domingo, 8 de junio de 2014

MIGUEL ARTECHE SALINAS


 


 

Este es el fin del Cristo abandonado,
El fin de la lanzada, el clavo y el vinagre,
El nunca más de la Resurrección,
El siempre de la muerte en el Sepulcro,
El fin del pan que multiplica
La sangre, el fin del buen ladrón y Magdalena,
El fin del hombre Lázaro sin muerte.
Este es el fin del traidor en Judas,
Del cobarde en tu Juan,
El fin de la ramera perdonada,
La huida en Mercader y a latigazos,
El balbucear del rico que entra al cielo
Cada cien mil años, y el sisear del pobre
Descoyuntado a huesos por el rico.


Esta es la fuga a noches en el asno,
El apagarse de la estrella,
El reventar de los belenes, el estallido
De la pregunta que no dice
José de Arimatea.
Este es el fin
Del centurión y de los lirios
Del campo (mirad los lirios del campo, y Salomón
Con toda su gloria
No pudo alimentarte).
Este es el fin: buscadme ahora,
Decidme ahora que no sea
El fin de la Palabra
(En el principio de la Palabra, en el principio
Las Tinieblas que jamás
Se van), y el Río que a los mares
Se va, según el Cristo, y el Cristo no regresa:
Se va, se fue: lo dejo escrito
A ver si no es el fin, a ver si en esta noche
Tú no me has abandonado.

 

 

 

CRISTINA CHAIN


  

2

 

Podría decir que estabas esperando que este corazón mío, que
anoche soñó con peces nítidos, se ahogara solo.
Creo que nos hemos ido al mismo tiempo que la muerte de un
amor sin agua.

 

 

ELÍAS HIENAM


  

Descansan en el norte

A Raúl Alcaíno y Carlos Castro

 


....................................te asimilas a la palabra relámpago
y al equino del mismo nombre
que llenó de amargura nuestras fauces.
(a JLM)

mísero diáfano (lúcido) áspero pétalo
sábana pérdida, sílaba idéntica
píndaro híbrido de épocas integrándose explícitas.

Nótese la metáfora analógica:
momentánea y única máscara de prótalos

pululando en zócalos mientras caminamos recogiendo monedas,
caminamos
callados
con cara de nada
ca
.........miramos.
Patraña
volado de risa
..........camina
enfermo de volado de enfermedad por sale si anos
..........mientras
otro wachoperro cae (siempre) en cleta a panamerihuana
y cae con su paragua de eter ni dad
..........y caminamos, y prendemos una vela en la casucha de concreto
(para que no nos lleve el diablo)
recogiendo monedas, como Mario
olvidando
..........callados
....................en callado
Rudy
muerto de
olvido de volados de olvido
....................pero no
con nada de cara
por jj prieta al sur
....................recogiendo las monedas
.........hasta el sementerio metroporelano,
.........pero no,
los muertos
.........los wachosperros
descansan en el norte.
....................caminamos
....................al sur
lazo
.........tristán matta
arrebatadas nuestras reacciones normales ante el absurdo del universo
recuecue la repepe del cero a cero
.........reparta- mental
....................101-a

de agua .........copa de agua
...........de vino caja de vino
......................de hombre caja de hombre
................................de hembra mama de hembra
...........de cuecue cala de vida
de vivos, el colo de vivos
de ruedas heladero de neumáticos esperando pasto
descanso que alegra las monedas de los muertos
muertos de volados de muerte en vida
llegamos ..................al calugón lovalle
.........y seguimos
recogiendo las monedas que encontramos por el caminito alegre
.........y sustancias de arrebol
...................arrebol de los claveles
muertos sé dando calor


pero ya estamos en prepucio
........y no sabemos si ir al shopping o al puerto
pero de que está mala está mala
......................la cosa
........y la pasta pegajosa no es un mal comienzo.
Aquí comienza la mancha, a veces amarilla, en ocasiones un poco roja, de los albaricoques. Sólo resultan legibles, amiga, algunos últimos versos:

ni peladeros llenos de neumáticos con pasto ardiendo alegres
alegres corriendo bien rápido
alegres olvidando bien
corriendo
llegamos
volados
alegres
olvidados de alivio.

 

ALEJANDRA DEL RIO


  

La Sibila

  


Podría haberme advertido el maldito dios de la razón
que no me sería dada la juventud para la eternidad
adiviné tanto en su nombre que podría haberse dado la molestia,
pero me dio 9 vidas consecutivas de 110 años cada una
y no me dejó con ellas la ternura que me conoció en el principio
cuando yo sostenía entre mis pechos sus atributos
cuando él todavía era dios sobre la tierra
hoy apenas recuerdo cómo era
cómo alcanzaba a los ciervos con sólo sus ojos que devenían flechas
cómo tornaba ambrosía el agua de sus manos,
de él apenas me queda la burla, mi odio y su don.
Soy la Sibila de Cumas,
famosa por recibir al piadoso de Eneas
aquel que debía bajar a los infiernos
y temía de Hades, temía tentarse
ven para acá, preciosa semilla de futuros asentamientos humanos
yo te ayudaré. Tenía el cabello ensortijado mi titán adolescente
y la sed del que bajará a los eternos fuegos.
Le di yerbas que debía quemar en su momento invocando al dios
y un mapa, el mapa de los infiernos.
Soy la Sibila de Cumas,
la misma que se encerró 180 días a escribir
180 días acompañada solamente por alacranes y espejos
éramos yo y el insecto, su veneno, la fiebre y la escritura,
fueron 9 libros como 9 visiones de la materia
o la sombra que proyecta la materia
el sentido con que la nombra el humano, escribí
todo lo que fuera la materia actuando el espíritu sobre las cosas.
Entonces me fui a Roma, reinaba uno al que llamaban El Soberbio
pensé soberbio comprador de los libros síbilinos
-Traigo nueve joyas de la profecía
-¿para qué me servirán, mujer?
-serán el esplendor que le falta al conocimiento en tu reino
-no es suficiente
Hay quienes me critican por haberme acriminado contra mi propia obra
pero el rey no quiso mirarme, despreció mi talento
por su culpa serán sólo pavesas
los secretos que habrían sido su única luz
y frente a la fastuosidad de su mansión romana
hice un hoguera con mis visiones,
los tres primeros libros no pudieron salvarlos
ni siquiera las lágrimas de los sabios
y los segundos tres tampoco pues ya estaba convencida
de querer darle hijos al emperador.
Entonces abrió su puerta y me acomodé en su corazón.
Hijos no tuvimos, es que las sibilas tenemos estéril el vientre
en compensación por la fecundidad de nuestro ojo,
Casandra tuvo gemelos porque a ella nadie le creía.
En todo caso, con el dinero en mis arcas me fui tras un filósofo
no era gran cosa pero era libre.
Así fue como entre tanto triunfo consagrado a Apolo
me fui olvidando del presagio.
Ahora pienso que tal vez mis amistades venusinas pusieron celoso al dios
y empezaron las palabras del augur a darse calladas,
me confundí por amor; adiviné concentrada sólo en mi propio calor,
olvidé el fuego consagrado a la deidad, la luz del consultante,
me enredé en mi ombligo, esa es la verdad.
Un día apareció Apolo y me ofreció ser inmortal
lo que dure el mundo dije embriagada por la vida terrenal.
Se fue el maldito dios dejándome la inmortalidad goteando entre mis piernas,
pero olvidé pedir la juventud.
El resto de la historia es esta jaula, el paso lento de los siglos
esta como cucaracha seca o este mustio pájaro
que antaño fuera arúspice de Apolo y por naturaleza
todavía prevé pero ya no predice nada.
Si he visto despeñarse a los dioses, a la morada de los dioses
al retazo del dios solitario que se estaba manteniendo
y una tras otras las lenguas que se van secando
y una tras otra las pieles que se fueron confundiendo.
Si he visto desaparecer lo conocido y conocer lo que será desaparecido
no me preguntéis entonces ¡niños malcriados! qué es lo que deseo
pues lo único que siempre oiréis será:

Morir, morir.
 

De: Míticas contemporáneas


 

 

DAMSI FIGUEROA


 
 
Judith y Eleofonte

 

Eleofonte y Judith
Amadores desesperanzados
Imitadores de muertes sucesivas
Ambos paridos en la cueva de Faetón
Por la ociosa necesidad de existir
Ociosa necesidad de trascender
los círculos fosforescentes
del Sinmemoria
Macho cabrío Eleofonte
Cálido desorientado eterno besador
de labios negros propios y prestados
¡Ah y la hermosa virgen ocasional!
Labia toda
Labia entera
Labia entreabierta como sombra extinta
Danzante
Fundadora del deseo sobre la Tierra
Reencarnación sagrada
de todas las carencias del mundo
Ella que no es lo que es
Amará lo que amará por otros
hasta vencer a Eleofonte
El espejo sutil de su Pureza.

 

 

VERÓNICA JIMÉNEZ


 
 



 

Piensa, piensa, piensa
escupe, cerebro, la pócima clara del aserto
date a entender.


Empieza setenta veces siete, nuevamente:
los muertos-náufragos agarrados a su tabla monótona
los individuos vestidos de materia oleaginosa, ojos que no ven
en procesión inacabable -alejarse y regresar-
sólo las cosas me llaman, de ellas soy.

 

A Germán Carrasco