miércoles, 19 de diciembre de 2012

PABLO CASSI





 Tu sonrisa



Cada noche tu mirada es un anhelo diferente,
te desnudas a conciencia con mis besos
y en mi cuerpo tejes un traje de deseos.

Estos versos son todo cuanto tengo
a la hora de soñar contigo,
mi pequeña historia que se instala en tu oído
la memoria se equilibra en un viaje hacia el recuerdo.

Tradúceme el secreto lenguaje de tu mirada
el rito unánime donde se ajustan los labios
y las palabras cumplen lo que prometen
darme la hermosura de una sonrisa.

Atravieso nuevamente el mismo pueblo,
recojo la tristeza de tus ojos quebrados
el vuelo indiferente de algunas palabras.

Tú eres bella como las mujeres que el poeta conoce
en el ejercicio de sus primeros versos.


SUSANA CATTANEO






Detrás del relámpago



Pasa la muchacha encinta
por las calles del pueblo,
pasa la muchacha.
Hacia el cielo
su frente apunta
mientras otros arrojan
duras miradas.
Pasa la muchacha encinta
por el pueblo de barro,
pasa la muchacha.
En su vientre lleva
gloria de soles.
Otros seres,
vierten vergüenza
en sus entrañas
y en su rostro puro,
piedra, amenazas.
Pasa la muchacha encinta
por la siesta del pueblo,
pasa la muchacha.
Vuelve
en el crepúsculo,
multiplicada.

GUILLERMO QUIJANO RUEDA




  
Cadena perpetúa



Como árboles
hay hombres que aferrados al destino,
atan sus raíces a la nada
y besan sólo el aire
que llega hasta sus brazos...
Desconocen del río su silueta,
la magia de su cuerpo vaporoso,
su alimento.
Sus anclas sólo visten el óxido
de un séquito de días infinitos.
La obsesiva soledad no les permite
ser abrigo de trinos y perfumes.
No saben de la vida...
tampoco de la muerte ;
son fetiches asentados a un único paisaje,
gris,
sombrío,
vestido de rutina.
Como árboles
hay hombres
que sólo han conocido
un único camino.

JOSÉ JUAN TABLADA





Tríptico sentimental



Loro idéntico al de mi abuela,
funambulesca voz de la cocina
del corredor y de la azotehuela.

No bien el sol ilumina,
lanza el loro su grito
y su áspera canción
con el asombro del gorrión
que sólo canta El josefito...

De la cocinera se mofa
colérico y gutural,
y de paso apostrofa
a la olla del nixtamal.

Cuando pisándose los pies
el loro cruza el suelo de ladrillo
del gato negro hecho un ovillo,
el ojo de ámbar lo mira
y un azufre diabólico recela
contra ese íncubo verde y amarillo,
¡la pesadilla de su duermevela!

¡Mas de civilización un tesoro
hay en la voz
de este super-Ioro
de 1922!

Finge del aeroplano el ron-ron
y la estridencia del klaxón...

Y ahogar quisiera con su batahola
la música rival de la victrola...

En breve teatro proyector de oro,
de las vigas al suelo, la cocina
cruza un rayo solar de esquina a esquina
y afoca y nimba al importante loro...

Pero a veces, cuando lanza el jilguero
la canción de la selva en abril,
el súbito silencio del loro parlero
y su absorta mirada de perfil,
recelan una melancolía
indigna de su plumaje verde...

¡Tal vez el gran bosque recuerde
y la cóncava selva sombría!

¡En tregua con la cocinera
cesa su algarabía chocarrera,
tórnase hosco y salvaje...

¡El loro es sólo un gajo de follaje
con un poco de sol en la mollera!

NINA CASSIAN






Volaban

                      Desde aquel instante, comienza a hacer todo
                                                                dos veces más.
                                          Y en lugar del brazo arrancado
                                                             le crece un ala...

Volaban...

Él tenía un ala en la izquierda,
ella tenía un ala en la derecha,
como un solo cuerpo entre dos alas,
volaban...
Volaban...
Respirando entre dos alas,
ella -el pulmón de la derecha,
él -el pulmón de la izquierda,
a través de un cielo saturado de oro,
como una larga lanzadera de oro,
como una llave de oro,
volaban...
entre oro...
volaban...
entre oro...
volaban...

Versión de Manuel Serrano 

HAROLD ALVARADO TENORIO





Hoja de otoño



Hoja de otoño, no percibes
el saludo y el beso,
el cuerpo detenido en un lecho de aroma,
la mano y el labio en la boca,
la carne y el ojo en los ojos. 

Viento de otoño vuelto hacia dentro.