lunes, 15 de marzo de 2021

RENÉE FERRER

 

 

 






Tú 
diminuto 
desde tu estatura solar 
peregrinas debajo de mi piel; 
subes, desciendes
navegas por mis venas; 
vas hundiendo tu huella 
en un itinerario sin fronteras. 

Te sientas en mis bosques pulmonares, 
intercambias silencios con mis nervios
aspirando mi sed a sorbos bien pequeños. 
Mi pasión oxigena el deletreo 
de la palabra incierta. 
Todo es luz allá adentro; 
mi corazón ardiendo.

El viento de tu espalda me golpea. 
Ya no estás frente a mí 
ya te estás yendo. 
Una lluvia se larga a murmurar 
por parajes desiertos20 
y en mi almohada se queda 
tiritando el deseo. 

Febrero de 1994

 



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