"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 18 de julio de 2020
TUDOR ARGHEZI
DULCE MARIA LOYNAZ
Tarde, pronto, ayer perdido...
mañana inlogrado, incierto
hoy... ¡Medidas que no puede
fijar, sujetar un beso!...
SAFO
…de verdad que morir yo
quiero
…
de verdad que morir yo quiero
pues aquella llorando se fue de mí.
Y al marchar me decía: Ay, Safo,
qué terrible dolor el nuestro
que sin yo desearlo me voy de ti.
Pero yo contestaba entonces:
No me olvides y vete alegre
sabes bien el amor que por ti sentí,
y, si no, recordarte quiero,
por si acaso a olvidarlo llegas,
cuánto hermoso a las dos nos pasó y feliz:
las coronas de rosas tantas
y violetas también que tú
junto a mí te ponías después allí,
las guirnaldas que tú trenzabas
y que en torno a tu tierno cuello
enredabas haciendo con flores mil,
perfumado tu cuerpo luego
con aceite de nardo todo
y con leche y aceite del de jazmín.
recostada en el blando lecho,
delicada muchacha en flor,
al deseo dejabas tú ya salir.
Y ni fiesta jamás ni danza,
ni tampoco un sagrado bosque
al que tú no quisieras conmigo ir.
…
RUBÉN BAREIRO SAGUIER
JUAN CARLOS SUÑEN
el autocar le deja donde la piedra se abre
al cielo. En lo más alto
de abajo, en lo más bajo
de arriba. Tanto cielo,
incomprensible desde la casa.
Allí comienza un breve
ascenso. Poseída
por la fronda y el musgo,
la ruina salva su belleza. Quiere
mirar con ojos ebrios
tanta serenidad. En lo que fuera
claustro (y taller) la inútil
arrogancia del gesto se detiene.
El tejo habla.
Y si el hombre
pudiera un voto sería
este que sabe ser inagotable
sin hacer daño, ser centro
y ser contorno bajo
la amenaza o promesa
de hacerse nuevo sin hacer acopio.
Canta
la abubilla su gesto sin dejarse ver
la duración exacta del presente.