Junto
al rescoldo ha dormido
un
perro rojo como la miel. La boca
le sabe
a color malva, a religión y a cuarzo.
El
animal vigila cada gesto y su propio
miedo.
No toma el pan de la mano.
Tampoco
salta para atraparlo antes
de que
llegue a la alfombra.
De: "El hombro izquierdo"
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