"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 30 de abril de 2016
JAIME VELASCO LUJÁN
15
El
viento lloró toda la noche.
Al
amanecer veo el paisaje:
un
azul infinito,
la
luna entre ovejas,
las
montañas claras,
los
tranquilos árboles,
la
milpa
y un
gato durmiendo sobre un perro.
FANOR TÉLLEZ
Grieta
Tu ombligo
es un vértigo que arrastra los pájaros
furiosos
de la carne,
un
cuenco donde bebo la tibieza oscura de tus dos mitades,
porque
allí se empozan tus pensamientos abandonados
y el
cabo de sombra que se alarga hasta la noche
del
bosque de tu pubis, esa vegetación crespa,
negra
y misteriosa que esconde el abismo de tu cuerpo,
donde
quiero entrar a estremecerme
y a
desfallecer como el ermitaño derribado por el estallido de
sus
visiones,
hasta
que el ángel de la voz o de la piel tuyas, dándome fuerzas,
enhieste
nuevamente mi ardor hacia la hondura de tu vida.
ANDREA COTE
Quédate
Y te
darás a esta noche,
a su
justa verdad.
Te
veremos larga
y
fluvial,
como
si fueras de musgo
o de
tierra mojada,
vanidosa
muchacha,
altanera
con el paisaje
y con
la sed
que
está en todas las cosas.
Si te
quieres quedar
tendrá
que ser en nuestra tierra rasgada,
si en
ella ves algo
es la
herida en que quedó tu mirada,
pero
todo está muerto
niña
arrojada
a
esta tierra ofendida.
La
oscuridad que teníamos
la
escondimos en el armario de cuando éramos niños,
y
ahora sólo te tenemos a ti
que
quieres llover sobre la siembra quemada
y que
traes la lama y el moho
a
este plano escarmentado de luz.
Quédate
y te
veremos,
postergada
al fin,
unida
al
desgarrado paisaje,
no
como eres,
sino
por nosotros ungida,
santificada
triste.
ROLANDO REVAGLIATTI
Raptus
A la
suma inicua de mis estructurales
imperfecciones
añado deterioros recientes
y renuncios de cuya cronicidad
bien no sabes
imperfecciones
añado deterioros recientes
y renuncios de cuya cronicidad
bien no sabes
Infórmote
que en mí
definitorio
un raptus ha decidido
decepcionarte
que en mí
definitorio
un raptus ha decidido
decepcionarte
Dejo
así que anegue
mi subjetividad
la mezcolanza blanduzca
de materiales abominables
en esta especie de ciénaga.
mi subjetividad
la mezcolanza blanduzca
de materiales abominables
en esta especie de ciénaga.
JUAN RAMÓN ORTIZ GALEANO
Llevado
por los faros del bosque
¿Qué
sonido trae el horizonte,
qué sonido?
arde un tam tam lejano y mío,
se enciende en mi centro un anhelo, un estampido
nocturno que reverbera desde el suelo
y huele a damasco y quebrachales.
¿Qué llamado se deshoja desde el cerro,
qué llamado?
asemeja un alarido inquieto, ingrávido, codiciado,
y en mis oídos un puño de ríos invulnerables
inicia su trote firme y milenario...
palpando, acariciando el curso fértil,
intuyo palmas de ombúes, de ciruelos, de nogales.
¿Qué luces destellan desde la espesura,
qué luces?
en mi retina jadeante fulgura
una constelación de bestias y luciérnagas,
y mientras descifro su código mudo y musical
-esplendoroso, inmemorial- resplandece
la belleza de los búhos (faros del bosque),
así sus ojos: senderos
de barro y luz atravesando el aguacero del olvido,
ya me indican el destino, y ya lo entiendo,
ya lo acepto, ya me muevo,
ya sigo el derrotero...
qué sonido?
arde un tam tam lejano y mío,
se enciende en mi centro un anhelo, un estampido
nocturno que reverbera desde el suelo
y huele a damasco y quebrachales.
¿Qué llamado se deshoja desde el cerro,
qué llamado?
asemeja un alarido inquieto, ingrávido, codiciado,
y en mis oídos un puño de ríos invulnerables
inicia su trote firme y milenario...
palpando, acariciando el curso fértil,
intuyo palmas de ombúes, de ciruelos, de nogales.
¿Qué luces destellan desde la espesura,
qué luces?
en mi retina jadeante fulgura
una constelación de bestias y luciérnagas,
y mientras descifro su código mudo y musical
-esplendoroso, inmemorial- resplandece
la belleza de los búhos (faros del bosque),
así sus ojos: senderos
de barro y luz atravesando el aguacero del olvido,
ya me indican el destino, y ya lo entiendo,
ya lo acepto, ya me muevo,
ya sigo el derrotero...
De: "Patria Sangrante Aldea
Enloquecida"
("Llevado por
los Faros del Bosque", poema Finalista "Certamen Internacional
de Poesía'Literarte' 2010", organizado por Revista Literarte,
Declarada de Interés Cultural -Secretaría de Cultura- Presidencia de la Nación
Argentina. Directora de Literarte: Graciela Diana Pucci.)
LUNA MIGUEL
Noviembre en el Pinar.
En un
abismo yo te esperé
Con el abismo yo me enamoré
Pájaro, me despertaste
Pájaro, no sé porqué
Lhasa
Con el abismo yo me enamoré
Pájaro, me despertaste
Pájaro, no sé porqué
Lhasa
Pregúntenle
a la ceniza
por su ritmo,
por su ritmo,
(qué
obliga
a caer tan leve
a caer tan leve
qué empuja
hacia las rodillas).
hacia las rodillas).
viernes, 29 de abril de 2016
ALFONSO REYES
Oda
nocturna de la esposa
Esta
noche todos los pájaros
quieren cantar.
¡Ah, dejemos dormir la monótona
ley del hogar!
No me brindes tanto reposo,
que soy de pasión.
Ni he de echar el aceite al fuego
ni la sal, señor.
Cultivaré más bien tus cantos,
y de mi amor
Ya tendrás un hijo armonioso
como Euforïón.
Nuevo amor te ofrezco que aliente
sólo de cantar,
de reír, de agitar antorchas
y de danzar.
Danzas pide la noche, amigo,
y es fuerza osar;
deja andar mis pies en la danza
déjalos andar.
Esta noche todos los pájaros
quieren cantar.
¡Ah, dejemos dormir la monótona
ley del hogar!
A las cotidianas faenas
me libertaré,
tú estarás ansioso admirándome
y yo danzaré.
Yo, a gustar la noche libérrima,
que soy de pasión;
Y tú, a la mejor de tus siembras:
las semillas de tu canción.
Nuevo amor te ofrezco que aliente
sólo de cantar,
de reír, de agitar antorchas
y de danzar.
Ya te daré un hijo armonioso,
como Euforïón.
Esposo:
oye, deja andar mis pies en la danza,
que soy de amor.
quieren cantar.
¡Ah, dejemos dormir la monótona
ley del hogar!
No me brindes tanto reposo,
que soy de pasión.
Ni he de echar el aceite al fuego
ni la sal, señor.
Cultivaré más bien tus cantos,
y de mi amor
Ya tendrás un hijo armonioso
como Euforïón.
Nuevo amor te ofrezco que aliente
sólo de cantar,
de reír, de agitar antorchas
y de danzar.
Danzas pide la noche, amigo,
y es fuerza osar;
deja andar mis pies en la danza
déjalos andar.
Esta noche todos los pájaros
quieren cantar.
¡Ah, dejemos dormir la monótona
ley del hogar!
A las cotidianas faenas
me libertaré,
tú estarás ansioso admirándome
y yo danzaré.
Yo, a gustar la noche libérrima,
que soy de pasión;
Y tú, a la mejor de tus siembras:
las semillas de tu canción.
Nuevo amor te ofrezco que aliente
sólo de cantar,
de reír, de agitar antorchas
y de danzar.
Ya te daré un hijo armonioso,
como Euforïón.
Esposo:
oye, deja andar mis pies en la danza,
que soy de amor.
("ODA NOCTURNA DE LA ESPOSA",
Constancia Poética OC X)
HÉCTOR DE PAZ
(Aparto las columnas del templo)
Aparto
las columnas del templo
hasta
encontrar un jardín
entre
incendios.
De: Ahogada lumbre la sangre (2006)
CONCHA MÉNDEZ
De qué trigal malherido...
¿De qué trigal malherido
te fueron a levantar,
mi pobre ángel caído?
¿Acaso era tu destino
ir tan lejos a acabarte
y por eso tanta prisa
tenías cuando marchaste?
¿Era la cita en Castilla
y esa noche castellana
para acogerte en sus brazos
a esa hora te esperaba?
¡Qué ajena estaba mi vida
a que tu vida marchaba
en un viaje de ida
sin más vuelta ni más nada!...
¿De qué trigal malherido
te fueron a levantar,
mi pobre ángel caído?
¿Acaso era tu destino
ir tan lejos a acabarte
y por eso tanta prisa
tenías cuando marchaste?
¿Era la cita en Castilla
y esa noche castellana
para acogerte en sus brazos
a esa hora te esperaba?
¡Qué ajena estaba mi vida
a que tu vida marchaba
en un viaje de ida
sin más vuelta ni más nada!...
JOSÉ MARTÍ
Sé de
un hogar...
Sé de
un hogar, esmaltado
De
tres nelumbios azules
Que
sobre la alfombra vuelan
Vaporosos
como nubes.
Sé de
unas flores de estío,
Sé de
un discreto perfume
Que
de tres almas vivaces
Brota
suave; corre dulce;
Tengo
yo un ángel amigo
Del
orden de los querubes
Que
al hogar de sus hermanas
Cariñoso
me conduce.
Y
entre las almas gemelas
Del
ángel de alas de nube,
No vi
yo tres más hermosas
Que
estas tres fiares azules.
Tiene
mi cielo de América,
Lecho
mío, orgullo mío,
Noches
de blandos frescores,
De
ambiente amoroso y tibio,-
Ni
cabe en amor tibieza
Ni
cabe en un beso, frío.
ROSALÍA DE CASTRO
Del rumor cadencioso de la onda...
Del rumor cadencioso de la onda
y el viento que muge;
del incierto reflejo que alumbra
la selva o la nube;
del piar de alguna ave de paso;
del agreste ignorado perfume
que el céfiro roba
al valle o a la cumbre,
mundos hay donde encuentran asilo
las almas que al peso
del mundo sucumben.
Del rumor cadencioso de la onda
y el viento que muge;
del incierto reflejo que alumbra
la selva o la nube;
del piar de alguna ave de paso;
del agreste ignorado perfume
que el céfiro roba
al valle o a la cumbre,
mundos hay donde encuentran asilo
las almas que al peso
del mundo sucumben.
jueves, 28 de abril de 2016
RUBÉN DARÍO
XX
Marina
Mar armonioso,
mar
maravilloso,
tu
salada fragancia,
tus
colores y músicas sonoras
me
dan la sensación divina de mi infancia
en
que suaves las horas
venían
en un paso de danza reposada
a
dejarme un ensueño o regalo de hada.
Mar
armonioso,
mar
maravilloso,
de
arcadas de diamante que se rompen en vuelos
rítmicos
que denuncian algún ímpetu oculto,
espejo
de mis vagas ciudades de los cielos,
blanco
y azul tumulto
de
donde brota un canto
inextinguible,
mar
paternal, mar santo,
mi
alma siente la influencia de tu alma invisible.
Velas
de los Colones
y
velas de los Vascos,
hostigadas
por odios de ciclones
ante
la hostilidad de los peñascos;
o
galeras de oro,
velas
purpureas de bajeles
que
saludaron el mugir del toro
celeste,
con Europa sobre el lomo
que
salpicaba la revuelta espuma.
¡Magnifico
y sonoro
se
oye en las aguas como
un
tropel de tropeles,
tropel
de los tropeles de tritones!
Brazos
salen de la onda, suenan vagas canciones,
brillan
piedras preciosas,
mientras
en las revueltas extensiones
Venus
y el Sol hacen nacer mil rosas.
De: Costas Normandas (1903).
RAFAEL ESPEJO
Silba
Unas hojas
-mustias, ocres-
fingen ser mariposas
mecidas por un viento
hueco:
vibran,
revolotean.
Me lleva esa deriva,
la frágil suspensión pero serena,
su absorto devaneo
me lleva...
Será que a mí también me basta un soplo suyo
para soltar al vuelo un peso muerto.
Unas hojas
-mustias, ocres-
fingen ser mariposas
mecidas por un viento
hueco:
vibran,
revolotean.
Me lleva esa deriva,
la frágil suspensión pero serena,
su absorto devaneo
me lleva...
Será que a mí también me basta un soplo suyo
para soltar al vuelo un peso muerto.
De "Nos han dejado solos"
Pre-textos. 2009
JOSÉ MARÍA EGUREN
Marcha fúnebre de una Marionnette
Suena
trompa del infante con aguda melodía...
La farándula ha llegado a la reina Fantasía;
Y en las luces otoñales se levanta plañidera
La carroza plañidera.
La farándula ha llegado a la reina Fantasía;
Y en las luces otoñales se levanta plañidera
La carroza plañidera.
Pasan
luego, a la sordina, peregrinos y lacayos
Y con sus caparazones los acéfalos caballos;
Van azul melancolía
La muñeca. ¡No hagáis ruido!;
Se diría, se diría
Que la pobre se ha dormido.
Y con sus caparazones los acéfalos caballos;
Van azul melancolía
La muñeca. ¡No hagáis ruido!;
Se diría, se diría
Que la pobre se ha dormido.
Vienen
túmidos y erguidos palaciegos borgoñones
Y los siguen arlequines con estrechos pantalones.
Ya monótona en litera
Va la reina de madera;
Y Paquita siente anhelo de reír y de bailar,
Flotó breve la cadencia de la murria y la añoranza;
Suena el pífano campestre con los aires de la danza.
Y los siguen arlequines con estrechos pantalones.
Ya monótona en litera
Va la reina de madera;
Y Paquita siente anhelo de reír y de bailar,
Flotó breve la cadencia de la murria y la añoranza;
Suena el pífano campestre con los aires de la danza.
¡Pobre,
pobre Marionnette que la van a sepultar!
Con silente poesía
Va un grotesco Rey de Hungría
Y los siguen los alanos;
Así toda la jauría
Con los viejos cortesanos.
Y en tristor a la distancia
Vuelan goces de la infancia,
Los amores incipientes, los que nunca han de durar.
Con silente poesía
Va un grotesco Rey de Hungría
Y los siguen los alanos;
Así toda la jauría
Con los viejos cortesanos.
Y en tristor a la distancia
Vuelan goces de la infancia,
Los amores incipientes, los que nunca han de durar.
¡Pobrecita
la muñeca que la van a sepultar!
Melancólico el zorcico se prolonga en la mañana,
La penumbra se difunde por el monte y la llanura,
Marionnette deliciosa va a llegar a la temprana sepultura.
Melancólico el zorcico se prolonga en la mañana,
La penumbra se difunde por el monte y la llanura,
Marionnette deliciosa va a llegar a la temprana sepultura.
En la
trocha aúlla el lobo
Cuando gime el melodioso pajaro bobo.
Tembló el cuerno de la infancia con aguda melodía
Y la dicha tempranera a la tumba llega ahora
Con funesta poesía
Y Paquita danza y llora.
Cuando gime el melodioso pajaro bobo.
Tembló el cuerno de la infancia con aguda melodía
Y la dicha tempranera a la tumba llega ahora
Con funesta poesía
Y Paquita danza y llora.
VÍCTOR CABRERA
Sobrevuelo
Un
bosque en las afueras
jardín
de las mansiones
La
extensión de la urbe
como
el miedo
El
panteón en que reposa
el
polvo de mi abuela
Los
circuitos fractales
de la
ciudad satélite
Las
torres triangulares
de
Luis y de Mathias
Los
techos industriales de Naucalpan
El
pulso esclerótico
del
anillo periférico
Los
lujosos condominios de Las Lomas
Los
lujosos hoteles de Reforma
Chapultepec
y su lago de aguas verdes
Un
parque de la infancia
La
espuma de los días
Insurgentes
y su síncopa sanguínea
Nuestro
Señor de los Tránsitos Aéreos
El
viaducto
arroyo
supurante
Dos
campos de futbol
—uno
de tierra—
La
fatídica entrada de un juego de pelota
La
miseria del invierno palpitante
Los
pobres hacinados en el hambre
El
temor de caer
La
pista aérea
Mi
ciudad y el recuerdo de mi casa
Ulises
y el recuerdo de su casa
Mi
alma
La
sombra de mi alma
miércoles, 27 de abril de 2016
FRANCISCO GRANIZO RIBADENEIRA
Tarot
II
Aquel
dibujo tiene un alma
pulida y nocturna,
como los ojos helados de un reptil
en la espiral del salto.
Aquel preciso dibujo me vigila
quisiera tomarme de sorpresa
entre sus venas frías
de tinta sigilosa y china.
pulida y nocturna,
como los ojos helados de un reptil
en la espiral del salto.
Aquel preciso dibujo me vigila
quisiera tomarme de sorpresa
entre sus venas frías
de tinta sigilosa y china.
EUGENIO DE NORA
Canción triste
Mi tristeza decía:
¿Qué flor nueva iluminas
en tu tierra de voz?
Sangran viejas heridas,
y llora el ruiseñor
de ayer, al aire nuevo,
su canción.
Y yo:
¡Ay, amor,
que te fuiste y te vuelves;
ay, amor!
Mi alegría decía:
No sé si el tiempo gira,
o si retorno yo,
pero rosales de oro
miro otra vez en flor,
y en una fuente seca
juega el agua y el sol.
¡La primavera vuelve,
corazón!
Mi corazón decía:
¡Primavera otra vez!
Cántale, ruiseñor,
tu antigua y siempre nueva,
siempre bella canción:
«Cuánto te quiero, mi vida y
mi sol.
¡Ya el nomeolvides tuyo
floreció!»
Y yo decía, sólo,
tu estribillo, canción:
¡Ay, amor,
que te fuiste y te vuelves;
¡ay, amor!
Mi tristeza decía:
¿Qué flor nueva iluminas
en tu tierra de voz?
Sangran viejas heridas,
y llora el ruiseñor
de ayer, al aire nuevo,
su canción.
Y yo:
¡Ay, amor,
que te fuiste y te vuelves;
ay, amor!
Mi alegría decía:
No sé si el tiempo gira,
o si retorno yo,
pero rosales de oro
miro otra vez en flor,
y en una fuente seca
juega el agua y el sol.
¡La primavera vuelve,
corazón!
Mi corazón decía:
¡Primavera otra vez!
Cántale, ruiseñor,
tu antigua y siempre nueva,
siempre bella canción:
«Cuánto te quiero, mi vida y
mi sol.
¡Ya el nomeolvides tuyo
floreció!»
Y yo decía, sólo,
tu estribillo, canción:
¡Ay, amor,
que te fuiste y te vuelves;
¡ay, amor!
FEDERICO GARCÍA LORCA
Consulta
¡Pasionaria
azul!
Yunque
de mariposas.
¿Vives
bien en el limo
de
las horas?
(¡Oh,
poeta infantil,
quiebra
tu reloj!)
Clara
estrella azul,
ombligo
de la aurora.
¿Vives
bien en la espuma
de la
sombra?
(¡Oh,
poeta infantil,
quiebra
tu reloj!)
Corazón
azulado,
lámpara
de mi alcoba.
¿Lates
bien sin mi sangre
filarmónica?
(¡Oh,
poeta infantil,
quiebra
tu reloj!)
Os
comprendo y me dejo
arrumbado
en la cómoda
al
insecto del tiempo.
Sus
metálicas gotas
no se
oirán en la calma
de mi
alcoba.
Me
dormiré tranquilo
como
dormís vosotras,
pasionarias
y estrellas,
que
al fin la mariposa
volará
en la corriente
de
las horas
mientras
nace en mi tronco
la
rosa.
Agosto de 1920.
JOSÉ MARTÍ
Y te
busqué...
Y te
busque por pueblos,
Y te
busqué en las nubes,
Y
para hallar tu alma,
Muchos
lirios abrí, lirios azules.
Y los
tristes Llorando me dijeron:
--iOh,
que dolor tan vivo!
¡Que
tu alma ha mucho tiempo que vivía
En un
lirio amarillo!-
Mas
dime-¿cómo ha sido?
¿Y mi
alma en mi pecho no tenía?
Ayer
te he conocido,
Y el
alma que aquí tengo no es la mía.
GLORIA GABUARDI
Mujer
Soy
mujer, luna y nube.
Pelo al viento y ojos a la vida.
Soy mujer, simplemente mujer.
Cotidiana de gloria o de agonía,
Acuario con el movimiento de los astros,
Feudal en el amor y planetaria.
Soy Selene, Venus, Nube con pantalones;
En eterna búsqueda del cielo o del infierno,
De infame y celoso corazón,
Carne sagrada de mi carne,
Mujer desde la yemas de mis dedos
Hasta la última gotita de mi sangre.
Pelo al viento y ojos a la vida.
Soy mujer, simplemente mujer.
Cotidiana de gloria o de agonía,
Acuario con el movimiento de los astros,
Feudal en el amor y planetaria.
Soy Selene, Venus, Nube con pantalones;
En eterna búsqueda del cielo o del infierno,
De infame y celoso corazón,
Carne sagrada de mi carne,
Mujer desde la yemas de mis dedos
Hasta la última gotita de mi sangre.
De: Mástiles y velas
FEDERICO BERMÚDEZ Y ORTEGA
Del yunque
Menos viejo que finge y parece
por lo enjuto del cutis enteco
y la ojiva que traza su curva
en su espalda, de forma de cerro,
que combaran, lo bajo del yunque
y lo duro y tenaz de los hierros;
El sufrido, paciente y sumiso
cotidiano vecino del fuego,
que en la diurna conquista del trigo
o del trapo que cubra su cuerpo,
con el duro martillo en la mano
cada día fatiga los hierros;
Sin desear nunca más de lo estricto
no aspirar lo impreciso o superfluo,
hace vida de austero cristiano,
y si el vicio ha minado su pecho,
no ha pasado de un sorbo de pipa
o una dosis de té de cafeto.
Cala blusa de género burdo,
y a pesar de lo burdo del género,
en los días de fiesta y descanso
(para él muy contados por cierto,
porque es raro el momento de calma
que no escuche del fuelle el resuello),
es su orgullo pasear por las calles
con su triste vestuario de Obrero.
Para dar una tregua al cansancio
que el trabajo da al alma y al cuerpo,
puso Dios en el páramo triste
de la vida del rústico Obrero,
junto a un ángel que es todo cariño,
cuatro o seis boquirrubios traviesos....
El conquista la lumbre y el trigo
agobiando el metal junto al fuego,
mientras ella, conforme y sumisa,
santifica el hogar con el rezo,
si es que cesa el deber de la plancha
y no falta al vestido el remiendo....
Con la aurora él madruga y se alista
y conforme, jovial y contento,
echa el negro carbón a la fragua,
y entre el humo, el bochorno y el fuego,
con la pipa encendida en la boca
y en la testa la gorra de lienzo,
¡sin descanso fatiga el martillo
hasta el sol ya al final de los cielos!
¿Y la siesta?... ¡qué pobre la goza!
Para un pan con honor es el tiempo
siempre escaso; disfrute la siesta
el que vive entre mimbres y cedros
y no ha de la fuerza del músculo
porque vive del músculo ajeno;
¡él mantenga la trémula llama
mientras haya de sol un reflejo,
que no es corta, si honrada, la lucha,
para un mísero pan de centeno...!
Algo grave interesa y preocupa
toda el alma del rústico Obrero;
ya los años van siendo no escasos
y la vida presiente su término;
si no ha sido posible la holgura
a pesar de su ardiente desvelo,
y el amor y el deber piden juntos
un hogar para madre y chicuelos,
¡hay que hacer más enorme la lucha
y más fuerte el castigo del cuerpo;
hay que hacer más extensos los días
y más cortas las horas del sueño!
Un hogar a trabajo... ¡heroísmo
noble y rara virtud del esfuerzo...!
es preciso el sudor de mil días
y una firme constancia sin término,
y hasta hacer productivo el ahorro
¡limitando tal vez el sustento...!
¡Qué de amargos y crueles dolores!
¡cuán difícil y duro el intento!
que el trabajo en producto se acorta,
y es preciso aumentar el esfuerzo;
vengan noches de crueles vigilias,
y después de vigilia y tormentos
¿el ahorro? ¡qué escaso! ¡es preciso
cien ahorros iguales al hierro...!
¡Aún resiste y resuella la fragua,
y sufrido, conforme y contento,
con la pipa encendida en la boca
y en la testa la gorra de lienzo,
sin descanso fatiga el martillo
entre el humo, el bochorno y el fuego...!
martes, 26 de abril de 2016
FEDERICO GARCÍA LORCA
La
sombra de mi alma
La
sombra de mi alma
huye
por un ocaso de alfabetos,
niebla
de libros
y
palabras.
¡La
sombra de mi alma!
He
llegado a la línea donde cesa
la
nostalgia
y la
gota de llanto se transforma
alabastro
de espíritu.
(¡La
sombra de mi alma!)
El
copo del dolor
se
acaba,
pero
queda la razón y la sustancia
de mi
viejo mediodía de labios,
de mi
viejo mediodía
de
miradas.
Un
turbio laberinto
de
estrellas ahumadas
enreda
mi ilusión
casi
marchita.
¡La
sombra de mi alma!
Y una
alucinación
Me
ordeña las miradas.
Veo
la palabra amor
desmoronada.
¡Ruiseñor
mío!
¡Ruiseñor!
¿Aún
cantas?
Diciembre de 1919. (Madrid.)
RUBÉN DARÍO
VIII
Yo
quisiera cincelarte
una
rima
delicada
y primorosa
como
una aurea margarita,
o
cubierta de irisada
pedrería,
o
como un joyel de Oriente,
o una
copa florentina.
Yo
quisiera poder darte
una
rima
como
el collar de Zobeida,
el de
perlas ormuzinas,
que
huelen como las rosas
y que
brillan
como
el roció en los pétalos
de la
flor recién nacida.
Yo
quisiera poder darte
una
rima
que
llevara la amargura
de
las hondas penas mías
entre
el oro del engarce
de
las frases cristalinas.
Yo
quisiera poder darte
una
rima
que
no produjera en ti
la
indiferencia o la risa,
sino
que la contemplaras
en su
pálida alegría,
y
que, después de leerla... ,
te
quedaras pensativa.
De: Rimas (1887)
CONCHA LAGOS
Me pregunto por ti
Me pregunto las más sencillas cosas,
ese porqué, que acaso nadie sabe,
costumbre de vivir sin rumbo fijo.
Me pregunto por ti desde el umbral
como el que dice al aire «buenos días»,
y de pronto descubre que está solo.
Me pregunto palabras sin respuesta,
tal vez para dejar en el recuerdo
tu presencia grabada hora tras hora.
Me pregunto las más sencillas cosas,
ese porqué, que acaso nadie sabe,
costumbre de vivir sin rumbo fijo.
Me pregunto por ti desde el umbral
como el que dice al aire «buenos días»,
y de pronto descubre que está solo.
Me pregunto palabras sin respuesta,
tal vez para dejar en el recuerdo
tu presencia grabada hora tras hora.
CONSTANTINO KAVAFIS
La ciudad
Dijiste: "Iré a otra ciudad, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de hallarse mejor que ésta.
Todo esfuerzo mío es una condena escrita;
y está mi corazón - como un cadáver - sepultado.
Mi espíritu hasta cuándo permanecerá en este marasmo.
Donde mis ojos vuelva, donde quiera que mire
oscuras ruinas de mi vida veo aquí,
donde tantos años pasé y destruí y perdí".
Nuevas tierras no hallarás, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá. Vagarás
por las mismas calles. Y en los mismos barrios te harás viejo
y en estas mismas casas encanecerás.
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otro lugar -no esperes-
no hay barco para ti, no hay camino.
Así como tu vida la arruinaste aquí
en este rincón pequeño, en toda tierra la destruiste.
Dijiste: "Iré a otra ciudad, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de hallarse mejor que ésta.
Todo esfuerzo mío es una condena escrita;
y está mi corazón - como un cadáver - sepultado.
Mi espíritu hasta cuándo permanecerá en este marasmo.
Donde mis ojos vuelva, donde quiera que mire
oscuras ruinas de mi vida veo aquí,
donde tantos años pasé y destruí y perdí".
Nuevas tierras no hallarás, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá. Vagarás
por las mismas calles. Y en los mismos barrios te harás viejo
y en estas mismas casas encanecerás.
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otro lugar -no esperes-
no hay barco para ti, no hay camino.
Así como tu vida la arruinaste aquí
en este rincón pequeño, en toda tierra la destruiste.
Versión de Miguel Castillo Didier
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