sábado, 30 de marzo de 2013

ESPERANZA ORTEGA





Cuánto sufre el amor...


¡Cuánto sufre el amor
en los rincones!
hay días que se oculta
igual que un perro enfermo

duerme como
un reptil
sobre el mosaico

aquel murmullo
que nos guiaba cierto
entre la bruma

el mismo amor que se acurruca ahora
desorientado
sobre este desaliño de hojas secas

al que acaricias
su pálido pelaje
para eso
para que no se muera
así de solo

De "Lo que va a ser de ti" 

PEDRO GARFIAS






¿Qué ha sido de tu fuerza…?



¿Qué ha sido de tu fuerza, de tu brío,
un árbol que lamente su estatura,
un río que padezca de tu gloría?

Ahora si te rompieron -Padre Mío-.
Tú que eras de una sola pieza dura
déjame que la junte en la memoria.


De “Sueño”

FABIO MORABITO






Si te revuelca la ola...

                                 A Sandra Suter
                      que se quedó nadando


Si te revuelca la ola
procura que sea joven,
esbelta, ardiente,

te dejará molido el cuerpo
y el corazón más grande;

cuídate de las olas
retóricas y viejas,
de las olas con prisa,

y la peor de todas,
de la ola asesina,

la ola que regresa.


De "Lotes baldíos"

CARLOS MURCIANO





Donde el Poeta habla a la amada
por vez primera de sus dos hijas



Llegaron juntas a la pena mía
como desde tu vientre hasta la cuna.
Te quise mucho en el dolor. Alguna
vez te podré decir lo que sentía.

Llegaron juntas hasta mi alegría
cuando crecía en soledad la luna
y otoño vareaba la aceituna
en los olivos de mi Andalucía.

Hubo una vez en ti tres corazones.
Mas como me los distes, no dispones
más que del mío en sombra y no te vale.

O sí te vale. Mírale la llama.
Bendita sea, Dios, la doble rama
que al tronco del amor más puro sale.


MIGUEL DE UNAMUNO





La oración del ateo



Oye mi ruego Tú, Dios que no existes,
y en tu nada recoge estas mis quejas,
Tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes

a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.
Cuando Tú de mi mente más te alejas,
más recuerdo las plácidas consejas
con que mi alma endulzóme noches tristes.

¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande
que no eres sino Idea; es muy angosta
la realidad por mucho que se expande

para abarcarte. Sufro yo a tu costa,
Dios no existente, pues si Tú existieras
existiría yo también de veras.


JOSÉ MARTÍ





XX.-


Mi amor del aire se azora;
Eva es rubia, falsa es Eva:
Viene una nube, y se lleva
Mi amor que gime y que llora.  

Se lleva mi amor que llora
Esa nube que se va:
Eva me ha sido traidora:
¡Eva me consolará!


De "Versos Sencillos"