"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 26 de agosto de 2017
CARLOS CÚCCARO
Un país
desconocido.
Una
catedral
en
tinieblas.
A lo
lejos,
un faro
y
un
muelle.
La
madrugada
y
su
vapor
de
otoño
acariciando
la piel
de
los
ahorcados.
Un país
desconocido.
Escena
de
un
no-tiempo
que
lo
explica
todo.
De: “Desnudos”
LILIANA BELLONE
Mujeres de Argel en su casa
(Delacroix-Óleo-1834)
Por los
remotos caminos del desierto
Vendrían
sus sueños
A
poblarles el silencio embriagado de sándalo y de incienso.
—Tal
vez, la dulce rosa no dormía en la oreja
Sino
que amasaba un gusano largo y verde—
La
sombra de las miradas ha ido acariciando el tiempo
Y lo
han llenado de un polvo aterciopelado
Asfixiante
y eterno.
Ellas
cerraron sus puertas y se quedaron
En su
tumba de quietud
Repugnante
Y
muerta.
De: “Retorno”
RAFAEL CANSINOS ASSENS
Para esta hora, dulce y pura, en que la ciudad es
semejante a un buque que ha descargado toda su mercancía y reposa; para esta hora, leve y clara como un turbante nuevo.
En que las calles no tienen escollos para el caminante
y están exhaustos los senos de los vicios: en que el vicio nocturno y el deseo que ha estado gimiendo todo
el día, rinden su cabeza como un niño cansado de llorar.
Para esta última hora, dulce como una tregua, en que
los leones del deseo se arrodillan, dóciles como bueyes, ante el próximo día; en que, no hay vino para
los borrachos ni carne para los lascivos y una pureza de Ramadán se introduce en el corazón de los viciosos.
De: “Los Psalmos de la noche”
VERANO BRISAS
Vive el dia de hoy.
Capturalo.
Note fies del
incierto mañana.
Horacio
Ojalá todos
los hombres y mujeres
se consumieran en el fuego del deseo,
en la chispa nocturna de la concupiscencia.
De todos los placeres mundanos
el erotismo debe servirse en copa de oro.
No importa su carácter o sus giros:
Puede darse de la puta al santo.
Del genio a la mujer sencilla.
De la cortesana a su rey.
Del rey a la princesa lejana.
¿Por qué no de hombre a hombre?
¿Por qué no de una mujer a otra?
El viejo prefiere a la joven por su frescura.
El niño goza con la experiencia de la mujer adulta.
Satisface ya tu deseo porque la vida es corta
y no habrá nueva oportunidad.
Una vez que el tiempo pasa, no regresa nunca.
se consumieran en el fuego del deseo,
en la chispa nocturna de la concupiscencia.
De todos los placeres mundanos
el erotismo debe servirse en copa de oro.
No importa su carácter o sus giros:
Puede darse de la puta al santo.
Del genio a la mujer sencilla.
De la cortesana a su rey.
Del rey a la princesa lejana.
¿Por qué no de hombre a hombre?
¿Por qué no de una mujer a otra?
El viejo prefiere a la joven por su frescura.
El niño goza con la experiencia de la mujer adulta.
Satisface ya tu deseo porque la vida es corta
y no habrá nueva oportunidad.
Una vez que el tiempo pasa, no regresa nunca.
ELEONORA FINKELSTEIN
Amsterdam a primera vista
a Daniel Calabrese
How can I tell
If I shall ever love
you again
As I do now?
(“A love song”,
William Carlos Williams)
La
imagen principal, casi la única,
en esta
ciudad idéntica a sí misma,
es
Daniel planchando mi vestido.
Una
historia tonta, de bicicletas
y
lavaderos pakistaníes,
de la
que mejor ni hablar
(porque
tampoco viene al caso).
El tema
es que
ahí
está mi amor,
como si
todavía lo viera,
transpirado
sobre
esa
mesa pequeña,
planchando
mi vestido blanco.
Cada
pliegue con seriedad
y
tomándose su tiempo.
Su
brazo iba y venía.
Hermoso
y fuerte y desnudo.
Traer
el recuerdo de esta imagen
casi la
única nítida, decía
(en esa
ciudad hundida
por
vapores y semillas hembra,
flores
y quesos y coffee shops
de la
que, queda claro, no retengo
más que
algunas simplezas)
es solo
para decirte gracias y
perdón,
querido, por quedarme
viendo
todo el tiempo
cómo
trabajabas duro.
Es que
estabas tan concentrado,
tan
poderoso, tan mío.
ENRIQUE CASARAVILLA LEMOS
Está ahí... Es ella
¿No
parece que hubiera descendido
hace poco— por mágico
acontecer—, del constelado "Carro"?
Con el cuerpo extendido, la cara horizontal,
así, de deslumbrar, ¿qué sombra la hizo?
De estelar néctar húmeda; secreta
marítima, irreal.
—Diadema de insólitos diamantes
sugiere seductora, lo que Milton
resaltara del ángel de inaudita
hermosura, al principio!—
Parece, así, estirada —como inerte—
un regalo sin nombre y prohibido
de los velados e inciertos mundos fúlgidos, a éste…!
¿Superarla otra sabe, beldad viva?-—
En primores no alcánzanla y enigma,
náyades fabulosas y terrestres
(entre oculto y copioso boscaje, aún escondidas).
hace poco— por mágico
acontecer—, del constelado "Carro"?
Con el cuerpo extendido, la cara horizontal,
así, de deslumbrar, ¿qué sombra la hizo?
De estelar néctar húmeda; secreta
marítima, irreal.
—Diadema de insólitos diamantes
sugiere seductora, lo que Milton
resaltara del ángel de inaudita
hermosura, al principio!—
Parece, así, estirada —como inerte—
un regalo sin nombre y prohibido
de los velados e inciertos mundos fúlgidos, a éste…!
¿Superarla otra sabe, beldad viva?-—
En primores no alcánzanla y enigma,
náyades fabulosas y terrestres
(entre oculto y copioso boscaje, aún escondidas).
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