"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 13 de octubre de 2022
VALENTINE PENROSE
Dónde
estás tú que recomienzas
tus cabellos como un ramo
sosteniendo los globos y las copas.
La
flor de sol se marchitaba
yo te ofrecí las riendas verdes
y tú saltaste al único corazón necesario
sin girar sin vacilar
sin error
quieta
en
medio de la sangre de la luz.
Versión
de María Negroni
ANDRÉ PIEYRE DE MANDIARGUES
Lulú
La
impúdica Lulú
Frota el último fósforo
En el muro de la cámara de gas,
Amen
a Lulú que supo
Ofrecer a su último instante
El lujo de una llama
Chica y personal
Desafiando
al fuego del crematorio
Amen
a Lulú
Lulú
Que se burló de todo
Del amor y de los hombres
De ella misma y del resto
Y murió a los dieciséis
Luminosamente
Amen
con frecuencia elogien
El gesto deschavetado
Que le hace honor a todas
Ojo
con el instante fosforescente
en que el tiempo fue glorificado.
ROLANDO KATTAN
Los
cisnes negros
En
la isla de Pascua hay un recorrido de moáis sobre la
ladera de la cantera volcánica.
Estas piedras gigantes dispuestas en mi andar imitan
pasos rítmicos de un endecasílabo:
No
construyas castillos en el aire.
Son vocablos que se juntan, uno detrás de otro, como
palabras que al azar fijan un soneto.
No
construyas castillos en el aire.
Su rostro parco y antiguo, apenas familiar, reforzaba la
voz del volcán que repetía:
No
construyas castillos en el aire.
Piedras bajo el paso de mi zapato:
los cisnes negros viven en Australia.
De:
“Los cisnes negros”
EDUARDO CORRALES
Querida
periferia
Puede
resultar duro echar la vista atrás
y
comprobar que fuiste
el
único culpable de tu mala suerte
que
los mejores momentos transcurrieron
cruzando
a solas la península
de
noche en un avión semivacío
reconocer
que la juventud llegó
demasiado
tarde
que
la derrota y la mediocridad
te
empañaron unas gafas inexistentes
Puede
resultar duro y hasta injusto
que
sólo hayas visto a tu equipo
jugar
una final en tres décadas
y
que la hayan perdido
haber
colocado
cientos
de bombillas
en
un estante
a
las nueve de la noche
en
una tienda donde no entra nadie
De: “Last Blues”
BLANCA STREPPONI
I
Fui
intoxicada durante los largos años previos a la guerra
buscaba inútil refugio para mi mente
Cuando
abría la ventana
ráfagas de odio llegaban con el aire
los ríos se desbordaban
y el barro inundaba las calles
ruinas y desconfianza
ira y vergüenza
resentimiento e indiferencia
temor y dolor
Los
amigos se dieron las espaldas
con palabras como puntas de flechas
Quise
ser budista
pero no pude
HENRI PICHETTE
Mi
pariente, mi transparente, mi hermana enemiga! tus nocturnas locuras están
impregnadas de lucidez. Resulta normal que llegue a delirarte, tan cierto es
que nadie sigue los designios de su corazón.
