lunes, 28 de septiembre de 2020

ALEX FLEITES

 



Visione laterale di nudo femminile

 

Para Roberto Fabelo

 


 

La noche aún no ha descendido
hasta el momento en que se funda
con el negro de los ojos

 

Es la peor hora
para la vista lateral de un cuerpo
que la luz resolvía con generosidad

 

Tan fina es la nariz
Exactos los volúmenes del seno y la pierna
La lúbrica mano justo en el lugar

 

El pobre Albert la entrevió
cercana y distante como el fruto
en la rama más alta del ciruelo

 

Y es rotunda como la verdad
Y es implacable como la venganza
Y es irrebatible como el tiempo
Y es sensible como el llanto
Y es, en resumen, como las grandes palabras
que nunca servirían para develar,
en su perfecta imperfección,
el amado perfil de una mujer desnuda

 

CARLOS MASS CANTO

  



retengo los poemas en el tintero

por remordimiento a la tala de árboles

 

los retengo en la memoria

en el estómago & en la cicatriz de la cara

 

el cuerpo se hincha

no importa que me salgan flores o pus

 

hoy/ no habrá poesía

 

PEDRO LUIS MENÉNDEZ

  

 

 

VIII

 


 

No te envidiaban luna en el silencio
pero te conocían lágrima en el puente
Antes de ti apenas oleaje
te nombraban azul como cristal
Querrían todos verte desatenta de ti
muy lejos del titán y de la fuerza
cuando labras la noche
en un espacio inútil de figuras
perdidas sin sosiego
sin alma sin sosiego
aventurando siempre
la maraña del hambre
No te envidiaban luna tu confianza
infinita de quien se anuda áspera
y se crece al morir
cual una huella pura de artificio
pero te conocían lágrima celosa
detrás de las costumbres y promesas
Así te conocían
tan feroz y feraz como la muerte
tan inhábil tan dulce tan infierno
como un fuego cruzado sin respuesta
como un ojo que arde
repentino de sí hacia la pobreza
la temida y cobarde pleitesía
el aguijón amargo de las incomprensiones
atrás
en tierra
lejos de la vida

 

CARLOS CAÑAS

  


 

Con la voz, la alegría llega

 

 


Nueva voz nace
de la rosa y de los pasos.
Voz abierta en campana
y surgida de la tierra, de los cuerpos
y de las horas vacías.

Voz que de estrella viene en la noche
y de vientos y ramas en la aurora.
Voz que de los cuentos y de los niños
con flores, frutos y pájaros viene.
Voz que, trágica y tierna,
emerge de la sombra y de las abejas.

Voz extraña, voz de cosas secretas,
que en metálicas sonoridades
viene del ángel y del triángulo.

Y con la voz, la alegría llega.

La alegría llega: yo lo creo.
¿Y por qué no habré de creerlo
si todos, en mi rededor sonríen?

Sí, todos sonríen.
Sonríen aun dentro de las cavernas del dolor.

Sonríe el ángel de las calles sucias
y el panadero vestido de harina,
y el vendedor de diarios y la costurera,
el burócrata y el capitalista.

Todos ríen. Entonces, ¿por qué no he de reír?

Sí, tengo que reír. Tengo que reír,
porque tengo adquirido el derecho de reírme;
el derecho de reírme de mí mismo,
reírme del dolor y de la miseria,
del automóvil y de la carreta.
Tengo la Cédula y la Vialidad, y un diploma venido a menos,
es decir:
tengo el derecho de andar libre por las calles,
con la gracia de ser un ciudadano más.

Sin embargo, para ser feliz,
¿qué ley me acredita?

Sólo la risa existe
y he de reír.
La risa es mía.
La risa es mi llanto.
La risa es mi alegría.

La risa es mi capitana
en el muelle de las horas dislocadas.

Sí, he de reírme.
He de reírme desde mi negra raíz
a mi levantada copa.
He de reírme, porque hoy tengo
en las manos y en la cara
el mapa de la risa.
Mapa nacido por el llanto de la sangre
y por mi nombre de letras antiguas.

Y con el delirio de un náufrago
veo la flor del aire crecida en el paisaje.
Y luego, sin quererlo, escucho un relinchar de celestiales caballos.

Al mismo tiempo, una espada de verde fuego
me anuncia el camino de la esperanza.

Y espero:
una voz me llama
y la esperanza es mía.

IRMA LANZAS

  


 

Me has seducido

 

Me has seducido Yahvé
Y me dejé seducir por ti.
Jeremías 20:7

 



Llegaste cuidadoso amado amante
buscando mi cristal adormecido.
Tu fuego aunque era loco y trepidante
llegó como un susurro hasta mi oído.

 

Fue música tu voz que rumorosa
vibró en todo mi ser como campana.
Me derretí en tu entraña luminosa
cual gota de rocío en la mañana.

 

Me hallaste en soledad, nido deshecho,
sutil te me entregaste en un murmullo
y yo te apretujé contra mi pecho.

 

Al roce de tu pulso estremecido
salió mi corazón de su capullo
y en ti se sumergió con un latido.

 

Absoluto asombro, 2012.

 

SOMA

  

 

 

La fugitiva

 



Asesinaré a esa niña fugitiva,
pero antes le arrancaré las piernas,
entonces no tendrá más opción
que correr hacia sí misma.

 

No se da cuenta que de aquello que huye
la persigue dentro de su cabeza.

 

Y que no existe el lugar hacia dónde correr,
por eso le enseñaré a avanzar
hacia su propio centro,
día con día, sin moverse.