viernes, 7 de junio de 2019


ABRAHAM PAZ





Hombre de Pocas Palabras
Homenaje a Juan Gelman



Hay tantas cosas que decir sobre Gelman, desde su herencia cultural comunista-europea hasta la pérdida de los cercanos por regímenes manchados. A Juan le debo no sólo la escuela, sino gran parte de la inspiración, o mejor dicho, de la intención de la pluma. De esta manera creo que la mejor manera de honrarlo es hablando entre versos —para hablar en serio—, de alma a alma:

Hombre de pocas palabras,
Guía del sendero poético,
Defensor de las masas
Que viven sin cuidado
Con tu musa intacta, Mara;
Muéstrame el rostro
Real de este oficio calmo,
La verdad clara del alma
Que se ocupa con la palabra
Y no con la verdad falaz
De saber cómo se prende
La llave del gas.
Deja ver a la niñita en la silla
Cuyas lágrimas no dejan
Que nos mientan las fotos,
O que nos lleve la tristeza.
Deja ser uno y ser todos.
Deja valer la pena.


JESÚS DAVID CURBELO





Misión



Vine
a preguntar
hasta ceder
la voz.


LUIS ALFREDO GASTÉLUM





La tierra
¿Cómo sabes si la Tierra no es más que el
infierno de otro planeta?
Aldous Huxley



¿Acaso el rumbo de los pies simula una adicción a ser tragado? ¿A dónde lleva la paciencia si el río que antes rebozaba es un esqueleto que acostado se precisa?
Las caras de esta urbe se reencuentran en el sismo, en la carencia, en el ferrocarril que cruza en medio de las calles como un recipiente de sardinas y hace del paisaje un crimen logrado en arribos y huidas.
¿Acaso el fin de esta caminata es un tache en el recuento? ¿Acaso nuestra casa se despojó del techo para que viéramos el óleo gris de las alturas?
Ciertamente hay un elemento fijo que a los habitantes nos disgrega, es la tierra.


ISMAEL LARES





La flor de nuestro encuentro
Tuya y mía, una sola palabra
en sus nubes de zozobra
ocurre sino condena.
Las piernas hasta el cuello,
las manos entrelazadas,
los ojos fijos en el techo,
la verde placidez, un gemido.

Cuando el susurro de tu mano
busca y encuentra mi oído,
bienaventurados los poros:
sobre mi cuerpo tu voz.
Y las olas, en manantiales de pena,
se descomponen lánguidas.
Son sueños que consume la mañana.
Y sin saber si mi olfato
es la flor colocada entre tus dedos,
te di mi vida, flor de nuestro encuentro.


ELIZABETH SOBARZO GAONA





VI



Qué bueno que ya te moriste tata
y empacaste contigo mis tormentas
sólo servían para arañar las ventanas de la abuela
ya dejé atrás a tu familia
sin ti no soy parte de la charca
no llevé de tu apellido en esta vida
pero quedan rasgos del cianuro en los recuerdos


De: “Poemas para arrullar a los ojos hormigueros”


EDUARDO CHIRINOS





Trece inviernos con nieve

A blanker whiteness of benighted snow
With no expression, nothing to express.
Robert Frost



1

su mano de nieve saluda desde la ventana golpea de nuevo
la puerta es muy tarde le pregunto a qué has venido a vigilar
tu sueño me responde yo lo hago pasar le ofrezco chocolates
galletas de jengibre le ofrezco una taza de café sin ninguna
ceremonia se quita el sombrero los guantes la bufanda se
acomoda en el sillón ahora léeme un poema dice vengo
por la música desde hace trece años vengo por la música


2

el invierno son las agujas de una iglesia protestante un
cuervo sacudiendo la nieve en un poema de frost el lago
de hielo donde patinan las parejas no me dijo el invierno
son las olas del pacífico ballenas pudriéndose en las playas
pelícanos gaviotas y uno que otro pingüino en el perú
hay pingüinos ganas solemnes de no ir al colegio y un poco
de lluvia algo más un revuelo de zapatos escolares la tarea
pendiente en invierno los niños revientan ojos a los gatos
arrojan piedras a los perros


3

te cuesta trabajo no ser sentimental cedes fácilmente a
los recuerdos pero ésa no es la música debes concentrarte
un poco más mira el vacío de la página su densa y luminosa
blancura devorando sombras así cantaba mi abuela en su
patio caía la nieve blanco sobre blanco como un paisaje
de john cage como la sucia ventana de malevich toma
una piedra rompe la sucia ventana de malevich escucha
su canción su insoportable silencio de cristales rotos


4

sin mayor entusiasmo le muestro fotos de familia tu madre
es demasiado joven no la imaginaba así tu padre luce tan
serio tan lejano se llama igual que tú no sabía que hubiera
muerto dos niñas lloran al lado del triciclo el muchacho de
barba debe ser tu hermano pero tal vez me equivoco y tu
mujer ¿dónde está tu mujer? está durmiendo dije y clavó
sus ojos en mi pene en el café que nos mantenía despiertos


5

todavía no empezamos silba una canción la primera
que venga a tu memoria pero no abras los ojos la música
vendrá sola como el agua como un aullido de claveles
como un estruend0 de topacios


6

el tiempo se ha detenido no hay relojes no hay tampoco
calendarios qué más puedo decir no te preocupes soy yo
quien se traga los silencios quien hace las preguntas hace
años empezaste un poema no pudiste pasar del primer
verso en lima la niebla hace lo suyo destroza cualquier
página borra implacable las cenizas su blancura es ilusoria
la promesa del poema acabado la miseria del poema perfecto


7

aquella noche vimos el lago de hielo el paisaje holandés que
nos regala la muerte pasamos horas contemplando la iglesia
protestante la torva cruz de hierro la corona de flores todo
es tan emotivo tan conmovedor no es más que un cuadro dije
una torpe alegoría religiosa no sabía que fueras religioso vivo
en otra esfera relegado por los dioses jamás nos molestamos
yo les ofrezco ignorancia les ofrezco indiferencia a cambio
ellos se ríen me arrojan piadosamente sus palabras


8

es inútil le dije no entiendo por eso he venido a visitarte
a decirte que nunca te llamarás horacio que nunca fuiste
herrero en la cubierta del arca nunca equilibrista en bayard
street esta noche he venido a escuchar el alfabeto del agua
una triste canción de ruiseñores estás diciendo que soy
un impostor no me dijo es inútil nunca entenderás nada


9

no estás atento debes concentrarte un poco más escucha
la maleza despuntando en la nieve el temblor silencioso
de las hojas la mancha que arruina el pentagrama vacío
te regalo esa imagen la mancha que arruina el pentagrama
vacío ¿quieres escuchar el poema que pediste?


10

no me dijo bostezando ya es hora de irse y tú debes dormir
tu mujer debe estar preocupada


De: “Humo de incendios lejanos”