viernes, 16 de diciembre de 2022


 

ANAT ZECHARIA

 

 

El lenguaje del agujero

 

 

Me interesan los agujeros
pero procuro no hacer de ello
una ideología.
En carne propia aprendo pronuncio
oral anal fálico genital
vago sistemáticamente de uno al otro
en un agujero chupo trago
como si fuera oxígeno muerdo maldigo
doy besos franceses
con delicado canibalismo pródigo
en placer en dolor.
Hay agujeros muy significativos
llenos de deseo. Yo me inclino
por los vacíos que rechazan significados
pero abren posibilidades.
Un agujero es una especie de estorbo
local, estación terminal.
Quiero mirar en su interior
solo para descubrir que me devuelve
una mirada hecha de carne desgarrada
que cuida de sus bordes.
No es que yo quiera entrar
y salir de todos, quiero
ser un pozo atemporal,
marco de un agujero
sin lugar sin centro.
Y cuando me desborde, que alguna cosa
se detenga y otra irrumpa.
El animal debe crecer.
Corro pierdo corro encuentro
en eterno afán de llenarme.
Entretanto
le paso un segundo dedo en torno
con curiosidad, sin insolencia
porque sé que no estoy del lado
de Dios, donde el sol es
el poderoso ano del mundo.
Estoy exactamente del otro lado
el sol no amanece
desde mi trasero.

 

 

ADELE DESIDERI

 

  

 

No te espero en la asediada Ítaca,
no te busco en la soleada Thebe.
Más cerca, más cerca
con los dedos roza el velo oscuro.
Al igual que el infante toca y conoce
tus manos que señalan
los colores del verano.
En el contrapunto vocal
que quema y corroe
acércate y dime
sé lo que has perdido regresa
y siembra las nuevas estaciones,
como la semilla que muere por el fruto.

 

De: “Il pudore dei gelsomini”

Versión de Carlos Sánchez

 

 

ROSAMEL DEL VALLE

 

  

Inscripción en la puerta del tiempo

 

 

Nuestra esencia viene de la tiniebla rasgada
En espada de noche y fuego invasor parecido a la sed,
Construida de ángeles ciegos y temblores y de la infinita ola
Amante de lo terrestre sin límite y del olvido.
Pero una transparente llama sigue a la sangre desde el tiempo
De un calor indestructible, de una voz dormida a lo lejos
Tal vez donde el ángel sonámbulo destruye los sueños
O donde el espacio cierra sus ramas en un movimiento
De angustia terrible y de rechazo a la sed.

Poder volver un día al latido lejano, a la sumergida
Ola sin llanto donde el corazón bebía su fuego en la copa
Nocturna y palpitante, como el pez en su agua.
Tan vasta angustia sube y tanta permanencia alrededor.
Los tallos se obscurecen en el terrestre sonido
Y las piedra echa ramas debajo de su muerte.

Inalcanzable vapor errante y corona deshecha en el agua,
No más bellos que el cuerpo confundido en las sombras.
Pero las cabezas arden y las manos se sueltan no más lejos
Que el oído de la tierra o que la boca del cielo.
Juntos en un solo relámpago abandonado… Qué esencia
Destruir ya, qué abatido sueño recoger, qué lámpara
Guardar en la tormenta de la noche sumergida.

Maravilloso tiempo ¡oh fuego devorador! y maravillosa
Sangre y ceguera y necesidad del abismo donde el ser perece
Entre ángeles y demonios todavía, entre ritos,
Debajo de campanas y sepulcros sin alba para siempre.
Siempre, siempre, a imagen y semejanza de la angustia.
Siempre, siempre, a imagen y semejanza de la terrible imagen.
Siempre, más que a imagen de la vida, a semejanza de la muerte.

Amenazada existencia tan cálida de sonidos, de movimiento
Sin fin, donde el sueño de las cosas nos oye día y noche,
Donde el hombre nos oye, donde nosotros nos oímos y donde
Lo que no es nuestra esencia nos oye y nos mira.
Sin embargo, terrible copa nocturna nos cae en la boca
Y aire de inmensa hoguera nos desnuda al andar.

Abandonando cuerpo de anillos calientes, imagen sola
De la voz ciega y devoradora y eterna, hay una espada
Para la sed, hay una espada para el sueño.
¿Qué se le oye decir? ¿Qué puertas abre? ¿Qué estremecimiento
Conduce? ¿Qué despierta en la lengua sin ojos de los muertos?

 

 

JAVIER BOZALONGO

 

  

Reencarnaciones

 

 

Una de mis abuelas casi brinda
en la última noche de dos siglos:
nació en el XIX y por muy poco
no se asomó al 2000 como quería.
En sus casi cien años lo vio todo,
el amor y la guerra, los hijos y la muerte,
la ausencia del marido, la fortuna y el hambre.
Penélope incansable, tejió para sus nietas
cubrecamas enormes, escarpines y chales,
y nos dejó en herencia un viejo sonotone
del que después supimos que nunca funcionó.

La que falta, la madre de mi madre,
inauguró una estirpe de mujeres hercúleas
que continúa hoy con sus hijas y nietas,
mujeres de una pieza que lucen en su rostro
orgullo y dignidad, que llevan en su espalda
el recuerdo común de tantos muertos.
Nació en el siglo XX y vio, sin disfrutar,
cómo empezaba el nuestro, tan lejano.
Los naipes que alegraron su vejez
no repartieron bien los comodines.

Es fácil encontrarlas todavía
en las ciudades que las acogieron,
compartiendo un café con las amigas,
dictando una receta, cosiendo un dobladillo.

No parecen las mismas, tienen nombres distintos
y enviudaron a diferente edad.

Si las miras despacio, sin embargo,
verás que ni envejecen ni se mueren,
tan solo se reencarnan.

Son mujeres perpetuas.

 

 

LISEL MUELLER

 

  

Currículum vitae

 


1) Nací en una Ciudad Libre, cerca del Mar del Norte.

 

2) El año en que nací, el dinero era triturado hasta

ser confeti. Una hogaza de pan costaba un millón de marcos. Por

supuesto, no lo recuerdo.

 

3) Padres y abuelos me rodeaban. El

mundo en el que viví tenía una voz suaves

y sin garras.

 

4) Un cuerno de la abundancia lleno de golosinas me llevó a un edificio

con campanas. Una profesora de pecho amplio me acogió.

 

5) En casa, los libreros conectaban el cielo y la tierra.

 

6) Los domingos, la niña de la ciudad cruzó por los pinos

y las prímulas de pantano, una distancia corta en tren.

 

7) Mi país fue golpeado por la historia más mortalmente

que por temblores o huracanes.

 

8) Mi padre estaba ocupado eludiendo a los monstruos. Mi madre

me dijo que las paredes tenían oídos. Aprendí el peso de los secretos.

 

9) Me mudé a los días muy brillantes, las noches muy oscuras

de la adolescencia.

 

10) Dos padres, dos hijas, seguimos al sol

y la luna a través del océano. Mis abuelos se quedaron atrás,

en la oscuridad.

 

11) En el nuevo idioma todos hablaban muy rápido. Eventualmente

los alcancé.

 

12) Cuando te conocí, el nuevo idioma se convirtió en el idioma

del amor.

 

13) La muerte de la madre hirió a la hija llevándola a la poesía.

La hija se convirtió en madre de hijas.

 

14) Vida ordinaria: la abundancia y el grosor de esto. Nudos atando

hilos hacia todas partes. El pasado se hizo a un lado, el futuro

se fue sin ser imaginado en el nombre del glorioso, difícil, apasionado

presente.

 

15) Años y años de esto.

 

16) Las niñas ya no son niñas. El dolor de un hombre viejo,

la soledad de un hombre viejo.

 

17) Y entonces mi padre también desapareció.

 

18) Traté de ir a casa de nuevo. Permanecí en la puerta de mi

infancia, pero estaba cerrada al público.

 

19) Un día, en un elevador lleno de gente, los rostros de todos eran más jóvenes

que el mío.

 

20) Hasta este punto, toda bien. Los días y noches brillantes

se quedaron sin aliento en su prisa. Nosotros seguimos, tú y yo.

  

De: “New Poems”

Versión por David Ruano González

 

 

MARÍA LEFEBRE LEVER

 

 

Como saeta disparada al viento

 

 

Como saeta disparada al viento
sin rumbo fijo y al acaso voy
dentro del alma una congoja siento
y si acaso canto es porque triste estoy.

Anda canción sin nombre y sin destino
vuela sin rumbo, cual mi vida va
y si alguien te detiene en tu camino
dile que eres canción de un peregrino
mas no le digas mi secreto mal.