martes, 27 de mayo de 2014

HELENA RAMOS




92

  

Sólo en sueños
vi florar los cerezos
carne oscuro.

 
De: Polychromos (haikus)

 

 

 

 

ANA ILCE GÓMEZ


  

La muerte no es una mujer

 
 
La muerte no es una mujer
con el cráneo pelado y una corva guadaña
entre las manos.
La muerte es un hombre que galopa
entre las noches que columpia el insomnio.
Es un varón disfrazado de oscura damisela.
Tiene unas rosas en las manos
y un cordel para colmar el cuello.
Alguien un día dibujó a la muerte
con rostro de doncella. Pero ella es él,
pálido, abyecto,
que en la noche se llega hasta mi sueño
y como un perro fiel
me hace aspirar su aliento de témpano
y misterio
y con fría insistencia se me acerca
                               y me lame los pies.

 

 

VIDALUZ MENESES


 

Última postal a mi padre General Meneses 

 

Debiste haber cumplido años hoy
y ya no estás, para tu bien.
Guardo tus palabras
y tu postrera ansiedad por mi
destino,
porque la historia no te permitió
vislumbrar este momento,
mucho menos comprenderlo.
El juicio ya fue dado.
te cuento que conservo para mí sola
tu amor generoso.
Tu mano en la cuchara
dándole el último desayuno al nieto,
haciendo más ligera
la pesada atmósfera de la despedida.
Cada uno en su lado,
como dos caballeros antiguos y
nobles
abrazándose, antes el duelo final,
fatal.

 

 

FRANCISCO DE ASÍS FERNÁNDEZ




Mi amor a la vida

 

Mi amor por la vida es una rosa gigante

con penas vivas y penas muertas,

con la vanidad de la flor, desnuda y sensual,

y la ingenuidad humana

que tiene vacas olvidadas en el cielo.

Mi amor a la vida

tiene la majestad celestial de una mariposa encantada

que le tiene miedo a la inestabilidad de la vida,

que sabe que el amor es una venganza

sin pasado, sin futuro, y se pierde en sus pensamientos,

que se posa en una roca ígnea de piedra y acero

y camina entre las opacidades del alba

y siente que la ciudad bulle con los vivos y con los muertos.

Mi amor a la vida que ha vivido muchas vidas en esta vida

es un libro que tiene las páginas pegadas unas a otras

por los amores que me arrancaron el cerebro,

que me dejaron expresiones deprimidas y gestos reprimidos.

La fábula y la fama de mi amor a la vida

tienen las aristas y el fulgor de los asteroides

que son escombros cósmicos

que sobraron de la construcción de los planetas.

La flora y la fauna de mi amor a la vida

son más fuertes que el hielo

que permaneció sólido por más de 100 millones de años,

pueden vivir el deshielo y las inundaciones,

pueden sobrevivir invadidas por el misterio del diluvio

con el castigo y el perdón,

y siempre quedan intimidadas cuando desentierran mi alma.

 

Granada, 29 de Enero del 2003

 

 

LEONEL RUGAMA


 

Jorge Navarro

 

Fue tan valiente como para no morir de tristeza.
Hablaba en las asambleas
y una vez hizo un periódico
tenía un acordeón
pero sabía que hay un deber de cantar
y otro de morir
murió con los pies engusanados
por el lodo de Bocaycito
pero resucitó
el mismo día
y por todos lados.

 

 

FERNANDO ANTONIO SILVA


 

Plumaje de tiempo

No puedo levantar mis brazos para volar
pues mi plumaje de tiempo
está todo seco y roto.
Se me hace enorme la espera
y la tristeza de verano que cargo
hace de todos mis recuerdos
un instante de sol que ya no quiero.

Necesito levantar los brazos
y colgarme de una nube
tal vez así
llueva.