martes, 25 de agosto de 2020


OSIP MANDELSTAM




La concha



Tal vez no me necesites,
Noche; de la vorágine mundial
Yo fui lanzado a tu orilla
Como una concha sin perlas.

Indiferente, tú espumas las olas
Y cantas tercamente,
Pero llegará el día en que amarás
La inútil mentira de la concha.

Tú te acuestas a su lado en la arena,
Te vistes con su casulla
Y con ella construyes una gran campana
Irrompible entre las olas.

Y a las paredes de la frágil concha,
Como a la casa del corazón vacío,
Las llenarás con murmullos de espuma,
Con viento, bruma y lluvia...

1911

Versión de Jorge Bustamante García


ELIZABETH BARRETT BROWNING




¡Mis cartas!



¡Mis cartas! Papel muerto… mudo y blanco…
Y no obstante palpitan esta noche
en mis trémulas manos cuando aflojo
la cinta y caen sobre mis rodillas.

Ésta decía: Dame tu amistad…
Ésta fijaba un día en primavera
para tocar mi mano… casi nada,
¡pero cuánto lloré! Ésta… un papel…

decía: Te amo, y yo me estremecí
como si Dios rasgase mi pasado.
Ésta, Soy tuyo… pálida la tinta

por estar junto a un pecho tumultuoso.
Y esta última… ¡oh, amor!, no fuese digna
de lo que dices si lo repitiera.


ROBERT BRIDGES




Amo las cosas bellas



Amo las cosas bellas,
Las busco y las adoro;
Son la mejor alabanza para Dios,
Y para el hombre de estos apresurados días
Son el mayor honor.

También yo haré algo
Y disfrutaré de ellas mientras tanto,
Aunque mañana parezcan ser tan solo
Como palabras de un sueño.



JUAN CARLOS SUÑEN




34



(Y, enterrado el silencio, ¿qué lenguaje
resiste? Tienes algo
de ensaladilla en la nevera. El martes
cumple años tu hermana, no te olvides
de llamar al despacho. Y unos pocos
trazaron esa raya.)

Íbamos al dolor sin desengaño.
Ahora vamos a él como engañada
va la mano a la falsa quemadura
en el miembro amputado.



De: "La prisa" 

LUIS LLORÉNS TORRES




Carnaval



Bella ficción de reinas y de reyes…
Oh, carnaval, alegre carnaval,
que unces tus yuntas de mejores bueyes
y aras la carne en el vaivén del vals.

Arado quo revuelcas corazones,
en surcos de dolor y de placer,
y arrancas las raíces y tocones,
que dejaron las siembras del ayer.

Queda, desnuda, la cachonda era,
apta para la nueva primavera,
que vaticina el grito del amor.

Grito y clarín de la fecunda guerra
en que hasta las lombrices de la tierra
sueñan el sueño de la flor.



MARIANO BRULL




Epitafio a la rosa




Rompo una rosa y no te encuentro.
Al viento, así, columnas deshojadas,
palacio de la rosa en ruinas.
Ahora —rosa imposible— empiezas:
por agujas de aire entretejida
al mar de la delicia intacta,
donde todas las rosas
—antes que rosas—
belleza son sin cárcel de belleza.