del rebaño”


CAMILO ALEJANDRO POBLETE REY




Infieles


Tres ojos tristes
Y dedos arbustos
Contemplan fulgores oníricos,
Químicos pretextos
Y arrítmicas bocanadas
de oxígeno color aliento.

Jaque mate a las
Sábanas gastadas y
enroques cómplices
amalgaman mi
ilusión amarga,
mi dulce y pálido pesar,
mientras mi imaginación consciente
languidece en bares lúdicos,
en páginas enfermas.

Nuestros caminos obedecen
A traiciones íntimas,
A nomenclaturas idílicas,
Que consumen radiaciones
De placer efímero,
Carentes de licor lascivo,
Del cual hoy nos arrepentimos
En boliches viejos,
en culpables letanías.


VERONICA PORUMBACU




De Autumn


Esa noche cometió un asesinato callejero: 
el verano fue asesinado 
Nadie escuchó su gemido. 
A través de la ventana abierta 
vino del jardín 
el viento llorando. 

Los árboles en silencio. 
En las paredes, en las bestias salvajes, la sangre gotea. 
Su caída del otoño pasó a través de la espada esa noche 
cientos de hojas.