domingo, 22 de enero de 2023


 


 

ISABEL TERESA GARCÍA

   

 

Serenata invernal

 

 

Hemos perdido el día.

Ahora solo nos reviste el sueño
de la savia ritual
de la tierra quebrantada de prímulas.

Entonces los mirlos vuelven
a beber sus aguas solares.

Nuestra voz se ha acoplado
a un silencio sideral:

Sirio astilla la noche
amenazando primavera.



CARLOS CALERO

 

 

Cuando la poesía no perdona

 

 

Poesía que estás en lo que aleja o traen las palabras, en el golpe inesperado de lo predecible, lo inhumano, lo sagrado, lo que se olvida; estás en el cascarón de eternidad y el grito de un niño sin carnes; estás en lo que aturde con tanto sol que seca el hielo, que priva de vida a una semilla entre las piedras semejantes a cajas con la memoria del cosmos; estás en una grieta sobre el hueso de los torturados; estás en la espiga de humanidad que traiciona su destino y se aísla, y no ve que el horizonte es ajeno y lejano, y cede al absurdo. Poesía, perdona tanto infierno, tanto paroxismo vano, tanto éxodo en las calzadas de un viaje hacia la nada, tanta traición para fingir un cielo, tanta profecía inútil y las ilusiones, tanta penumbra entre los ojos donde un gato o una loba reina explican el origen y misterio de la vida. Poesía, danos el sentido de la paz que olvidamos. Pregunta, obliga, exígenos respirar en la misma colina donde el milagro comprueba que la hermandad es posible. Poesía, danos el conocimiento y la fe que salvan. Y si todo no es así, nunca me perdones.

 
 
De la antología: “No basta fingir o imaginar que somos tigres”

 

CHING-FA WU

 

  

La muerte determina la vida en Hong Kong

 

 

Las llamas saltaron ferozmente hacia al cielo.
El mismo incendio
había ardido en las calles de Gwangju, Seúl y Taipei
antes de que los dictadores se convirtieran en cenizas.

Te envidio
no por la flamante juventud
sino por estar harto de
vivir en una pocilga de placer
apareándote y durmiendo sin chispa de vida.

Mañana, tal vez antes del amanecer
alguno de ustedes podría perecer.
Sin embargo, la forma en que mueres
proclama al mundo cómo eliges vivir.

Sí-
La muerte determina la vida.

 
Versión de Mariela Cordero 

 

JULIA SANTIBÁÑEZ

 

 

Pulso ad_herido

 

 

A esta anciana se le murió un Fernando
hace tres meses.
No sabe explicárselo a la mesa
ni a las dos lámparas que hamacan ausencia.
Quiere platicarlo a ver si puede entender
el esqueleto remontado en su espalda
desde entonces.
“Se me murió mi hijo”.
Así repite y le parece violentísimo
de no creerse
que en esas letras
vivan tantas jerarquías de nunca.
El resto de sus hijos
tampoco sabemos decirlo
pero estamos a mitad de la vida
y es más fácil defenderse.

Se mira los dedos vacantes
de 88 años de edad.
Le tiembla la mandíbula.
Se los queda mirando
como si llevaran un pulso ad_herido.

 
 

SAÚL IBARGOYEN

 

 

el regreso otro

 

 

Has regresado a una casa
de paredes vacías
nada resuena en esas membranas
de ladrillo consumido
nada se retuerce como una cuerda de aire
el piso es un fósil de escamas susurrantes
las primeras ventanas contienen
imágenes mugrosas en vidrios desdentados
el techo interior se degrada hacia el polvo
la azotea es un cielo de cáscaras invisibles
las recámaras son túmulos roídos por la sombra
las aguas del baño sostienen gordas espumas
las ollas y sartenes simplemente se oxidan
la hierba más joven escapa del jardín:
has regresado sí a la antigua soledad
que se abraza a tus huesos
con su música ciega.

  

De: “Puro hueso”