Dónde
estás tú que recomienzas
tus cabellos como un ramo
sosteniendo los globos y las copas.
La
flor de sol se marchitaba
yo te ofrecí las riendas verdes
y tú saltaste al único corazón necesario
sin girar sin vacilar
sin error
quieta
en
medio de la sangre de la luz.
Versión
de María Negroni
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