miércoles, 1 de agosto de 2012


ZAZIL ALAÍDE COLLINS







Yo piedra




26°10’05.57’’N 111°32’56.28’’O

Un nardo compañero tengo,
cuatro espinas de cacto;
un tallo polvoriento
de biznaga en el bolsillo.

Piel de damiana tengo,
un invierno ilusionado;
centro de esporas dentro
del pecho de este sereno.

Zumo en los puños tengo,
carrizo en alforja;
una pitahaya peregrina

que, aunque espinada, cae
a la misión en ruinas
de mi Vigge Biaundó.

INGRID VALENCIA




  
Intacto



Certeza es la piel reflejada en el agua
Son las manos que navegan en lo profundo
hasta que alguno niegue el horizonte
sentado en la piedra blanca de la vejez

Aún hay tiempo para nombrar
bajo la montaña
la luz que se escurre en el polvo

Los árboles fugaces
comienzan a teñir el paisaje
de afiladas grietas como venas en la noche

La ciudad se repite
con su constelación hostil de ojos
negando el pulso del sol en las sienes

También
el amanecer
se conserva intacto
contra el mar.


LINA ZERON




Un gran país



Vivo en un país tan grande que todo queda lejos
                  la educación,
                  la comida,
                  la vivienda.
Tan extenso es mi país
que la justicia no alcanza para todos.

JAIME SABINES





Tlatelolco 68


“Tenemos Secretarios de Estado capaces
de transformar la mierda en esencias aromáticas,
diputados y senadores alquimistas,
líderes inefables, chulísimos,
un tropel de putos espirituales
enarbolando nuestra bandera gallardamente”

AMADO NERVO






Éxtasis



Cada rosa gentil ayer nacida,
cada aurora que apunta entre sonrojos,
dejan mi alma en el éxtasis sumida...
¡Nunca se cansan de mirar mis ojos
el perpetuo milagro de la vida!

Años ha que contemplo las estrellas
en las diáfanas noches españolas
y las encuentro cada vez mas bellas.
Años ha que en el mar, conmigo a solas,
de las olas escucho las querellas,
y aun me pasma el prodigio de las olas!

Cada vez hallo la Naturaleza
más sobrenatural, más pura y santa,
Para mí, en rededor, todo es belleza;
y con la misma plenitud me encanta
la boca de la madre cuando reza
que la boca del niño cuando canta.

Quiero ser inmortal, con sed intensa,
porque es maravilloso el panorama
con que nos brinda la creación inmensa;
porque cada lucero me reclama,
diciéndome, al brillar: «Aquí se piensa,
también aquí se lucha, aquí se ama».