lunes, 16 de junio de 2025


 

GABRIEL BOCÁNGEL

 


 

Alzad, Señor, vuestra Sión divina


 

Alzad, Señor, vuestra Sión divina
adonde, ingrato a tanto beneficio,
la deidad hizo el hombre sacrificio,
y, siendo él fulminado, la fulmina.

No logre la ambición de peregrina
la culpa en ese, aunque postrado, indicio,
que el sacrílego intento de su oficio
memoria templo hará de la ruina.

Si no es que, codicioso de la injuria,
temiendo que acabó ya la violencia
de dar a la impiedad postrer indicio,

(mientras no os solicita en nueva furia,
por no tener ociosa la paciencia),
queréis también sufrir veros sin templo.

 

 

ARQUÍLOCO

 

 

La estación de la fuga


 

…si bajo poderosa fuerza de un dios
no hay que llamarlo flojera o vileza,
está bien que nos lanzáramos a huir de males devastadores. Huir tiene su temporada.
También una vez Télefo, el descendiente de Arcas, él solo,
espantó a todo el ejército de los argivos, y no mucho resistieron
esos valientes (tanto los espantaba la suerte de los dioses
a ellos, que iban armados con lanzas). El río Caicos, de buena corriente,
quedó atestado de los que caían muertos, y también
la llanura misia. Sobre la orilla del mar muy estruendoso
eran masacrados por la mano de ese despiadado mortal
los aqueos de buenas grebas, que se dispersaban a la desbandada:
con entusiasmo corrían a embarcarse en las naves que cruzan el mar
estos hijos y hermanos de inmortales, a quienes Agamenón
llevaba a hacer la guerra a Ilión, la sagrada.
Pero en ese momento, desviados de su camino, habían llegado a esta costa
y recalaron en la espléndida ciudad de Teutras;
allí resollaban la furia, lo mismo los hombres que los caballos,
inmensamente afligidos los ánimos en su desvarío,
pues se figuraban que ya asaltarían la ciudad de los troyanos, de altas puertas,
y en vano pisaban Misia, rica en grano.
Y vino a su encuentro Heracles, clamando por su hijo de corazón bravo, Télefo,
despiadado centinela en la guerra devastadora,
el que excitó en los dánaos la vergonzosa estampida
cuando los enfrentó él solo, complaciendo a su padre…

 

 

 

GLADYS GONZÁLEZ

 

 

 

trazado

 


el dolor en el pecho

solo aparece

algunas noches

cuando regreso

a esa guerra perdida

hace años

 

ya no hay cansancio

ni grandes equivocaciones

ni carreras sin final

contra la pared

 

por ahora

la sangre sigue su curso

hacia atrás

 

aquí

el cemento

aún

está limpio.

 

 

De: “Hospicio”

 

MARÍA LUISA SANÍN PEÑA

 

 


mercurio retro

 

i

 

hoy no alcanzo

 

el transmilenio nunca vuela

anguila plexiglás en laberinto

gris

salta, se desliza

me paro en el acordeón central

campo entre lo uno y lo otro

repta rojo

hoy

 

 

 

 

ii

 

pierdo acceso a mi platanero internet

 

  marque 1

  para reconectar

  marque 2

  servicio al cliente

 

se cuelga la línea

 

  marque 1

  para aguantar

  marque 2

  los cables son minas de cobre

  marque 3

  evitar perderla con la señorita

  del call center

 

 

 

 

iii

 

mercurio es un duende de chancletas aladas

mensajero

hace Us prohibidas en su moto

 

cuando echa para atrás tiene unas instrucciones

  no empezar proyectos

  no firmar contratos

  cuidar las palabras como huevos

 

    ver sus estragos

    como sortilegios.

 

JUAN DOMINGO AGUILAR

 

 

 



Separación de bienes


 

Cómo dividir el patrimonio acumulado

si los parques no caben en cajas

y los amigos se reparten como discos

según la fecha de compra.

Cómo adjudicar los cadáveres de manera justa

si están apilados en el mismo armario

o asignar las estaciones de metro

donde a partir de mañana

empezaremos a evitarnos.

 

  

De: “Un mal de familia”

 

CARLOS IGLESIAS DÍEZ

 

 

 

Pausa tras la tormenta

 

 

Se aquietan las llamas
sobre el campo de luz.

Dos lagos verdes apagan
las últimas cenizas
y, poco a poco,
se asoma una nube.

Te imagino recogiéndote el pelo.

Tal vez acabas de llorar
y, al fin,
sonríes.

 

  

De: “El peso del silencio”