"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 22 de mayo de 2018
SHAMSUDDIN HAFIZ
No preguntes
¡Oh, amor, cómo he sentido tu sufrimiento!
No me preguntes cómo.
¡Oh ausencia, cómo bebí tu veneno!
No me preguntes cómo.
Buscando, por el mundo he vagado,
Y, ¿por quién, al fin, he optado?
No preguntes quién.
Para: ver de su umbral el polvo
¡Cómo lloraba mi anhelante ojo!
No preguntes cómo.
¿Por qué, amigos, mordéis los labios disgustados?
¿Sabéis qué labios de rubí he alcanzado?
No preguntéis cuándo.
Anoche, en estos mismos oídos
Tales palabras su boca ha vertido.
No preguntéis cuáles.
¡Oh, amor, cómo he sentido tu sufrimiento!
No me preguntes cómo.
¡Oh ausencia, cómo bebí tu veneno!
No me preguntes cómo.
Buscando, por el mundo he vagado,
Y, ¿por quién, al fin, he optado?
No preguntes quién.
Para: ver de su umbral el polvo
¡Cómo lloraba mi anhelante ojo!
No preguntes cómo.
¿Por qué, amigos, mordéis los labios disgustados?
¿Sabéis qué labios de rubí he alcanzado?
No preguntéis cuándo.
Anoche, en estos mismos oídos
Tales palabras su boca ha vertido.
No preguntéis cuáles.
Como Hafiz en el laberinto circular del amor,
Mis pies, al fin, han encontrado su dirección.
No preguntes dónde.
Mis pies, al fin, han encontrado su dirección.
No preguntes dónde.
De: "El
despertar del amor"
Versión de Carmen Liaño
CONCHA URQUIZA
Una canción de
despedida
Adiós, amor que se queda,
dormido y desnudo al viento;
huellas en tus callejones
prolongarán mis ensueños,
huellas adentro del alma
cultivarán tu recuerdo;
adiós, mi tierra de amor,
dormida y desnuda al viento.
Del vasto mundo, del mundo
ya nada tengo ni quiero;
mas guardado en las montañas
hay un rincón de silencio,
una embriaguez a los ojos,
una ansiedad a los pechos,
y una canción a los labios
que me aguarda en todo tiempo.
Y he de tornar y tornar
como el péndulo viajero,
y como torna la niña
cuando se mira al espejo.
Silencio de mis montañas,
Pátzcuaro de doble cielo,
yo he de tornar y tornar
como el péndulo viajero!
19 de diciembre, 1941
Adiós, amor que se queda,
dormido y desnudo al viento;
huellas en tus callejones
prolongarán mis ensueños,
huellas adentro del alma
cultivarán tu recuerdo;
adiós, mi tierra de amor,
dormida y desnuda al viento.
Del vasto mundo, del mundo
ya nada tengo ni quiero;
mas guardado en las montañas
hay un rincón de silencio,
una embriaguez a los ojos,
una ansiedad a los pechos,
y una canción a los labios
que me aguarda en todo tiempo.
Y he de tornar y tornar
como el péndulo viajero,
y como torna la niña
cuando se mira al espejo.
Silencio de mis montañas,
Pátzcuaro de doble cielo,
yo he de tornar y tornar
como el péndulo viajero!
19 de diciembre, 1941
PERE QUART
Espero, sospecho, temo, quisiera
Espero que no me mire,
que no me vea.
Sospecho que está siempre,
que no falla,
que me tiene fichado,
que no hay escapatoria.
Temo que me amenace,
que me riña,
que me castigue,
o que me espíe,
y me siga.
Me desazonan los misterios
los oráculos,
los enigmas,
los dones, los privilegios,
los éxtasis.
Las ceremonias me desasosiegan:
el culto,
la nube sacra.
Y quisiera sentirlo y verlo
hablarle, entenderlo,
servirlo como un hombre
siempre.
Espero que no me mire,
que no me vea.
Sospecho que está siempre,
que no falla,
que me tiene fichado,
que no hay escapatoria.
Temo que me amenace,
que me riña,
que me castigue,
o que me espíe,
y me siga.
Me desazonan los misterios
los oráculos,
los enigmas,
los dones, los privilegios,
los éxtasis.
Las ceremonias me desasosiegan:
el culto,
la nube sacra.
Y quisiera sentirlo y verlo
hablarle, entenderlo,
servirlo como un hombre
siempre.
Quisiera que me tomara de una vez
o que me mudase en hoja,
en cosa pura, estúpida
en silencio o aire,
en piedra,
en átomo,
de su reino total.
Quiero amor o calma.
o que me mudase en hoja,
en cosa pura, estúpida
en silencio o aire,
en piedra,
en átomo,
de su reino total.
Quiero amor o calma.
De:
"Vacaciones pagadas"
Versión de José Batlló
WENDY GUERRA
Me he descubierto anclada en la fiesta epistolar
Me he descubierto anclada en la fiesta epistolar de
tus
Mentiras.
Recupero el aliento de mil letra y ahora narro el paisaje
que te excluye
Escribo cartas en el ardor del tiempo
y me descubro en un dibujo luminaria
Rompo la inmovilidad de mis estrofas
Ahora es sólo esquiar para encontrarte
Pido permiso para sacar mi cuerpo desnudo en los
Dibujos soy sobre papel
Soy una buena obra
Quizás la mejor de toda su colección
Pero tan efímera que el MOMA no puede conservarme
Soy mi texto y lo que trato de ocultar en el peligro de la
supervivencia
Mentiras.
Recupero el aliento de mil letra y ahora narro el paisaje
que te excluye
Escribo cartas en el ardor del tiempo
y me descubro en un dibujo luminaria
Rompo la inmovilidad de mis estrofas
Ahora es sólo esquiar para encontrarte
Pido permiso para sacar mi cuerpo desnudo en los
Dibujos soy sobre papel
Soy una buena obra
Quizás la mejor de toda su colección
Pero tan efímera que el MOMA no puede conservarme
Soy mi texto y lo que trato de ocultar en el peligro de la
supervivencia
ESTHER DE CACERES
Tú harás suave mi
sueño...
Tú harás suave mi sueño
cuando todas mis ramas hayan sido cortadas
y no quede más que una
libertad sin recuerdos...
Llegará tu silencio!
Ya mi oído
no se inclina a los días ni a las noches,
ya la última esperanza se me borra en tu cielo...
¡Llegará tu silencio!
Mi alma sabe que un día
tú harás suave mi sueño...
Tú harás suave mi sueño
cuando todas mis ramas hayan sido cortadas
y no quede más que una
libertad sin recuerdos...
Llegará tu silencio!
Ya mi oído
no se inclina a los días ni a las noches,
ya la última esperanza se me borra en tu cielo...
¡Llegará tu silencio!
Mi alma sabe que un día
tú harás suave mi sueño...
JOSÉ IGLESIAS DE LA CASA
Idilio V - La agitación
¡Ay! ¡Cómo ya la alegre primavera,
a su felice estado reducida,
torna a las plantas nuevo aliento y vida
esmaltando las flores su ribera,
que antes se vio aterida!
Suelta el raudal su risa armonïosa;
y canta el ruiseñor con trino doble:
de púrpura se viste el clavel noble,
y enlaza al olmo con la vid hermosa,
y con la hiedra al roble.
¡Qué de veces me vio rosada Aurora
mustia y débil la flor de mi hermosura,
reclinada del monte en la espesura,
y en vela inquieta me encontró a deshora
llorando mi ventura!
Cae del cielo la noche tenebrosa;
cubren sus alas negras todo el suelo:
mi dolor se acrecienta y desconsuelo,
y paz el blando sueño da engañosa
a mi triste recelo.
Que despierto asustada: y mi cuidado
me lleva a yerma orilla de ancho río:
vuelvo en vano a dormir, y desconfío
de poder encontrar puente ni vado
al triste curso mío.
Triste de mí que sigo temerosa
la luz escasa del funesto fuego,
que el poder de mis ojos deja ciego,
y émula de la incauta mariposa,
a su volcán me entrego.
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