viernes, 29 de septiembre de 2017

MARTA GARCÊS




El hurto inesperado de mi lucha



El hurto inesperado de mi lucha,
frente al dolor,
poder pisar con la venganza
la providencia que me ofrecieron tus ojos.

Y la voluntad pasa en vilo,
y la esperanza se extingue.

Yo era confiada y libre,
en mi lado de la cama,
no me asustaban los fantasmas,
y tampoco reía los sueños,
rezaba entre tu cuerpo
y recorría cada poro de tu mirada.

Un día algo murió,
acodada frente a la infrecuencia de tus Te amo,
transcurría lento el tiempo,
y reía mis desgracias,
y las edades se hacían siglos.

En las cornisas de mi ventana,
los gritos se deshacían en el aire,
en silencio,
una dama mantiene las formas,
una dama responde entre sonrisas,
arrasa eternamente,
entre las estaciones que se suceden,
y estudia fielmente los movimientos
de los corazones dañados.

Una dama obedece entrecortadamente,
y mira con desdén la diferencia,
discreta,
errante,
llega rebosante a la noche y espera.
Pero el hurto inesperado
frente al dolor
se abre como un llanto
y se desangra por mi cuerpo.



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