"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 16 de marzo de 2012
EUNICE ODIO
Nube y cielo mayor
A los milicianos de dentro y fuera
Porque en España ardía la voz,
Ardía el vientre floral de la mujer
encinta con el mundo,
encinta con el mundo,
Ardía la arteria triste desnuda
Ardía el humus conciso de los hombres,
Ardía el húmedo estuario de tu daga
total y coronada.
total y coronada.
Porque en España
se cubrían de lujosos cadáveres
los párpados de las muchachas
se cubrían de lujosos cadáveres
los párpados de las muchachas
y el alba cercenada
soñaba con obispos y medusas,
y murmuraba el hombre su cándida estatura
más allá de su muerte conquistada,
soñaba con obispos y medusas,
y murmuraba el hombre su cándida estatura
más allá de su muerte conquistada,
Porque en España
Miliciano español
encubierto de escombros doloridos,
y tu cielo veloz acuchillado,
Miliciano español
encubierto de escombros doloridos,
y tu cielo veloz acuchillado,
Mientras los enlutados
perdían tu ancha jornada de magnolias,
y revolvían
hasta variarla toda,
la gracia popular de las tahonas,
tú estabas en la época lluviosa de tu sangre,
perdían tu ancha jornada de magnolias,
y revolvían
hasta variarla toda,
la gracia popular de las tahonas,
tú estabas en la época lluviosa de tu sangre,
y tu cuerpo,
en aire de paloma entrecortada,
recorría este suave desorden de ecuadores,
esta fácil ternura de los rostros de América.
en aire de paloma entrecortada,
recorría este suave desorden de ecuadores,
esta fácil ternura de los rostros de América.
Salud
Miliciano Español
a tu frente miliar
y a la turbia excelencia de tu sangre,
Miliciano Español
a tu frente miliar
y a la turbia excelencia de tu sangre,
Salud a tu mejilla levantada,
Salud
Miliciano Español
Miliciano Español
Discípulo tatuado
en la cubierta extraña de Guernica,
en la cubierta extraña de Guernica,
Salud al espinazo de tu espada,
Porque en España,
cuando los enlutados
pacían en tu dulzor enrojecido,
y comían de tu carne derramada,
tú eras como un ángel escolar
en la esquina del mundo,
cuando los enlutados
pacían en tu dulzor enrojecido,
y comían de tu carne derramada,
tú eras como un ángel escolar
en la esquina del mundo,
como un sol destapado con tu herida,
Salud
Miliciano Español
griterío original de días degollados,
Miliciano Español
griterío original de días degollados,
Herida desplomada en las puertas del hombre,
para que el hombre oyera
tu iracunda fragancia
y acogiera
el alto decaer de tu cintura,
el cálido color de tu armonía,
tu iracunda fragancia
y acogiera
el alto decaer de tu cintura,
el cálido color de tu armonía,
Salud a tu lacónica silueta
melancólico el gesto entre las rocas,
y la mirada envuelta en una lágrima,
melancólico el gesto entre las rocas,
y la mirada envuelta en una lágrima,
Salud
hasta tu corazón más íntimo,
y en tu sudor más íntimo,
y hasta en el dorso
más olvidado de tu hueso,
desordenado y alto,
hasta tu corazón más íntimo,
y en tu sudor más íntimo,
y hasta en el dorso
más olvidado de tu hueso,
desordenado y alto,
Salud a esa tu muerte tan desechada,
tu muerte aun húmeda y sola
al socaire del olivo,
tu muerte aun húmeda y sola
al socaire del olivo,
Salud
Miliciano Español,
Miliciano Español,
Dinamitero que ardes
con tu boca en amas
y tu fragor al cinto,
con tu boca en amas
y tu fragor al cinto,
Salud hasta en tu niño fusilado
que deslinda su ombligo entre tu frente,
que deslinda su ombligo entre tu frente,
Salud
Miliciano Español
Miliciano Español
Porque cuando en España
los arzobispos desfondaban a Cristo
y le pateaban el muslo y los dedos largos,
tú estabas con el rostro dividido
y con el sexo lleno de semanas
eternamente oscuras.
Porque cuando los militares de medio rostro
mutilaban la era embarazada
y se masturbaban la mente con un paraguas,
tú estabas cerrado a todas las sangres,
parado sobre todos los asaltos,
y tu cuerpo de suave corola destituida
tenía una voz para tu mismo cuerpo,
los arzobispos desfondaban a Cristo
y le pateaban el muslo y los dedos largos,
tú estabas con el rostro dividido
y con el sexo lleno de semanas
eternamente oscuras.
Porque cuando los militares de medio rostro
mutilaban la era embarazada
y se masturbaban la mente con un paraguas,
tú estabas cerrado a todas las sangres,
parado sobre todos los asaltos,
y tu cuerpo de suave corola destituida
tenía una voz para tu mismo cuerpo,
Salud
Huésped funeral y hermoso,
Huésped funeral y hermoso,
Salud
entre tu frente que está al socaire del olivo
aun sola;
entre tu frente que está al socaire del olivo
aun sola;
porque aún
entre los relojes de los bufetes
y de los tocadores,
los arzobispos y los medios rostros de los traidores,
se masturbaban la mente con un paraguas,
y en tu España,
en la mía,
en la de todos,
aún arde tu cuerpo como un clavel de asalto.
entre los relojes de los bufetes
y de los tocadores,
los arzobispos y los medios rostros de los traidores,
se masturbaban la mente con un paraguas,
y en tu España,
en la mía,
en la de todos,
aún arde tu cuerpo como un clavel de asalto.
Aquí,
amigo,
amigo,
Miliciano español
poblado hermano nuestro,
sobre tu corazón de polvo y estampido
nosotros estamos parados al pie de las cosechas,
poblado hermano nuestro,
sobre tu corazón de polvo y estampido
nosotros estamos parados al pie de las cosechas,
Sobre lo que parece que se ha roto en el llanto,
Estamos todos,
mostrando el tanto de brillo de una lágrima.
mostrando el tanto de brillo de una lágrima.
Somos los apasionados magníficos,
los pequeños exaltados
siempre floridos,
los pequeños exaltados
siempre floridos,
los de rostro transitable,
Estamos todos
esperando sobre la piedra erguida,
somos los de dentro y los de fuera,
esperando sobre la piedra erguida,
somos los de dentro y los de fuera,
somos todos los americanos.
ULALUME GONZÁLEZ DE LEON
Lugares
No sé donde está el árbol
que me hace estar tán lejos
ahora que se acerca
que me hace estar tán lejos
ahora que se acerca
No sé si yo lo traigo
o si es él quien me lleva
o si es él quien me lleva
Un hilo desde el fondo de su tiempo
tira de mí y me arrastra
tira de mí y me arrastra
mientras tiro de un hilo
para arrancarlo al fondo de su tiempo
para arrancarlo al fondo de su tiempo
Él llega -árbol entero
Yo de mí misma falto
Yo de mí misma falto
La memoria nos cambia de lugares
sin movernos de nuestros sitios
sin movernos de nuestros sitios
ANTONIO MACHADO
Inventario galante
Tus ojos me recuerdan
las noches de verano,
negras noches si luna,
orilla al mar salado,
y el chispear de estrellas
del cielo negro y bajo.
Tus ojos me recuerdan
las noches de verano.
Y tu morena carne,
los trigos requemados,
y el suspirar de fuego
de los maduros campos.
las noches de verano,
negras noches si luna,
orilla al mar salado,
y el chispear de estrellas
del cielo negro y bajo.
Tus ojos me recuerdan
las noches de verano.
Y tu morena carne,
los trigos requemados,
y el suspirar de fuego
de los maduros campos.
Tu hermana es clara y débil
como los juncos lánguidos,
como los sauces tristes,
como los linos glaucos.
Tu hermana es un lucero
en el azul lejano...
Y es alba y aura fría
sobre los pobres álamos
que en las orillas tiemblan
del río humilde y manso.
Tu hermana es un lucero
en el azul lejano.
como los juncos lánguidos,
como los sauces tristes,
como los linos glaucos.
Tu hermana es un lucero
en el azul lejano...
Y es alba y aura fría
sobre los pobres álamos
que en las orillas tiemblan
del río humilde y manso.
Tu hermana es un lucero
en el azul lejano.
De tu morena gracia
de tu soñar gitano,
de tu mirar de sombra
quiero llenar mi vaso.
Me embriagaré una noche
de cielo negro y bajo,
para cantar contigo,
orilla al mar salado,
una canción que deje
cenizas en los labios...
De tu mirar de sombra
quiero llenar mi vaso.
de tu soñar gitano,
de tu mirar de sombra
quiero llenar mi vaso.
Me embriagaré una noche
de cielo negro y bajo,
para cantar contigo,
orilla al mar salado,
una canción que deje
cenizas en los labios...
De tu mirar de sombra
quiero llenar mi vaso.
Para tu linda hermana
arrancaré los ramos
de florecillas nuevas
a los almendros blancos,
en un tranquilo y triste
alborear de marzo.
Los regaré con agua
de los arroyos claros,
los ataré con verdes
junquillos del remanso...
Para tu linda hermana
yo haré un ramito blanco.
arrancaré los ramos
de florecillas nuevas
a los almendros blancos,
en un tranquilo y triste
alborear de marzo.
Los regaré con agua
de los arroyos claros,
los ataré con verdes
junquillos del remanso...
Para tu linda hermana
yo haré un ramito blanco.
MÍA GALLEGOS
Coreografía
Para mí amigo Carlos Cortés
En fin
que no he vivido nada.
No sé qué cosa es una guerra
y tengo como prisión al cuerpo
y alma como campo de batalla.
que no he vivido nada.
No sé qué cosa es una guerra
y tengo como prisión al cuerpo
y alma como campo de batalla.
Me debato entre la duda
de reflexionar o fluir;
esto es situarse en el palco de los espectadores,
o estar
en cada íntimo instante del milagro.
de reflexionar o fluir;
esto es situarse en el palco de los espectadores,
o estar
en cada íntimo instante del milagro.
Vivo de pedacitos,
pero aspiro a la totalidad,
es decir a Mozart y al poema que me redima
y me revele los espacios absolutos
y la nada.
pero aspiro a la totalidad,
es decir a Mozart y al poema que me redima
y me revele los espacios absolutos
y la nada.
Percibo de mí
los sitios más secretos:
la culpa,
una tercera conciencia de las cosas,
la dualidad del pensamiento,
la ira pequeña
por lo que ya ocurrió.
Pero he vivido poco. Treinta años.
Dos amores de piel
y un querer abandonar
esta espera que me señala la vida.
los sitios más secretos:
la culpa,
una tercera conciencia de las cosas,
la dualidad del pensamiento,
la ira pequeña
por lo que ya ocurrió.
Pero he vivido poco. Treinta años.
Dos amores de piel
y un querer abandonar
esta espera que me señala la vida.
Anhelo la anarquía,
el más tierno desorden del amor,
la cábala
los relojes de arena y una habitación sencilla.
el más tierno desorden del amor,
la cábala
los relojes de arena y una habitación sencilla.
Quiero tener un destino trazado de antemano,
encontrarme con Dios
y los abismos
y no tener conciencia de la llama.
Ser la llama misma y la aventura.
encontrarme con Dios
y los abismos
y no tener conciencia de la llama.
Ser la llama misma y la aventura.
Pero vengo de soledades últimas,
de conversaciones que nunca concluyeron,
de espejos que me miraron desde la infancia hasta ahora,
de abandonados armarios de caoba que fueron
de tías o de abuelas remotísimas.
de conversaciones que nunca concluyeron,
de espejos que me miraron desde la infancia hasta ahora,
de abandonados armarios de caoba que fueron
de tías o de abuelas remotísimas.
Cuán poco he vivido.
No conozco la guerra. Y tampoco la paz.
Me duele la orfandad,
el desarraigo,
el sentirme extranjera en cualquier sitio,
el no pertenecer
a una familia o a una patria.
No conozco la guerra. Y tampoco la paz.
Me duele la orfandad,
el desarraigo,
el sentirme extranjera en cualquier sitio,
el no pertenecer
a una familia o a una patria.
No puedo narrar una batalla;
ni hablar del hambre y de la peste,
ni escribir la canción de algún soldado herido,
ni hablar de mujer violada,
ni decir cómo es un cementerio después de una llovizna.
ni hablar del hambre y de la peste,
ni escribir la canción de algún soldado herido,
ni hablar de mujer violada,
ni decir cómo es un cementerio después de una llovizna.
Pero anhelo decir en el poema
que la vida me conmueve,
que respiro mejor cuando me entrego,
que necesito amar de la manera más simple y primitiva.
Me gusta la paz y la defiendo
y la guerra cuando es justa,
y el sabor de las mandarinas cuando llega el verano,
que me gusta ser una y arraigarme en el cosmos,
y sentir que mi vida palpita al mismo tiempo que la vida,
aunque no haya vivido,
aunque mi hambre sea de infinito,
aunque no sepa expresar
que por alguna razón precisa estoy aquí,
a punto de vencer,
a punto de morir,
de vivir.
que la vida me conmueve,
que respiro mejor cuando me entrego,
que necesito amar de la manera más simple y primitiva.
Me gusta la paz y la defiendo
y la guerra cuando es justa,
y el sabor de las mandarinas cuando llega el verano,
que me gusta ser una y arraigarme en el cosmos,
y sentir que mi vida palpita al mismo tiempo que la vida,
aunque no haya vivido,
aunque mi hambre sea de infinito,
aunque no sepa expresar
que por alguna razón precisa estoy aquí,
a punto de vencer,
a punto de morir,
de vivir.
FEDERICO GARCÍA LORCA
Es verdad
¡Ay qué trabajo me cuesta
quererte como te quiero!
quererte como te quiero!
Por tu amor me duele el aire,
el corazón
y el sombrero.
el corazón
y el sombrero.
¿Quién me compraría a mí
este cintillo que tengo
y esta tristeza de hilo
blanco, para hacer pañuelos?
este cintillo que tengo
y esta tristeza de hilo
blanco, para hacer pañuelos?
¡Ay qué trabajo me cuesta
quererte como te quiero!
quererte como te quiero!
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