VIII
Yo
quisiera cincelarte
una
rima
delicada
y primorosa
como
una aurea margarita,
o
cubierta de irisada
pedrería,
o
como un joyel de Oriente,
o una
copa florentina.
Yo
quisiera poder darte
una
rima
como
el collar de Zobeida,
el de
perlas ormuzinas,
que
huelen como las rosas
y que
brillan
como
el roció en los pétalos
de la
flor recién nacida.
Yo
quisiera poder darte
una
rima
que
llevara la amargura
de
las hondas penas mías
entre
el oro del engarce
de
las frases cristalinas.
Yo
quisiera poder darte
una
rima
que
no produjera en ti
la
indiferencia o la risa,
sino
que la contemplaras
en su
pálida alegría,
y
que, después de leerla... ,
te
quedaras pensativa.
De: Rimas (1887)
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