"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 13 de enero de 2018
JUAN JOSÉ ARREOLA
Armisticio
Con fecha de hoy retiro de tu vida mis tropas
de ocupación. Me desentiendo de todos los invasores en cuerpo y alma. Nos
veremos las caras en la tierra de nadie. Allá donde un ángel señala desde lejos
invitándonos a entrar: se alquila piso en ruinas.
De: “Confabulario personal”
CONCHA URQUIZA
Arrepentimiento
Por lo que te he ofendido, dulce cariño mío,
quiero ser a tu anhelo cual sería el rocío:
tierna, dócil y humilde como el agua que mana
y se ofrece a las llagas de la miseria humana.
Yo enseñaré a mis manos a ser mansas contigo,
tal como las entrañas sonrosadas del higo,
para que te acaricien con tan suave caricia
como la voz del ave de la blanca novicia.
Yo enseñaré a mis plantas a que pisen tan quedo
como el viento que mueve las hojas del viñedo,
ya mis claros cabellos a quebrarse en tus manos
como frágiles tallos de lirios franciscanos.
Apoyaré mis dedos sobre tu excelsa frente
y será mi caricia sosegada corriente
para que fertilice tu pensamiento bello
y haga brillar tus ojos con singular destello.
Seré quieta y humilde como la arena rubia
y rozaré tus labios como agua de la lluvia
para llenar las horas del dulzor de las vidas,
hasta que tú perdones y para siempre olvides.
Por lo que te he ofendido, dulce cariño mío,
quiero ser a tu anhelo cual sería el rocío:
tierna, dócil y humilde como el agua que mana
y se ofrece a las llagas de la miseria humana.
Yo enseñaré a mis manos a ser mansas contigo,
tal como las entrañas sonrosadas del higo,
para que te acaricien con tan suave caricia
como la voz del ave de la blanca novicia.
Yo enseñaré a mis plantas a que pisen tan quedo
como el viento que mueve las hojas del viñedo,
ya mis claros cabellos a quebrarse en tus manos
como frágiles tallos de lirios franciscanos.
Apoyaré mis dedos sobre tu excelsa frente
y será mi caricia sosegada corriente
para que fertilice tu pensamiento bello
y haga brillar tus ojos con singular destello.
Seré quieta y humilde como la arena rubia
y rozaré tus labios como agua de la lluvia
para llenar las horas del dulzor de las vidas,
hasta que tú perdones y para siempre olvides.
KO UN
Antes de tu nacimiento
antes que tu padre
antes que tu madre
antes que tu padre
antes que tu madre
tu
balbuceo ya estaba ahí
Versión de Joung Kwon Tae - Revisada
por Isabel R. Cachera
De: "108 poemas Zen"
MANUEL IRIS
Para brindar ahora
Homenaje a Pedro Lastra.
Para Raúl Diego y Denis Pech.
Después
diremos que hemos sido jóvenes,
que salimos en aviones a buscar palabras
y muchachas nuevas.
Que nos sentamos
la belleza en las rodillas, la encontramos amarga
y la injuriamos.
Después diremos que hemos sido mercenarios
de calles largas y licorerías.
Diremos que hemos despertado alegres.
Que una mañana desnudamos la poesía
y allí, frente a su cuerpo irregular y enorme
difícil de preñar
hemos tenido el miedo y el deseo
de que todo
termine.
Diremos
que nos hemos conformado
con hacer literatura:
quisimos armar piedras
quisimos fundar tigres
quisimos construir un templo de ceniza
y alimentar su hoguera.
Después diremos
que dejamos el lenguaje, que no nos hizo falta
y partiremos, viejos y cansados
callándonos que todo
es una gran mentira.
que salimos en aviones a buscar palabras
y muchachas nuevas.
Que nos sentamos
la belleza en las rodillas, la encontramos amarga
y la injuriamos.
Después diremos que hemos sido mercenarios
de calles largas y licorerías.
Diremos que hemos despertado alegres.
Que una mañana desnudamos la poesía
y allí, frente a su cuerpo irregular y enorme
difícil de preñar
hemos tenido el miedo y el deseo
de que todo
termine.
Diremos
que nos hemos conformado
con hacer literatura:
quisimos armar piedras
quisimos fundar tigres
quisimos construir un templo de ceniza
y alimentar su hoguera.
Después diremos
que dejamos el lenguaje, que no nos hizo falta
y partiremos, viejos y cansados
callándonos que todo
es una gran mentira.
Cincinnati, Ohio. Diciembre y 2008.
De: “Habitación de Jano” (Inédito).
RAÚL RÍOS TRUJILLO
Para Ma. del Rocío
Amenaza
la lluvia desatarse desde tu cuerpo
Acecha
desde tu pecho el animal del diluvio
¿En qué
sitio de la luz quedaste?
¿A
donde que no me escuches desamparada?
Eres
una cicatriz de gaviota.
Golpeo
tu vientre para que me nazcas a tu muerte
Desnudo
y sin ombligo
Golpeo
las paredes para que me digas a donde caminar descalzo
Mientras
me vigilas desde el polvo.
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