lunes, 15 de marzo de 2021


 

MARTHA MADRIGAL

 


 

 

Leo

 



Llevas en la frente

 

la corona real de la belleza.

 

Serás quien porte con mayor dignidad

 

el manto de la sabiduría.

 

Entenderás el mensaje de las estrellas

 

y el lenguaje de las flores,

 

mensajeras del paraíso,

 

será para ti claro y sencillo.

 

El refulgente corazón

 

que duerme en la entraña de la tierra

 

habrá de conferirte honores y poder.

 

Llévalo contigo como Salomón, el rey,

 

circundando tu brazo.

 

Todo te será concedido

 

porque junto a ti habita,

 

desde tu nacimiento, bajo la real constelación,

 

el duende que tiene el clavel

 

de la buenaventura

 

entre las manos.

 

 


VIOLETA PUJOLS

 

 


 

Volverás 

“la lucha te atrapa si tienes abierto el corazón

y la voluntad para combatir las injusticias”

Oscar López Rivera

27 de abril de 2014

 



Volverás a casa

y la vajilla intacta

que guardó la abuela

celebrará una gran fiesta

de colores y sabores por tu regreso.

 

Se te llenarán los ojos

de los azules y verdes de la patria.

Respirarás mar y tierra a un mismo tiempo.

 

Lágrimas emocionadas

inundarán tu rostro

como la creciente

que se lleva todo a su paso

con ellas se irán las nostalgias de los años.

 

Al caer la lluvia correrás

calle arriba y calle abajo

como el niño travieso

que faltaba a la clase

para tumbar naranjas y bañarse en el río.

 

Caminarás descalzo por las calles

que de tu pueblo

en compañía de algún perro sato

que emule el recuerdo de “Jibara Soy”.

 

Con ojos cerrados, en profundo silencio

esperarás la tarde fundirse a la noche

para escuchar el concierto

del dulce coquí que arrullará tu sueño

hasta que despierte el alba

con la algarabía del gallo al cantar.

 

Atrás queda todo volverás, Oscar

te faltará cuerpo para tantos abrazos

pero te sobrará espíritu

para abrazar a tu pueblo.

 



RENÉE FERRER

 

 

 






Tú 
diminuto 
desde tu estatura solar 
peregrinas debajo de mi piel; 
subes, desciendes
navegas por mis venas; 
vas hundiendo tu huella 
en un itinerario sin fronteras. 

Te sientas en mis bosques pulmonares, 
intercambias silencios con mis nervios
aspirando mi sed a sorbos bien pequeños. 
Mi pasión oxigena el deletreo 
de la palabra incierta. 
Todo es luz allá adentro; 
mi corazón ardiendo.

El viento de tu espalda me golpea. 
Ya no estás frente a mí 
ya te estás yendo. 
Una lluvia se larga a murmurar 
por parajes desiertos20 
y en mi almohada se queda 
tiritando el deseo. 

Febrero de 1994

 



ANGÉLICA SANTA OLAYA

 

 

 

El gato al perro

sonríe, mientras dos

hombres pelean

 



 

MANUEL SOSA

 

  

 

Las presencias

 

 

Nunca nos dejan a solas.
Lo sé por esa mano invisible
que nos retiene un instante
antes de pisar el vacío.
Lo sé por esa certeza inexplicable
de que las imágenes no bastan
y que toda verdad, siendo prístina,
no es para decir en alta voz,
sino para atesorar.

 

Nunca nos dejan a solas.
Un rostro nebuloso nos acecha
desde las viejas fotografías.
Un impulso de confesarnos antes del viaje
nos hace mirar por entre cada grieta
y cada intersticio.
La eventualidad, las convergencias,
las señales que pervierten a un signo
nos hacen doblar la página
y sumergirnos en el temor
de haber juzgado
a quien era juez y redención.

 

Esa breve felicidad
que puede ser el entrelazamiento de los verbos,
el misterio de sobreponerse a lo transitorio:
fragmentos como escalas
que los propios torreones dispensan
para escapar con el día.
Todo es presencia, todo es comitiva
que astutamente nos imanta.

 

Nunca nos abandonan.
En el candil arden las voces
y los tañidos
que resisten a esfumarse.

 

Nunca estamos solos
y somos salvos en ese desconocer
y en las obras que pulimos silentes,
sin esperar recompensa,
creyéndonos solos.

 

LUCY IAQ

 

 

 

LUCY IAQ

 

 

Suplico tu nombre

 


Turbada, ansiosa,
anhelante.
Suplico tu nombre
Indagando. Dos horas 
idas... Arrebatado
soplo del dios Marte.
Crepusculares lides
en mentes sagaces.
Leños encendidos.
Fuego en la sangre.
Deseos de pieles intocables.
Infinita niebla.
Opacadas,
espesas sombras circulares.
Obstrucción de imagen.
Labios perpendiculares
invasores de aureolas
en blancos pechos exultantes.
Piernas arañadas.
Manos escalando ilimitado goce.
Excitadas aperturas
Profanación de causes.
El vientre agitado,
aullante, fue lobo
en busca de carne.
Lobo rodeando
la tumba de las sinrazones.
Fauces desbordadas
más allá, en lo ignoto.
Mordiendo los propios dedos
por saciarse.
Hoy, mudas.
Mirada indescifrable.
Perdida en gélidos paisajes
Australes.