"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 31 de julio de 2020
SAMUEL BECKETT
Ya la luz declina
Ya la luz declina
Y la noche se prepara,
La sombra densa se inclina
Sobre el día que se separa.
STÉPHANE MALLARMÉ
Soneto
El de sus puras uñas onix, alto en ofrenda,
La Angustia, es medianoche, levanta, lampadóforo,
Mucho vesperal sueño quemado por el Fénix
Que ninguna recoge ánfora cineraria:
Salón sin nadie en las credencias conca alguna,
Espiral espirada de inanidad sonora,
(El Maestro se ha ido, llanto en la Estigia capta
Con eso solo objeto nobleza de la Nada.)
Mas cerca la ventana vacante al norte, un oro
Agoniza según tal vez rijosa fábula
De ninfa alanceada por llamas de unicornios
Y ella apenas difunta desnuda en el espejo
Que ya en las nulidades que claüsura el marco
Del centellar se fija súbito el septimino.
Versión
de Octavio Paz
ROBERT BROWNING
Evocación de casa, desde
lejos
¡Ah, estar en Inglaterra
Ahora que allí es abril!
Quienquiera que despierta en Inglaterra
Ve una mañana, sin saberlo,
Que en las ramas más bajas y el fajo de maleza
Junto a los troncos de olmo ya salen hojas nuevas,
Mientras canta el pinzón en la rama del huerto
En Inglaterra, ahora
Y tras abril, cuando entra el mes de mayo.
Y el capirote y el vencejo anidan,
¡Escucha!, allí en el seto, donde el peral florido
Se inclina hacia los campos y esparce sobre el trébol
Las flores y el rocío —en el ramo curvado—,
Llega el sabio zorzal; repite cada canto
A fin de que no pienses que no podrá acordarse
De su primer impulso, hermoso y descuidado,
Aunque los campos luzcan con escarcha
Y se alegren al ver que despiertan de nuevo al mediodía
Las flámulas, tesoro de los niños,
Más brillantes, con mucho, que la flor tan chillona del
melón.
WOLE SOYINKA
Ujamaa
(para Julius Nyerere)
El sudor es levadura para la
tierra
no su tributo. La tierra
henchida
no desea homenaje por sus
labores.
El sudor es levadura para la
tierra
no un homenaje para un dios
en su fortaleza.
Tu manos de tierra negra
desencadenan
la esperanza de mensajeros
de la muerte, de
caninomanoides endogámicos
que resultan
más macabros que La Parca,
insaciables
predadores de la humanidad,
su carne.
El sudor es levadura, pan,
Ujamaa
pan de la tierra, por la
tierra
para la tierra. La tierra es
la gente.
WALLACE STEVENS
V
No sé qué preferir,
La belleza de las inflexiones
O la belleza de las insinuaciones,
El trino del mirlo
O después.
De: “Trece formas
de mirar un mirlo”
JORGE ENRIQUE ADOUM
Ecuador
1. La geografía
Es un país irreal limitado por sí mismo,
partido por una línea imaginaria
y no obstante cavada en el cemento al pie de la pirámide.
Si no, cómo podría la extranjera retratarse
piernabierta sobre mi patria como sobre un espejo,
la línea justo bajo el sexo
y al reverso: "Greetings from la mitad del mundo".
(Niños, grandes ojos rodeados
de esqueleto, y un indio que se llora
montañas de siglos tras de un burro.)
partido por una línea imaginaria
y no obstante cavada en el cemento al pie de la pirámide.
Si no, cómo podría la extranjera retratarse
piernabierta sobre mi patria como sobre un espejo,
la línea justo bajo el sexo
y al reverso: "Greetings from la mitad del mundo".
(Niños, grandes ojos rodeados
de esqueleto, y un indio que se llora
montañas de siglos tras de un burro.)
2. La memoria
Cariada el alma, duele en el nervio de la raíz
ese pasillo, y yo, perro de Pavlov, voy de un salto
a sentarme en la puerta de la hojalatería
(allí siempre era de día) a husmear la calle
por la que me fui a volver y me siguen pegando.
Cuando no se tiene patria todavía sino
esa tristura irremediable debajo del orgullo,
patria es el bolsillo de la memoria de donde
saco esto: la indiada amazorcada en la borrachera
de la misa y desgranada a puntapiés el domingo de tarde,
el cementerio a donde acompañé a tanto compañero
de la escuela a repasar las tablas de la ley: esto,
trozos de un animal antiguo, esto me basta, reconstruyo
íntegro el tórrido patriótico paleolítico folklórico,
las cuarteaduras de la república, la greda consuetudinaria
en que resbalamos a gusto. (Tú también, huesito
de dinosaurio, tu tobillo por donde estás atada
a mí, gran descuartizada, y tu otro tobillo
por donde estás atada, porque yo soy tu destierro.)
Y la canción con que arrullan al asesinado
para que se muera sin decir nada
y con que hacen sufrir al perro
para ver cómo se llena su glándula.
De gana. Por puro experimento.
ese pasillo, y yo, perro de Pavlov, voy de un salto
a sentarme en la puerta de la hojalatería
(allí siempre era de día) a husmear la calle
por la que me fui a volver y me siguen pegando.
Cuando no se tiene patria todavía sino
esa tristura irremediable debajo del orgullo,
patria es el bolsillo de la memoria de donde
saco esto: la indiada amazorcada en la borrachera
de la misa y desgranada a puntapiés el domingo de tarde,
el cementerio a donde acompañé a tanto compañero
de la escuela a repasar las tablas de la ley: esto,
trozos de un animal antiguo, esto me basta, reconstruyo
íntegro el tórrido patriótico paleolítico folklórico,
las cuarteaduras de la república, la greda consuetudinaria
en que resbalamos a gusto. (Tú también, huesito
de dinosaurio, tu tobillo por donde estás atada
a mí, gran descuartizada, y tu otro tobillo
por donde estás atada, porque yo soy tu destierro.)
Y la canción con que arrullan al asesinado
para que se muera sin decir nada
y con que hacen sufrir al perro
para ver cómo se llena su glándula.
De gana. Por puro experimento.
De: “Curriculum
mortis”
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