sábado, 18 de junio de 2022


 

ÁLVARO ARMANDO VASSEUR

 

 

A la Tierra Uruguaya

 

 

¡Tierra Uruguaya!
-Nutriz, cuya es mi sangre y mi existencia,
y el gran fuego central de mi lirismo,
y el radium de mi astral Perseverancia,
-donde en las noches de invernales dudas
vendrán los pueblos a templar sus almas;-

Oriental, Oriental, dulce ribera,
flor de las flores por florida amada,
mirador de los claros horizontes, ,
joyel entre las joyas de la Atlántida,
véate presto esclarecida y grande,
próspera, libre, justiciera y plácida!
Exenta de tiranos y de siervos
como lo estás de abismos y montañas,
llenos tus surcos de simientes óptimas,
tus trojes plenos de cosechas magnas;
subdivididos tus feraces campos
en infinitas laboradas granjas,
más ricos, que en espléndidas haciendas,
en seres concisos, en familias cultas,
viveros de hombres, madreperlas de almas!

Oriental, Oriental, dulce ribera,
flor de las flores por florida amada,
terruño de las Cides Campeadores,
regio serrallo de amorosas Gracias,
véante pronto los ansiosos ojos
de los mundiales parias,
dando al olvido los laureles épicos,
las homicidas armas-
digna, consciente, pensadora, nueva,
y millonaria de almas!

Entonces sí te llamaremos todos
tierra charrúa, de los libres. Patria:
cuando no hayan de emigrar tus hijos
porque les niegas nutrición y almohada;
cuando no albergues madriguera agreste
por la miseria y el rincón poblada,
ni fratricidas plebes irredentas
de crin hirsuta y de ignorancia atávica;
cuando realices la Equidad augusta
y el Derecho presida tus jornadas;
cuando en la beatitud de tus campiñas,
transfiguradas por la musa agraria,
no irrumpa, torrencial, la hórrida horda
rabiosa de venganzas,
-en el eclipse de la gran concordia,
como ciclón de infamia; –
entonces sí te llamaremos todos
tierra charrúa, de los libres Patria!

 

MAGDA PORTAL

  

 

Círculos violeta

 

 

Humareda de angustia hasta ahogar las lágrimas de las estrellas
Caminaba por el camino sin direcciones, estremecida por los fantasmas
de la neurastenia
Y es que en el fondo de las entrañas, con un chisporroteo tenue, sintió
el hervor de una vida que no era la suya
AMOR—
Pero es que el Amor encierra la única razón del HIJO?
Ya debiera encenderse dos ojos profundos la ceguera criminal de la
Naturaleza
Para qué?
Todas las noches mirándose en el espejo de su carne —fatigada y enferma
por el proceso lento, se le apretaba el corazón —y hubiera querido, con el
espíritu de rodillas, amanecer como si fuera todo un sueño
PARA QUÉ?
Le quemaba el hierro de la pregunta
Sus pulmones mordidos por la tuberculosis, su soledad, su vida sin
objeto, vagabunda en la vastedad hostil de la tierra
Para qué pues el hijo? La prolongación de las lágrimas mudas, del
abandono, del extravío? La prolongación de las miserias del mudo!
Y la negación rotunda no le rasgaba las entrañas
Todos los días hervía un poco más aquel fermento del acaso
De sus ojos brillantes y lánguidos salía a bailarle en las orejas y en la cara
extenuada
Y en verdad sentía como si llevara en su vientre todo el dolor de la
humanidad
Los fantasmas de neurastenia le hundían sus dedos en las cedillas del
cerebro
En sus ojos empezaron a inmovilizarse los paisajes más rojos

 


JOSÉ SANTOS CHOCANO

 

  

Águilas y gorriones

Al coronel Mariano J. Madueño

 

 

Bandada de gorriones sueña en vano
derribar alta torre, y la golpea
con sus menudas alas: tal jadea
turba envidiosa en su delirio insano.

No importa, no, que el egoísmo humano
junte a toda la estúpida ralea
contra una sola cumbre de la idea:
¡una nube no seca el oceano!

Cual puñado de arenas, en su anhelo
se unen las ambiciones despechadas,
y se esparcen al golpe de las olas…

¡Para cruzar por el azul del cielo,
los gorriones se juntan en bandadas;
en tanto que las águilas van solas!…

 

HUMBERTO ZARRILLI

 

  

Cántico de la desnuda noche

 

 

I

DESCORRERÉ tu velo, ¡oh noche que te acercas!
contemplaré tu luz…
tu llanura de luz,
tu océano implacable de luz.

Tú eres la desnuda, la límpida total y solitaria.
Eres la que yo encuentro después de mi esperanza;
la única testigo de las separaciones.
Y la que sigue unida más allá de las sombras.

Ya desgarré tu velo, ¡oh noche revelada!
y contemplo tu luz sin perfil ni luceros.

 

 

II

¡Ay, nunca más las noches, con sus mentidos astros
ya serán para mí!
Aquéllas contempladas con los ojos velados
esas de poca luz y mucha estrella.

¡Ay, nunca más las noches entrevistas
a través de la luna, la pasión y los mitos
y más en los jazmines, en el río y los sueños!
Ya no me engañarás, noche de eternidades
afluente de las albas.

Noche igual y diversa, sombría y andariega,
donde frente a otra vida me he quedado llorando,
de distancia y de límite
como llora una estrella!

 

 

MARÍA EMILIA CORNEJO

 

  

Tímida y avergonzada

 

 

tímida y avergonzada
dejé que quitaras lentamente mis vestidos,
desnuda
sin saber qué hacer y muerta de frío
me acomodé entre tus piernas
¿es la primera vez?
preguntaste,
sólo pude llorar.
oí que me decías que todo iba a salir bien
que no me preocupara,
yo recordaba las largas discusiones de mis padres,
el desesperado llanto de mi madre
y su voz diciéndome:
“nunca confíes en los hombres”.

Comprendiste mi dolor
y con infinita ternura
cubriste mi cuerpo con tu cuerpo,
tienes que abrir las piernas, murmuraste,
y yo me sentí torpe y desolada.

 

EMILIO ADOLFO WESTPHALEN

 

 


Salido de madre

 

 

¿Es cierto que ya no sabes
Adónde vas ni qué quieres?
Te zampas moscas racimos
Culebras de piel de rosa
Rimeros de miel silvestre.
Hierve el agua en tu garganta
Cascas lo que encuentras
Y nada te repleta.
Requintas apedreas desgarras
Has perdido compostura y camino.
Río -me dueles en los ojos y en el vientre.
¿Qué te haría la madre
Que así deliras y destruyes
Mi pueblo mi casa
Te llevas el borrico pardo
La palmera sin sombra
El cementerio completo?
¿Eres río sin madre
O mar recién parido
Estirándote lo más que dé
Tu hambre y tu codicia?
Río vuelve a ser río
No te quiero tan grande.