"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 24 de diciembre de 2017
JUANA BIGNOZZI
Esperé
ser la anfitriona elemental
de una estructura no corrompida
ofrecer entregas y apuestas
abandonar mi ciudad sin la sombra de la sal
ni de su adiós y memoria viva
ahora soy dueña de un sistema de condenas y salvaciones
de aceptaciones y rechazos
de una lista de buenos trabajos
de un lejano sabor a vida
de una única forma de limpiarme
en soledad
de una estructura no corrompida
ofrecer entregas y apuestas
abandonar mi ciudad sin la sombra de la sal
ni de su adiós y memoria viva
ahora soy dueña de un sistema de condenas y salvaciones
de aceptaciones y rechazos
de una lista de buenos trabajos
de un lejano sabor a vida
de una única forma de limpiarme
en soledad
De: "Regreso a la patria"
LURIEL LAVISTA
Destello
A Alma
Atravieso
la resonante avenida de contraflujo
frente
a esos cerros desgajados por la urbanidad
la
inmediatez de diminutas luces llegan a
ser inabarcables
como
los sorbos de la mañana que se agolpan en mis pasos
prendo
un cigarrillo arriesgando mi equilibrio en una viga.
Ahora
que estoy fuera del lecho de la ciudad
no hago
caso de las falsas concepciones que me trae la altura
ceremoniosamente
escucho a Chet Baker
dejo
que el polvo se acomode en mis ropas
me
esparzo como puedo,
me
consuelo.
Perdido
en mis contemplativos deseos
que me
hacen sumirme en una desconocida quietud
veo
consternarse esta noche
encuentro
mis juicios equivocados.
Su
presencia me place igual a su evocación
(callada,
dormida, pálida, tibia)
le he
visto tomar el primer sitio,
afortunada
por algo significante al olvido
su
aliento es este humo de mi mano en soledad.
No
queda más que refugiarse en otra adoración suprema
renegar
de la plenitud si no es conducida con saciedad.
seguir
con la angustiosa fabula sin destino
ejemplo
claro de nuestra brevedad,
que
solo la carencia nos hace ver imágenes de esperanza
agotamiento
de mirar hacia el mismo trayecto.
Pesa
mucho desprenderse de esta hora
refulgente
mascara que me trae de nuevo el extraño silencio.
.
MORIANA DELGADO
Homenaje
Para la mujer «más
autónoma que la Universidad», Pita Amor.
Diosa y
hemorragia te adjudicaste,
viejas
raíces de tu palabra conquistada;
tú,
poetisa inquieta,
maga de
dolores volátiles,
Y de
Lorca biznieta.
Pita,
somos de un páramo cerrado,
Donde
polvos acogen la piel que no tenemos.
La
brecha se abre y tú, episcopal, me encierras.
¿Eres
saga o monja inaudita?
¿Eres
hada o bruja maldita?
¿Una
extraña reina de belleza
un
amor, una cara conscripta?
-Eres,
sobre todo, regente invicta
de
círculos polares; el énfasis del rímel azul
en los
ojos grises y palabras de abedul amortiguadas,
todo en
esta coctelera vertido.
Eres
cabaret y vestido
un
labial rojo y un lunar invertido.
Y tus
viejas tribulaciones de amor
son las
mías ahora;
te
escucho en mis sienes, Amor.
Eras la
extranjera que ahora yo soy
en la
frontera que lleva tu nombre,
donde
ambas fuimos un diente color rubor.
MARILINA RÉBORA
Consolación
¿Quién
habló de que un día hubiera de perderte?
¿Quién
dijo que tu sombra, al fin, quedará quieta?
¿Es que
ignoras acaso lo que aprendió a quererte
El alma
ennoblecida de ternura secreta?
Un amor
que es amor no termina en la muerte,
Pues no
tiene principio ni término ni meta;
Sometido
al don mágico que todo lo convierte,
Y todo
lo transforma, y todo lo interpreta.
Teniéndote
a mi lado, la vida es vida-vida,
Pero
sin ti transcurre en tiempo de amarguras;
Mi
lámpara no arde, ¿a qué estar encendida?
Y en el
balcón el viento siempre gime por triste,
Que a
tientas tras tu imagen, por voluntad a oscuras,
En tu
recuerdo sólo, el corazón subsiste
.
JUAN CARLOS SUÑEN
Junto
al rescoldo ha dormido
un
perro rojo como la miel. La boca
le sabe
a color malva, a religión y a cuarzo.
El
animal vigila cada gesto y su propio
miedo.
No toma el pan de la mano.
Tampoco
salta para atraparlo antes
de que
llegue a la alfombra.
De: "El hombro izquierdo"
GABRIELA D’ARBEL
Tal vez
esas horas no las pude digerir.
No hay
recuerdos.
[Empacho
de creencias]
Ahora
sé que llevo un disfraz tejido
de
bruma. // Un talla más chico//
En un lugar del Jurásico tardío, los Ginkgos
ladean
sus
ramas por los vientos del norte.
Alosaurio
come de una mordida a
Camptosaurio.
Primero ceguera,
luego
imposición.
Desperté con el gusto a perplejidad.
dejá vu encendido en el despertador.
El
gnomo del ímpetu,
montado
en su zorro, golpea mi espalda
con su
siringa
a ver
si reacciono y //…//
Camptosaurio
rompe las ventanas
de la cocina,
luego brama una voraz opacidad.
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