viernes, 1 de enero de 2016

 

DARIL FORTIS




Diálogo de la fe



No caeré en el cliché del amor incondicional.
No amaré la totalidad del ser imperfecto,
del perverso y tierno, del entregado, del débil.
No amaré sus errores y sus aciertos.
No entraré en el círculo de los adoradores del humano,
no me conformo con la imperfección mortal.
Buscaré un semidios. ¡No!
No uno de ellos, algo superior:
un dios exclusivo. Mío.



ARMANDO ROMERO



  
Flores de uranio



Llegaron los tres al mismo sitio
Pidieron espumeantes bebidas
Saludaron a la amable concurrencia

Llegaron los tres a la misma mesa
Tomaron humeantes pociones
No conocían a nadie
No estaban incómodos

Y he aquí
Que cuando los tres se encaramaron
Sobre la cornisa
Sobre la ventana
Sobre el agujero
La mujer de la cantina dijo no se asusten que ellos
           eran una nueva flor traída de Oriente

Pero cuando descendieron y mataron a toda la
            [concurrencia
Ella dijo antes de morir que no había nada que temer
Que se había equivocado de jardín
Que se había equivocado de flor
Y que en vez de traer flores de Buda
Había traído flores de Uranio



GLORIA SANDIRA CASTRO SALAZAR



  
Me despido,
de los moribundos creyentes,
los profetas,
del Jehová,
del Alá,
de todo aquel que me delimitó,
usureros al palpar de mi desmedida burguesía,
soldados carbonizados por el sol de un día
sin paradas de emergencia.
Me hablas,
despierto.


LETICIA CARRERA




Comerse



El viento pasa,
caricia de mil años,
secreto adormecido
que desdibuja el atisbo.

La cabeza
divorciada del cuerpo,
laberinto que siente
derramándose a si mismo.

Querer existir en ajeno,
ser otro.

Comerse
en cada bocado,
darse a otra boca.


MARIO RIVERO




Los amigos



A veces me pregunto qué fue de los amigos
después de que los días
han dejado caer su ceniza

Los que vivían en las barracas
sobre el río
un río sucio que parte la ciudad
en dos tajadas de hierba
Donde mujeres lentas de grandes pies
llevan fardos de trapos sobre la cabeza

El de la cachucha azul y raída
que limpiaba telares
Su padre era mecánico
Estoy seguro de que ambos
continúan comiendo su emparedado cotidiano
y su único amor son los tornillos

El flaco de la bicicleta
que todos envidiaban
porque tenía muchas revisas de Charles Atlas
y decía que era capaz de levantar cien kilos
Tenía novia y no le gustaban las nubes
Después muchas ciudades
torres de acero bulevares
mujeres pintarrajeadas en las esquinas

restaurantes etc.
donde todos están un poco solos
no se conocen pero se miran
apuestan a las carreras frente al televisor
los fines de semana
y desean ir al mar

Yo sigo buscan desde mis papeles
a la muchacha que se paraba
contra el poste de la luz



YOLANDA CASTAÑO



  
Cuentos de hadas



Érase una vez
…y al final del cuento
la caperucita era una loba,
la abuelita un leñador,
la devoradora una asceta,
la libérrima un completo compendio de dependencias,
la mística una frívola empapada de temores,
el incomprendido un ángel,
la princesa un monstruo,
la frívola una mística empapada de temores,
el monstruo una princesa,
el otro incomprendido un diablo,
la supuesta loba una absoluta caperucita
y el camino entre el bosque
un leñador.