viernes, 29 de septiembre de 2017

 

MIGUEL FLORIANO




Narciso, creyéndose un ínclito poeta,
Se pone a cavilar una madrugada



A mi padre



Sembrar en mí la paz. Eso quisiera
esta noche, eso mismo solamente.
Que la deuda del tedio, la obediente
penumbra me aplacase, me durmiera.

Después, soñar aquello que la fiera
ignora y, bajo el túnel de mi sueño,
encontrar un espejo muy pequeño
para admirarme en él como debiera.

Sembrar en mí la paz. Romper la herida
que enlaza el corazón con su desvelo,
disfrazando este insomnio de agonía.


Y al alba, abrir los ojos, y enseguida
repetirme otra vez, mirando al cielo.
Contemplarme en la nueva edad del día.


SERGIO CRUZ



  
El racimo de uvas
sobre un tema de Fray Luis de León que repite George Herbert



Y yo quise encerrar a la felicidad
en un calabozo, pero el saco
que llevo tras la espalda no desapareció;
siguió creciendo, paralelo
al cuerpo, entrecruzando la médula del hueso
con la contorsión del sexo.
Yo no supe hacer nada, Dios, por tu palabra
y me quedé encerrado en la palabra que no tenías
para que me dieras a beber tu esencia propia,
para que dejaras en claro mi cuerpo sin salida,
para que mi luz no se odiara entre tus vinos,
para que las flores marchitaran en mi herida.
Yo quise, Dios, llegar al cielo, pero nadie abrió
los brazos lejanos de mi muerte. Nadie ve
mis rostros corriendo en el camino de otros rostros,
la memoria de mis cuerpos acumulándose en palimpsestos,
nadie ve las voces frías que se pudrieron. Dios,
si eres uno y eres cierto, arráncame de la existencia
en que no hago más que buscar no contemplarte; Dios,
si eres uno y eres cierto, derrámate:
con los pies de mi oración aplastando tu racimo
he de aplastar tu cuerpo místico y dejarlo
destilarse hasta que salga el vino, el vino eterno, el vino mismo
de tu sangre.



TANIA MÁRQUEZ ARAGÓN




Guatemaya



Pase adelante
ritmo de mano contra mano
mujeres de segunda piel florida
párpados entreplumados.

Coincidencias que son señales
nacen y se desmanchan
mercados:
Mamita mamaita,
¿Qué quiere? ¿Qué va llevar mi amor?
a quetzal llévelo a quetzal mami, seño, señorita, señito.
Sabores que se tocan
texturas que se piensan
la mirada estira su lengua
los sentidos escurren.

Me desvanezco entre las equis y las aches
y los zumbidos tz tz tz quetzales.
niñas niños bebés mujeres embarazadas se multiplican
bullicio moreno
quemando copal
campo de mujeres, batalla
soy la masa entre las manos de las tortilleras.

Surge entre montañas de huesos machacados,
Guatemaya
fecundadoras de nahuales
hermanos descubiertos
vidas entornadas
tus aves cantan insistentes la blanca ceguera
tu marea de sangre antigua despierta la sed de los ojos
bosques de neblina nítida, ríos de vapor espeso, diálogos de humo solido
sed de lodo, hambre de piedras
báñame en tu luna de lago
en tu sol de lago
en tu vegetación de lago
en tu lago reflejo de barro
clávame en una cruz giratoria que señale todos los puntos
permíteme cavar un hueco en tu fatigado y herido cuerpo para morir
germinar y volver a la vida.


MARTA GARCÊS




El hurto inesperado de mi lucha



El hurto inesperado de mi lucha,
frente al dolor,
poder pisar con la venganza
la providencia que me ofrecieron tus ojos.

Y la voluntad pasa en vilo,
y la esperanza se extingue.

Yo era confiada y libre,
en mi lado de la cama,
no me asustaban los fantasmas,
y tampoco reía los sueños,
rezaba entre tu cuerpo
y recorría cada poro de tu mirada.

Un día algo murió,
acodada frente a la infrecuencia de tus Te amo,
transcurría lento el tiempo,
y reía mis desgracias,
y las edades se hacían siglos.

En las cornisas de mi ventana,
los gritos se deshacían en el aire,
en silencio,
una dama mantiene las formas,
una dama responde entre sonrisas,
arrasa eternamente,
entre las estaciones que se suceden,
y estudia fielmente los movimientos
de los corazones dañados.

Una dama obedece entrecortadamente,
y mira con desdén la diferencia,
discreta,
errante,
llega rebosante a la noche y espera.
Pero el hurto inesperado
frente al dolor
se abre como un llanto
y se desangra por mi cuerpo.



DIANA AZCONA TREJO




IV



Me pidieron una cánula de Jackson.
Yo solo pensaba en tapar con mi lengua
el orificio de tu garganta
para que no se te escaparan
mis tormentas.


De: “Crónicas de hospital”


NICOLE CECILIA DELGADO




para J.N.



ahora
pienso
bésame o vete
pero tú no quieres irte todavía
la lengua se desplaza 
me contaminan los ritmos de una mujer que se llama como yo
cuando se nos acaban las palabras
volvemos a los libros
poemas
metalenguajes del presente
entre nosotros
la mañana entra azul al cuarto
ciudad de méxico
voluntaria transición
el deseo me tira de una pierna
se pintó de azul esta mañana triangulando los espacios luz
bésame o vete
el poema va alargándose en la lengua
también da placer este deseo contenido
nada que ver con el tiempo
la superficie de la sílaba
los horarios tenebrosos
me acerco y me separo
mi lengua es un telar
hubo tantos ruidos
yo me nublé tanto
audaz ceremonia nuestro juego
la geología del entendimiento
cuando entorpecen las palabras
se recurre al poema
el pasado de los otros conversa
la entrelínea del cuerpo es complicada y dolorosa
tengo vientre y razón desprotegidos
ensimismados en el ejercicio de decir el borde
el precipicio
hace sonido el fuego
la poesía también es imitación
la lengua floja dice demasiado
tanto
tanto que laten solitarias mis máquinas
tiemblo telúrica
ante la simple conjetura
del deslizamiento que no se desenrosca
ese violento simulacro nos acerca
por supuesto la lengua
quisiera conocer a tu padre más arriba de los ojos
quisiera alimentar los vidrios pantanosos de la duda
a cambio de esta lastimosa exactitud
mi oscura descendencia
la ciudad enrarecidamente platinada
mis cartas precisan luz
con algunos amigos, deuda epistolar
conmigo, deuda serena
hago el compromiso de irme
de nuevo otra
toda escritura esconde cosas
ciframos entre manos claves
rotunda
otra vez esa palabra
mi voz es un telar
hay algo que se espesa cuando viene el poema
inminente pulso
quisiera conocer el silencio de mi padre
ahogado en su ausencia de siglo pasado
apuesto la página 1017 de un diccionario pálido
a que tu lengua despierta otra vez
vamos
a navegar el agua turbia de los países bajos
estos tiempos sísmicos lo piden
aunque parece el fin del mundo
la historia va a recordarnos porque iniciamos algo
las décadas se fugan
el presente no se parece al futuro que ayer imaginábamos
ayer, la voz
la voz galopando
la ciencia se ha quedado corta
el siglo del contagio
la tiniebla de la idea dando rondas vigilantes
el cambio nos alcanza
eso es nuestro siglo espía
mi expediente
mi nombre está adherido a tantos números
historia delicada perversión histórica
es
el poema dando tumbos
el poema es una tómbola
el poema salta de estación en estación
maldito trámite maldito
nunca antes deseé ser hombre
al otro lado del abrazo abrazando a un hombre
aquí
inevitablemente se filtran otros tiempos al poema:
dictadura latinoamericana
siglo veinte
guerrilla andina
asesinato
narcotraficante
televangelistas
teología de la liberación
exilio  residencia     diplomacia
cordillera volcánica
en ciudad de guatemala un hombre me regaló dos ojos
no lo he vuelto a ver
acaso mi madre extraña a veces a mi padre
familia desmembrada
asombrosa virtud de nuestra generación divorcio
en ciudad de guatemala amé a un hombre pequeño cinco días
ondulación durmiente
nuestros cuerpos des/conocidos
ahora
hombre que no existes te invoco
ante el horror apocalíptico
confío en la materia
de los besos que alumbra el calendario
ciudad de méxico
enorme capital prehispánica
tu lento reconstruir los péndulos
mi cuerpo, su reloj de arena
sextante temporal conjunción de siglos
he vuelto a ser marxista
he vuelto a ser palabra
mi voz es un telar
para tu nombre de paloma blanca
blanca
blanco es el color yuxtapuesto de la incertidumbre
queda abolida mi genealogía delirante
mi cuerpo antiguo sin regreso
pasó tanto tiempo que ya no te alimentas de mí
a las mujeres nos gusta alimentar la tribu
pero tú
ya no eres la tribu
ni esos días son la tribu
ahora soy más rebelde que entonces
ahora
no sé qué soy vestida de plástico y semilla
viajo bajo tierra
el futuro se nos va de la boca
ha cambiado tanto mi escritura desde que te conocí
ahora tengo
interlocutor
tantos tú
demasiados tú antes de ti
pero tú eres tanto
que prefiero verte poco y beberte a cuentagotas
saliva venenosa y visionaria
el diálogo atraviesa todo lo que sé
cruel pedirle al mundo
el peso de alguien como tú bajo mi cuerpo
otra vez tú mismo arrancándome besos
yo también soy hombre
desde la biología ondulante de mi cuerpo
la escritura de mi vientre no se parece a nada
en ciudad de guatemala creí saber quién era
justo antes de ti
fue la poesía
y un polvorín de libro viejo ensuciándome las manos
gerencia científica del trabajo
materialismo histórico
formalismo ruso
negritud dadá
tráfico oral de historias
encrucijada voraz tensando los extremos
intento el vacío de la antigüedad asiática
pero estoy colmada
de hombres de ideas de fechas de expectativas
crecen los lugares elegidos
llena de aire la boca
densidad climática
respiro los horarios
antes
antes fue ciudad de guatemala
y un viaje trunco hasta las minas de cobre cerca del río bravo
animal peligroso en cautiverio
escribo
este poema inevitable y carnívoro
el medio camino al que nadie ha puesto nombre
la distancia entre los puntos cardinales y la aduana
eso que se escinde  en las clasificaciones
tránsito
velocidad
el metro del df abrirá una nueva ruta
los números se vuelven importantes:   cero a la derecha
cero a la derecha
cero a la derecha
invoco a los dioses de moda del milenio
ahora decir milenio es hábito
hoy me importa la cuenta de los días
el futuro empieza a vislumbrarse
cerca
tan cerca
nos besamos
tiembla
la lengua del futuro
híbrida y veloz
cada vez hay menos tiempo
cuestiono la vigencia de todas las verdades
acaso
el conocimiento también
caduca
expira
acaso
no hay derecho a volver a equivocarse
en nombre de la ciencia
en nombre de la libertad
en nombre de la literatura
acaso este poema
es mortal también como tu sangre
acaso la escritura vendrá disfrazada de insania
a veces todavía conmueve esa palabra
que carcome o exalta la belleza de los amigos
de noche
la velocidad es compulsiva
se come las uñas
dilata la apertura de los hombres en la calle
las luces parpadean
la ciudad
desconecta las constelaciones
ciudad tiniebla
ciudad penumbra
de noche todas las ciudades se parecen
ciudad de guatemala enrosca los silencios
se incendia de colores vertebrados
la historia universal
tiene los bolsillos rotos
fechas en fuga
tachoneando la comisura de todos los abusos
decido dar
otra oportunidad a los hombres que quieren tocarme
me he vuelto frívola
tengo las piernas calientes
y tierra detrás de las orejas
he caminado mucho
mi voz es un telar
dejé de coleccionar las contraseñas los itinerarios
besaría a tu padre en la boca si no estuviese muerto
besaría a mi padre en la boca si no se hubiera ido
besaría a tu padre en la boca para despertar tus ojos
nada está resuelto
la cartelera exhibe el mismo mito
un hombre sembrando su bandera estéril en un cráter de la luna
la nube de humo de la bomba atómica
la subasta del muro de berlín
otro desastre históricoatmosférico despedaza a una isla
revolución indígena
la crisis del agua
las torres gemelas
el enfriamiento global de esta temporada
el estruendo repetido del imperio contraataca
la balcanización del ensueño
sujeto volador se identifica
té de jamaica
cuarto de azotea
entrepierna de los libros de poesía
en ciudad de guatemala demasiado equipaje
en ciudad de guatemala los orgasmos
teléfono público insólito autobús
ha desaparecido un hombre
su apellido sudoroso ya no habita el remitente
su nombre vacío que retumba
debí decirle
voy a quedarme contigo
a corregir la frialdad del horizonte
ya vi la guerra
hubiera sido capaz
de ensartar eclipses en la habitación escrita de tus ojos
la escritura siempre un parteaguas
las paredes agrietadas de tanto terremoto
pronostican
una orgía de catástrofes demoliendo instituciones
rompiéndonos la boca
un concierto de mordazas apretadas
la guerra digital adormeciendo el tacto
un poema hecatombe
lleno de centella
todos dijeron que no
nada
nada que hacer en ciudad de guatemala