sábado, 23 de junio de 2018


ROLANDO REVAGLIATTI





“Young and innocent”



La resolutiva hija del Señor
Jefe de la Policía, tan moderna
tan ella misma, se prendó
de un sospechoso, el único
de un crimen en la playa por
estrangulamiento de un fino cuello de actriz
hollywoodense, con el incriminante cinturón
del impermeable de él
quien la caldea en platonismo insufrible

Así es él, de mundo, aun en las malas
huyendo, ocultándose,
tan sádico e impermeable.


En alusión a la película “Young and innocent” (“Inocencia y juventud”) de Alfred Hitchcock.


JUAN GREGORIO REGINO





Conozco la lengua del mundo



El mundo ya gira conmigo,
ya me va abriendo sus puertas.
Puedo escuchar a quienes hablan,
a quienes ríen, a quienes lloran.
Voy descubriendo el misterio del mundo.
El mundo ya gira conmigo,
me enseña y me habla.
Porque yo conozco la lengua del mundo.
Porque yo conozco la lengua del cerro,
del trueno, del árbol y del día.
Porque yo conozco la lengua del sol.
Porque yo conozco la lengua de la piedra,
de la tierra, de la flor y de la noche.
Porque yo conozco la lengua de la estrella.
Porque yo conozco la lengua de la luna,
de la nube, del mar y de la muerte.
Que vengan ahora las flores.
Que vengan ahora los pájaros.
Que vengan ahora los gallos.
Que canten conmigo.
Que llegue ahora el copal.
Que llegue ahora el tabaco.
Que llegue ahora el cacao,
que me escuchen.
Ellos serán mis guardias.
Ellos serán las llaves
que me abrirán las puertas.
Ellos me vigilarán
en lo nítido, en lo visible,
en lo oscuro y en las sombras.
Ellos serán mis guardias.


JORGE CHIESA





13



Hablo de cerrar los ojos y sacarse las ventosas
de la cabeza.
De tomar vodka y dormir envuelto
en pieles de oso
durante todo un invierno,
esperando la primavera pero sintiendo
que hay nieve por todas partes.
Nieve en las manos,
en las axilas,
nieve en los ganglios.
Fecunda,
silenciosa nieve cayendo
dentro de uno.


De: “Un invierno ruso”



FRANCISCO MARTINOVICH





Gambeta



Como el café caliente de la mañana
que gambetea a la lengua temerosa
¿Arrancarás, acaso, del destino
irremediable en el que yace nuestro beso?

Escaparás, ocaso
eludirás la carnada
ninguna luz se hará de tu mañana
romperás las piezas por completo
cuando enfundado en el chaleco de mis fármacos
entre otros locos encuentre tu mirada.

Arrancarás, más no podrás de la pregunta
irremediable que persigue hasta mi muerte
Don’t you want me, acaso, baby?
¿Dejarás mis deseos sin morada?


RAMÓN MARTÍNEZ LÓPEZ





Al abordaje



Este dolor tan simple es un desierto.
Fernando Valverde

Ahora que el mar se cobija en mis recuerdos
y tus ojos ya son parte de su antiguo oleaje.
Ahora que las ciudades son fríos inviernos
y un temblor de septiembres y paisajes.
Ahora que el viento azota mi rostro
y octubre se escapa por las autopistas de peaje.
Ahora que la noche es el olvido
y tu cuerpo niebla, sueño y maquillaje.
Ahora este dolor tan simple es un desierto
y yo, un náufrago sin ti al abordaje


VÍCTOR A. JIMÉNEZ JÓDAR





Los besos perdidos de la mujer infinita



Recordar de esta tarde el último suspiro
que tu boca derrama ciego sobre mi espalda.
Recordar que algún día volveremos quizá
a vivir la alegría de aquel segundo huido,
recluso en la espesura, de un tiempo que se fue.
Subvertir la rutina que impera en la memoria
y retomar sonoro el ritmo del pasado,
trayendo del olvido la verdad del instante.
Así guardar quisiera tus besos ya perdidos
desechos en la bruma de un cielo sin retorno.
Así real se yerguen tan vivos como ayer
los besos que me diste la tarde que sucede.