"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 22 de septiembre de 2017
ROBERTO PIVA
Plaza de la República de mis Sueños
La
estatua de Álvares de Azevedo es devorada con paciencia por el paisaje
de
morfina
la
plaza lleva puentes aplicados en el centro de su cuerpo y niños jugando
en la
tarde de estiércol
Plaza
de la República de mis sueños
donde
todo se hizo fiebre y palomas crucificadas
donde
beatificados vienen y agitan a las masas
donde
García Lorca espera a su dentista
donde
conquistamos la inmensa desolación de los días más dulces
los
muchachos tuvieron sus testículos perforados por la multitud
labios
se coagulan sin estruendo
los
urinarios toman un lugar en la luz
y los
cocoteros se fijan donde el viento desordena los cabellos
Delirium
Tremens delante del Paraíso traseros lampiños sexos de papel
ángeles
acostados en los canteros cubiertos de cal agua humeante en los
inodoros
cerebros surcados de gestos
los veterinarios
pasan lentos leyendo Don Casmurro
hay
jóvenes pederastas impregnados en las lilas
y putas
con la noche que pasea en torno a sus uñas
hay una
gota de lluvia en la cabellera abandonada
mientras
la sangre hace naufragar las corolas
Oh mis
visiones recuerdos de Rimbaud plaza de la República de mis
Sueños
última sabiduría inclinada en una puerta santa
De “Paranoia”
SAMUEL VÁZQUEZ
Viejo, uno regala tiempo todo el tiempo.
Uno
sale a encontrarse con nadie
a
desmentir el espejo que otro habita
a
farfullar una canción borroneada
a
luchar contra el ángel del olvido
a andar
sobre esta sombra que conduce a
nada
La
boca, una herida en mitad del rostro
Los
oídos, potes donde otro arroja sus babas
Las
piernas, dos grilletes cosidos hacia atrás
El
corazón, leño que no recibe fuego
Los
ojos, dos ratones que van por los rincones
Es
preciso regresar
antes
de que la propia sombra se hunda en la
noche
ahora
que toda orilla ha naufragado
cuando
las horas chorrean por las tapias
la
apatía sube las escalas
y el
espacio entra en uno y retira las
barandas.
Testarudo,
el fin se niega a comenzar,
ahora
que el olvido es mi no-invitado,
y este
olor que no despega,
y este
surco de niebla que trasiego
y este
invierno embozado en los
huesos,
y este
murmullo que mece la noche,
y este
polvo siena de junio…
Desear
es jamás,
ayer es
ahora,
hoy es
el eco de un puente caído.
¿Cómo
no querer,
cómo
olvidar
y que
el recuerdo nada traiga?
¿Cómo
decir nada,
no
tener ya palabras
y este
zumbido que crepita adentro?
¿Cómo
no buscar,
cómo
abandonar el deseo
y comenzar sin camino?
¿Cómo
seguir,
cómo
poder
antes
que no pueda?
¿Cómo
ir,
cómo
olvidar el fin
y
encontrar el día?
¿Cómo
trajinar esta ciudad sin antes haber
soñado?
De: “la promesa de los pájaros”
VANESA PÉREZ-SAUQUILLO
Hijos de un tiempo
quebradizo.
Tiempo
pata de araña
en el
estanque circular
de otro
tiempo.
De: “La isla que prefieren los pájaros”
RAQUEL JADUSZLIWER
Armonía del mundo
Los movimientos
planetarios no son, así, más que una misma polifonía
continua que progresa
a través de tensiones disonantes hasta ciertos
puntos de consumación.
Johannes
Kepler: “La armonía del mundo”
(1619)
Armonía
del mundo
ya es
hora
se abre
un párpado
es el
día que avanza, se hace descifrar
las
cosas se disuelven y todo aguarda y tiembla
arroja
su pregunta como un hilo de agua
¿quién
volvió de la noche con su lámpara?
¿hay
alguien que responde? ¿por qué el sueño retiene
a la
presa que somos en su carcasa inmóvil?
¿y
quién en esta hora pregunta por sus muertos?
¿por
qué ninguno de ellos regresa todavía?
armonía
del mundo
dónde
estará ese arco perfecto en que creíamos
a
ciegas en la luz comienza el día
la armonía
del mundo se pliega y se despliega
en su
limbo de luz, en su crisálida.
De: “La noche con su lámpara”
MANUEL CUAUTLE
Muerte
Deja
que huela
los
pétalos
de tu
frágil esencia
decenas
de pequeñas sábanas
arrancándose
con ternura
para
recoger la lluvia del deseo
tus
guardianes espinas
grabarán
con mi sangre
el
idilio de la eternidad
te
deshojarás frente a mis ojos
robarás
mi piel
para
cubrir tus frías noches
estoy
vivo
y sin
embargo
sueño
contigo
y la
eterna danza nocturna
de los
ángeles
15 de noviembre de 2001 / 12:42 hrs.
De: “En la partitura del exilio”
YAEL DOMÍNGUEZ HERNÁNDEZ
Empresa en expansión solicita
Importante
transnacional solicita
auxiliar
en despacho [despachados
fueron
(por connacionales), y pedir auxilio
(en
medio de la muerte) no contó] contable.
Interesados
presentarse con [cenizas
(no
identificadas), huesos (esparcidos),
(aún no
existen) cifras oficiales del dolor]
identificación
oficial [y los que se salvaron:
(cuídense,
lárguense, pierdan interés)
dense
por perdidos]. Asistir
a calle
niño perdido número 43
[¡cállate!,
(niño, joven, anciano,) perdiste a 43]
esquina
normalistas.
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