"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 19 de enero de 2025
ÁNGEL DÍAZ
No
vi a un hombre perdido
con
las manos puestas en la cabeza
levantándose
en un día equivocado.
Tampoco
vi al rechazo
como
el compañero de escuela
al
que uno debe de ignorar.
Ni
vi a la decepción
fumando
sus últimos cigarros
ahora
que comienza a ser más vieja.
Ni
el futuro se veía
como
un muro tan alto
al
que nadie podía rodear.
Tampoco
vi al sueño resignado
por
no volver a tocar la cama,
ni a
la vergüenza
escondiendo
de nuevo sus manos rojas.
-
Y te lo juro -
No
vi a la desesperación
acomodando
pedazos de palabras
en
una solicitud de empleo.
MARIALUZ ALBUJA BAYAS
Omisión
Te
kiero, perra, dijiste, y las balas me atravesaron
vas
a soñar con mis incisivos en tu garganta
filo
sobre filo
hasta
sofocar el minúsculo territorio donde la voz ya no cabe
pero
sí la seguridad de la destrucción.
Ansiabas
ver todo teñido de rojo
los
adoquines, el filo de la vereda
mi
mano que aún palpitaba en la tuya.
Se
abalanzaron las moscas.
Querían
beber lo que se regaba de mí
mientras
me perdía en tu peligroso edredón de plumas.
Te
kiero, perra, dijiste, y me vas a soñar para siempre.
No
me duelen las balas ahora
ni
el reguero de sangre
ni
el cuerpo vaciado.
Lo
que hiere es el tiempo en que alargas mi noche
la
quietud con que guardas mi pesadilla
esa
duda que fuiste al mirarme nacer.
De: “Doble filo”
ENRIQUE SOLINAS
Despedir
Que
mis palabras nunca
serán
lo suficiente para narrar
el
dolor del instante,
que
será fuego,
que
mi silencio expresará mejor
esta
tristeza sinfín.
Oscuro
corazón, hemos llegado
hasta
el lugar donde todo
está
muerto y el deseo,
el
deseo simplemente
ha
dejado de existir.
Que
mis palabras sean devoradas
por
el mal de los otros,
que
me asfixien,
que
el miedo,
que
soy la noche y tengo miedo aquí,
En
el bosque,
voy
a cantar el miedo
en
el agua de tus ojos.
Todo
será
una
gran despedida
y yo
me voy,
simplemente
me voy,
me
voy,
me
voy de aquí.
BARBARA KLICKA
Permiso de conducir
Extrañas
estas fechas y extraño el bosque, extraños los sarcófagos invernales, hormigas
en él. Tú
dices: nunca ha muerto nadie. Yo digo: puedes conjurar la flor del espino a tu
antojo,
nada saldrá de eso, vamos mejor al
coche
y
apoyemos
nuestras cabezas.
IVÁN URIARTE
Anomia
El
olvido es apenas noche estacionada
del
viaje nunca realizado
que
se detiene precisamente donde no estamos.
La
espera, lugar ignorado
es
nuestro único posible ámbito
realización
aguardada
sala
final atestada de prostitutas ciegas
que
tanteando los bordillos de nuestros pantalones
se
postran
nos
tocan
sabiendo
labialmente
la
longitud de nuestros penes
que
arrebatados se erectan en batalla campal
de
reatas (rescatándonos del olvido).
THOM GUNN
Desde
la ola
Se
remonta en el mar, cóncavo muro
con las costillas del brillo en descenso,
se impulsa hacia adelante y construye cimero
su empinado risco.
Surgen
de su escondite
negras figuras sobre tablas
y se lanzan contra la orla blanca,
hacia donde se va jaspeando.
Sus
pálidos pies se enroscan, se balancean
con sabia destreza.
La ola que remedan
es lo que los mantiene tan quietos.
Ahora
los cuerpos marmóreos son
mitad ola, mitad humanos,
como si les injertaran pies de espuma
unos instantes, y luego,
lo
más tarde posible, rebanan la superficie
en procesión acompasada:
en este lugar el equilibrio es un triunfo
y el triunfo es una conquista.
La
insensata cresta en la que cabalgaron
sobre una fluida plataforma
se rompe cuando la sueltan, cae y demorada
se pierde.
Libres,
los cuerpos enfundados, lisas focas,
se aflojan y estremecen;
y junto a la tabla el pie descalzo siente
la succión de los guijarros.
Siguen
a flote en el bajío;
dos se salpican con agua;
luego nadan todos mar adentro hasta
que se vuelvan a juntar las olas buscadas.