"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
lunes, 24 de octubre de 2016
IVÁN ROJO
La Gran Evasión
En plena reunión de la
empresa
mientras el auditor
enumeraba
los puntos
controvertidos a tratar
he sentido el impulso
de pronunciar
tu nombre
justo cuando el hombre
me preguntaba
por mi opinión al
respecto.
Ha sido un deseo irresistible.
Una necesidad.
Un deber, sí,
una especie de
obligación moral.
No merecías estar
dentro de mí
mientras sucedía todo
aquello.
Y lo he hecho. Te he
nombrado.
El tipo ha parpadeado
un par de veces
detrás de sus gafas
metálicas,
ha carraspeado y ha
dicho
Bien,.. Ehh...
Gracias.
Y yo he respondido No
hay de qué
y me he quedado viendo
las letras de tu
nombre
revolotear como
pájaros de colores
bajo la luz
frigorífica de los fluorescentes
y salir volando por la
ventana cerrada
para perderse en el
mejor azul imaginable.
ÁLVARO LUQUÍN
4
a
Javier Sicilia
Hay un intruso en las
campanadas
que deja entrever la
tiranía de sus cifras.
Es el que duerme
musitando al cero.
ANTONIO LEÓN
A mi
sobrino le prohíben bailar música de clubes
pienso en la
consciencia como un tema de investigación
no tengo armado
panorama alguno
para definir cualquier
otro sistema de movimientos
mi sobrino tiene las
refacciones que se necesitan
para desollar los
rubros de lo cotidiano con sus pies morenos
así
en alguna de las
mentes de nuestro siglo
duerme la cura del
aburrimiento
cualquier evento se
transformará en historia de discoteca
los tornillos que sostengan
nuestra torre de hierro
se abrirán ante el
esquema de fomento al egoísmo
por exigencias del
poema en que ahora baila un niño
todas las fiestas
estaban en decadencia
VÍCTOR PÉREZ
4.
Bibiana y Lulú mirad
esta meada sustanciosa que lanzo
y que está por encima
de todos los hombres que vengan
mirad cómo meto los
labios en ella, cómo amago la tensión hacia mí
en un ángulo que me
enjoya, mirad cómo excito mi hastío hasta
sincronizarme con lo
que proyecto atravesando mi salmo de oro
así caigo sobre las
multitudes humanistas.
Ahora mirad cómo
eructo el té vocalizando vuestros bellos nombres de zorra
y cómo meto
fuego al gallinero con el Cantar de los Cantares
para unificar el
espíritu de los pueblos.
Vengo de matar gente
en América, ahora voy lentamente
hacia mi cubículo en
España buscando a otros con mi monopatín negro
arrasando mi
neuroquímica, hablando en latín, amortajado, original a rachas
endiablado y
polvoriento como una cordillera joven, con mis pensamientos cristalinos
atravesando las
autopistas, tomando carreteras, enganchándome a la parte de atrás
de los camiones. Al
leer por las noches parcialmente a Frank OHara me empalmo.
No hay urgencia en mi
rumbo al este; mis consideraciones emocionales
pasan por el estado de
los rodamientos y la estática elíptica de la tabla
así pasan los días y
así continúo mi fantasmagórica marcha hacia
nuevos enemigos de
sangre.
OMAR PIMIENTA
Hoy me di cuenta que
nací un viernes
On Kawara pintaba en New York
On Kawara pintaba en New York
sabía de antemano que
a las 5 de la tarde
seguramente el sol temblaba entre los árboles
yo asomaba la cabeza entre las piernas de mi madre
nací varón pero lo mismo hubiera dado
he usado más tiempo el pelo largo y tengo unos tenis rosas
seguramente el sol temblaba entre los árboles
yo asomaba la cabeza entre las piernas de mi madre
nací varón pero lo mismo hubiera dado
he usado más tiempo el pelo largo y tengo unos tenis rosas
nací mexicano y
eventualmente me hice también estadounidense
de igual forma lo haría si fuera Japón la otra mitad de esta frontera
de igual forma lo haría si fuera Japón la otra mitad de esta frontera
nací sin dientes
después me salieron todos derechos
no hace mucho perdí una muela y la sangre me supo al principio del fin
no hace mucho perdí una muela y la sangre me supo al principio del fin
nací Ramirez y
Pimienta y Gómez y López
los cuatro apellidos cada uno un cuarto con vista a un jardín oscuro
al centro un árbol genealógico del cual pende una hamaca
la historia se mece termina dormida con el pendular inevitable del tiempo
los cuatro apellidos cada uno un cuarto con vista a un jardín oscuro
al centro un árbol genealógico del cual pende una hamaca
la historia se mece termina dormida con el pendular inevitable del tiempo
nací un viernes por la
tarde en Tijuana México llorando el dolor del desalojo
barón con las encías rositas
barón con las encías rositas
el día que nací Kawara
escribió: hoy es viernes
pintó un cuadro en el que se lee: 06 oct.1978.
pintó un cuadro en el que se lee: 06 oct.1978.
ELADIO CABAÑERO
Ultimo
poema de amor
Ayer fue amor. (Ayer, amor, ¿qué ha sido
de la emoción aquella?). A la mañana
amaneció en mi frente un sol venido
desde muy lejos, desde tu ventana.
Hoy te hablo, amiga, en nombre de estas manos
y estos ojos perdidos de hombre ausente
que en ti soñó sus sueños más cercanos
y comprendió la vida de repente.
Amada lluvia fresca en los caminos,
tú ayer estabas en el mar, venías
a hacer los aires tuyos femeninos
desde aquel reino donde tú vivías.
Hoy pareces estar -oh, sueños vanos
de ser y estar aliado de la gente-,
hoy pareces estar convaleciente,
parapetada en mundos sobrehumanos.
Uva de piel radiante, los racimos
hacia tus labios van dando un viraje
desde la tarde aquella que estuvimos
mirando juntos hacia aquel paisaje.
¡Oh, verdades hermosas escondidas!
Tu cabeza inclinada, tu cabeza
vencida por la luz por sorprendidas
palomas y alas dulces de belleza.
Has ilustrado tantos claros días,
has paseado tanto amor... Quién sabe
si ahora te vuelves a esas lejanías
y amas tu corazón aquel, quién sabe.
Hoy quiero amar al tiempo que has tenido
alrededor cuando eras niña apenas;
fuiste entonces tanto, tanto he sido
y ahora somos pasado a manos llenas.
Hoy quiero amar la vida en tu memoria.
Deja tú que la vida represente
sus diminutos dramas y haga historia
de cosas que no son eternamente.
Deja pasar los años... No se evade
la fe con la ceniza pasajera.
No fíes de este mundo, Que traslade
la muerte nuestra sombra verdadera.
Seremos fondo y forma de energía,
cosas de tierra en sí cristalizada.
Al final todos juntos giraremos
al aire y al silencio de la nada.
Ayer fue amor. (Ayer, amor, ¿qué ha sido
de la emoción aquella?). A la mañana
amaneció en mi frente un sol venido
desde muy lejos, desde tu ventana.
Hoy te hablo, amiga, en nombre de estas manos
y estos ojos perdidos de hombre ausente
que en ti soñó sus sueños más cercanos
y comprendió la vida de repente.
Amada lluvia fresca en los caminos,
tú ayer estabas en el mar, venías
a hacer los aires tuyos femeninos
desde aquel reino donde tú vivías.
Hoy pareces estar -oh, sueños vanos
de ser y estar aliado de la gente-,
hoy pareces estar convaleciente,
parapetada en mundos sobrehumanos.
Uva de piel radiante, los racimos
hacia tus labios van dando un viraje
desde la tarde aquella que estuvimos
mirando juntos hacia aquel paisaje.
¡Oh, verdades hermosas escondidas!
Tu cabeza inclinada, tu cabeza
vencida por la luz por sorprendidas
palomas y alas dulces de belleza.
Has ilustrado tantos claros días,
has paseado tanto amor... Quién sabe
si ahora te vuelves a esas lejanías
y amas tu corazón aquel, quién sabe.
Hoy quiero amar al tiempo que has tenido
alrededor cuando eras niña apenas;
fuiste entonces tanto, tanto he sido
y ahora somos pasado a manos llenas.
Hoy quiero amar la vida en tu memoria.
Deja tú que la vida represente
sus diminutos dramas y haga historia
de cosas que no son eternamente.
Deja pasar los años... No se evade
la fe con la ceniza pasajera.
No fíes de este mundo, Que traslade
la muerte nuestra sombra verdadera.
Seremos fondo y forma de energía,
cosas de tierra en sí cristalizada.
Al final todos juntos giraremos
al aire y al silencio de la nada.
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