sábado, 26 de agosto de 2017

ELEONORA FINKELSTEIN




Amsterdam a primera vista

a Daniel Calabrese

How can I tell
If I shall ever love you again
As I do now?
(“A love song”, William Carlos Williams)



La imagen principal, casi la única,
en esta ciudad idéntica a sí misma,
es Daniel planchando mi vestido.
Una historia tonta, de bicicletas
y lavaderos pakistaníes,
de la que mejor ni hablar
(porque tampoco viene al caso).
El tema es que
ahí está mi amor,
como si todavía lo viera,
transpirado sobre
esa mesa pequeña,
planchando mi vestido blanco.
Cada pliegue con seriedad
y tomándose su tiempo.
Su brazo iba y venía.
Hermoso y fuerte y desnudo.

Traer el recuerdo de esta imagen
casi la única nítida, decía
(en esa ciudad hundida
por vapores y semillas hembra,
flores y quesos y coffee shops
de la que, queda claro, no retengo
más que algunas simplezas)
es solo para decirte gracias y
perdón, querido, por quedarme
viendo todo el tiempo
cómo trabajabas duro.

Es que estabas tan concentrado,
tan poderoso, tan mío.



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