"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 25 de octubre de 2023
JUANA GOERGEN
La
trampa
En
el fondo de sus aguas
los
muertos no hablan
no
bailan
no
se ríen de su muerte
no
recuerdan su vida.
Al
margen de la amnesia
con
la cabeza henchida de ocasos y equipajes
no
saben quienes fueron
y
buscan en la periferia del mar, un gancho
alguna
longitud que persevere en ellos.
Desde
esa arista observan lo figurativo:
el
ojo ajeno del arte y los poemas que su yola inspira,
los
anuncios que no entienden la herejía del llanto,
la
ironía que divulga su canto migratorio y esencial –incurable y olímpico−
“El
trabajo nos hará libres.”
La
noche crece entre sus labios húmedos de mar
sus
sueños descansando entre pálidas algas
―como
pálidos son sus huesos―
Concentrados
en un campo de mar
su
ataúd es una yola, empujada todavía
por
el temible eco de otro tiempo ―Arbeit mach frei―
“El trabajo nos hará
libres.”
De:
“Mar en los huesos”
PAMELA ÁGUILA
2
tengo
cuatro años y veo un parto por primera vez tengo cuatro años y veo un parto con
mi hermano mi madre nos explica cómo nacemos
mi
madre dando a luz a mi hermano mi padre filmando
el
cuerpo se abre se desdobla
se
expande
mi
padre se desmaya
una
mujer es un portal
llenos
de terror y asombro vemos la grabación una y otra y otra vez
HILSA RODRIGUEZ
Discurso
de un rinoceronte que sobrevivió a la estampida
Cómo
explicarle a mi hija que lo he perdido todo
Que
su padre encontró un abismo y se ha ido para siempre por
aquella
rendija del portón
Que
las promesas son eufemismos de la mentira
Que
la sociedad es un templo de hipócritas
Que
el fracaso es digno del amor y ahoga
Que
mi madre se suicidó y es cruel la ausencia como un caníbal
Que
mi niñez fue una utopía inventada por mi homicida
Que
conocí el origen de la violencia en las piernas de mi padre
Que
cuando nací de pies, según mi abuela lo más doloroso del mundo,
rompí
una taza de café en mil pedazos
y mi
madre se convirtió en un cascarón
Que
engendrar es genuino y agobiante
Que
mi nacimiento fue una repulsión del encanto
Una
venganza
Que
estuvo en UCI mientras yo deambulaba en las letrinas
con
el corazón tejido a medias
Perfi
dia del aprendizaje
éxtasis
del líquido amniótico
desorden
mental
Que
se tatuó en mis orejas el abuso de los primeros hombres
y la
culpa es interminable en mi cabeza
La
aguja en la columna
el
silencio perpetuo de escribir
no
sirve para borrar estos años
No
sirve para escribir sobre el delirio y la verdadera felicidad
si
solo esta se endurece en un montón de arena
No
sirve tampoco si al mirarte
yo
solo sea un dragón embistiendo a un gran espejismo
que
carcome mi tristeza
Que
la vida es un león hambriento
de
hocico rabioso
de amargura
incesante
que
devora a nuestros padres que nos criaron erróneamente
nos
hirieron y no se hicieron responsables
Que
frecuento el centro de Trujillo porque no le temo a los fantasmas
Que
mi náusea se estremece cuando oigo hablar de la inocencia perdida
Que
nos masacran y seguimos amando la intuición de los sabuesos
Que
todo lo que comprendo es trágico
como
las alas de las mariposas deshaciéndose en nuestros dedos
Que
nuestra historia de amor es una metáfora perdida en
un
papel que nadie recogió
Oh,
perpetuo silencio
Son
las dos de la madrugada
y
los gatos lloran como bebés neuróticos
FIAMA VALERIO
Delirio
de persecución
Escuché
marchas.
Las
fibras de los cordones
se
deshebraban como el deshojar de margaritas.
El
herrete se había manchado de polvo.
A la
orilla del macadán afloraron guijarros,
se
descarrilaron las hormigas
al
trasladar sus despensas,
violaron
la fila india,
se
enmarañaron en la punta de mis tenis,
me
murmuraron advertencia.
No
iba sola.
Aceleré
el paso,
chasqueó
la suela en el agua,
miré
en el retrovisor al caminante persecutor,
escuché
su jadeo hostigoso,
giré
lentamente
y
nadie se avizoraba en el camino.
ELA CUAVAS
Impedida
para escribir ni una sola palabra de amor
Porque
amar
es hacer
el nudo y apretarlo,
y
soltarlo si te da tiempo.
Porque
amar es poner a girar el reloj
que
perdió sus manecillas.
Saciar
la sed con una boca
que
no es la tuya.
Alimentar
a las arañas del insomnio
con
tu propia sangre.
Porque
me siento incapaz
de
escribir una sola palabra de amor
cuando
su fuego quema hasta mis manos.
Hago
este último e inútil esfuerzo
ya
que en tus ojos también veo
ese
color que tiene lo fugaz.