miércoles, 29 de junio de 2022


 

EDUARDO EMBRY

 

 

Turista

 

 

Si pasas por Madrid,
baja a la ciudad subterránea
donde se halla la Casa de las Flores,
la habitación de María Antonia,
la dulce carita de Malva Marina,
el falso refugio de Miguel Hernández;
debajo de aquellos adoquines
quizá alguien, al bajar
de Alcalá de Henares
en la terminal de Atocha
haya visto al más glorioso
al más fino de todos los jardines de Sevilla
sentado en un escaño de espera
antes de salir expreso para Granada;
el guardia civil lo observaba,
borracho como estaba
en voz alta lo dijo:
niño de los lirios
y de las mujeres mustias de España,
ojalá no tengas cupo,
que el trencito que te lleve
a medio camino
se quede sin ruedas;
turista: si este verano pasas por esta ciudad,
no olvides de visitar
la intacta ciudad hundida de Madrid.

 

ESTHER DE CÁCERES

  

 

La noche

 

 

I

Un alto mar de sombra ya invadió todo el Aire,
y en el gran sueño oscuro
relucen, solitarios,
los vastos ébanos con que el Amor talla
arcas insomnes de secretos pianos.

Bajo la noche
busco antiguas estatuas.
Exploro el hondo bosque donde el Recuerdo posa
su extraña mano de cautela y llama.
¿Son mis desconocidas gacelas ya dormidas
o son lentos follajes?
¿Es una cabellera perdida entre los tréboles
en la extensa morada de fragancias del Aire?

¡Soy yo, soy yo, yo misma
perdida entre los árboles,
sola entre oscuros árboles!

Soy yo, soy yo, yo misma
en cristal apagado
y dormidos esmaltes!

Dejo el bosque secreto, dejo el jardín sin cisnes;
atravieso los muros invisibles del Aire,
y ya estoy en el ámbito
de la gran noche sola!
-Alguna de mis muertes se ha quedado llorándome!

 

 

II

Vienen las Soledades y juntas contemplamos:
Ya no hay más que la Noche
¡una gran flor de sombra
quieta bajo el rocío!
¡La Noche y yo -¡su llanto!-

Hasta que se despierta
la oscura flor… ¡Ya se truecan las lámparas!
¡Ya un aire de gacelas
se acerca a despertarme!
¡Los mares del Día cantan!

 

JULIO VICUÑA CIFUENTES

 

  

Música prohibida

 

 

Amor de doncella mi carne consume;
de día la busco, de noche la sueño;
en ondas muy tenues me llega el perfume
del cuerpo inviolado de cutis sedeño.
No sé si mañana mis horas abrume
con sus esquiveces, mi frívolo dueño.
¡Qué importa! Su beso mi boca sahúme,
y cámbiese en tósigo el dulce beleño.
¡Amores de un dia, felices amores!
-Mi niña, no viven mis tiempo las flores,
y nadie agostado vio nunca el jardín.
¿Dió fin el banquete? Doblad los manteles.
Mañana… Si vino quedó en los toneles,
mañana tendremos un nuevo festin.

 

 

 

BOŽIDAR PROROČIĆ

 

  

Reflexión sobre Hesse

 

 

En mis noches

 sin fin

te recuerdo.

Y recuerdo El lobo estepario,

Gran poeta

de letras doradas.

¿Es la tristeza ahora

solamente mía?

Eres tú el lobo de la humanidad

o la derrota

de todo mi pasado?

¿Es la agresión

de Hari Haler

en tu libro vertida?

¿Es la ruptura

de tu personalidad

o es impulso de brutalidad?

En la taberna

del águila negra

¿ha escrito

los versos más bellos

o Hermine descubrió

los laberintos del alma

a través del baile y el baile de máscaras,

el poeta valiente

que tocó las alturas     

y se hizo

símbolo

de la verdad poética?

Y hoy muchos

lobos son el secreto

y hoy Hermine

gobierna con su baile

y hoy los escritores

escriben en el rincón oscuro

de la gloria eterna

del Lobo estepario

  

Versión de Zeljka Lovrencic

 

MANUEL ANDROS FLORES

 

  

 

Consejo a una amiga,
de su mejor amigo

Querida Tábata, hacía tiempo
que quería decírtelo:
¡Cuida tu salud!
Come menos dulces
y menos sal,
y por favor, tengamos sexo,
cualquier día,
lo más pronto posible.

 

ROLANDO CÁRDENAS

 

 

Regreso

 


Un día regresaremos a la ciudad perdida
como las estaciones todos los años,
como una sombra más en las tardes,
preguntando por antepasados
o por el río en cuyas aguas se quebraba el cielo.
Será en invierno
para revivir mejor los grandes fríos,
para ver de nuevo
el humo negro de los barcos cortando el aire,
para escuchar en las noches
los pequeños ruidos de la nieve.
Nos sentaremos a la mesa como si tal cosa
a probar el pan de otros días.
Un pájaro que cruce por la ventana
nos hará pensar en el bosque de pinos
donde el viento se revolvía furioso.
También preguntaremos por antiguos amigos
pensando quizás en el rostro de alguna muchacha.
Aún existirá el boliche
donde se reunían viejos campesinos.
Nos invitarán a beber y a conversar
asuntos que nadie olvida.
El tiempo no es más que regreso a otro tiempo.
“Todos nos reuniremos alguna vez bajo tierra”.
Alguien nos reconocerá a la vuelta de la esquina.
Será como venir a saludar desde otra época.