viernes, 1 de octubre de 2021


 

LUIS VIDALES

 

 

La arboleda y la lógica


Dijo mi verso lógico y sencillo.

Derribaron los árboles.
Es decir
desyerbaron el cielo.
Qué contentas estarán
las estrellas.
Y agregó mi verso
lógico y sencillo.
A esos pobres árboles
les tumbaron el cielo.

 

De: “Suenan timbres”

 

MARTA LÓPEZ VILAR

 

 

Caracol

 


Miro tu lentitud,

la traza de luz que abandonas a tu paso

como savia derramada de los árboles.

Eres el pequeño dios de la sed

que atraviesa las hojas y la noche

en su infinito reposo.

Te observo sin heridas

y miro mis manos: sombras de nieve

que tocaron la muerte con tu mismo sigilo.

  

De: “En las aguas de octubre”

 

ANTONIO ENRIQUE

 


 

El peso del horror

 

 

Pero ahora estás tú,
tu carne gloriosa,
tu sangre divinal,
tu alma incandescente.
Tu humanidad sin límite.
No importa el sufrimiento
ni el dolor importa,
ni la muerte es nada
si te he conocido.
Porque tú eres la cara de Dios
hecha hembra,
porque tú eres su cuerpo
sufriente, doloroso y mortal.
Tú eres quien Dios escogió
para reclinar mi cabeza.
Tú eres el resplandor de mi pobreza,
tú la gloria de mi miseria,
la dulce y tibia niebla
de mi desamparo.
Te amo hasta los huesos
y lo que hay más adentro de los huesos.
Te amo porque te estás muriendo
al mismo ritmo que yo.
Te amo porque estás desvalida
y envejeces, y se te abren
arrugas y crecen canas.
Te amo porque cuando tuve hambre
me diste a mamar tu leche
y con tu leche el alma.
No me importa morir
porque he conocido a la mujer
que ha sido mi madre, mi hermana,
mi amante y mi amiga:
El todo mi ser.

 

De: “La palabra muda”

 

PABLO GARCÍA CASADO

 



Relax

 

 

Tienes que poner la mente en blanco. Pensar en otra cosa, en lo que vas a hacer cuando salgas. Piensa en comida, yo pienso en comida, pudin de espárragos, mousse de limón, pulpo a feira. Es muy fácil, cueces el pulpo, veinte minutos. Luego pones sal gorda, aceite de oliva y pimentón dulce. Tienes que relajarte, toma, ponte esto ahí abajo. Sécate el sudor y sonríe.

 

De: “La cámara te quiere”

 

UNAI VELASCO

 

 


Peligrosa es la noche en la página 167

 

 

«Dieron las nueve, y Hans

aún no había llegado a casa.»

Hesse, Bajo las ruedas, Alianza, p. 167

 

 

Peligrosa es la noche en la página 167

si resulta

que es de día, y eso

tal vez no pase hasta el capítulo siguiente.

Si resulta que interrumpes con besos envasados

al vacío para el trabajo pero

resulta que, deja, aguanta, que se me está muriendo Hans

Giebenrath en estas últimas líneas.

 

Peligrosa es la noche para Hans

Giebenrath si decido

cerrar el volumen verde

porque es de noche y te dejaste la luz

del pasillo

encendida la muerte del joven Giebenrath

entre interruptores blancos y no quieres

llorar con grasa en los dedos tú buscas

lo lírico

en una lata de aceitunas.

Y resulta que a mi se me está muriendo Hans,

que Hans Giebenrath se muere ya

en la 166

y, oh, cuánta muerte manoseada y blancoamarilla

rugosa

y negra sin la dignidad

siquiera

de morir en cursiva, sin que yo le deje morir

en las páginas que Hermann planeó

figuras de plomo en aquel

todo a cien, su muerte

en ciento y pico páginas

interrumpida y peligrosa porque

llegas tarde a tus cosas y tengo la comida

enfriándose

en la mesa

como se está enfriando

en la alberca

el cuerpo frío de Hans Giebenrath

en la peligrosa página 167.

 

 

De: “En este lugar”

 

 

MARIANO PEYROU

 

 

 

Atrás

 

 

Cómo volaban esta tarde los pájaros, gritaban
volando en círculos por encima del pueblo,
desde las terrazas los mirábamos, desde las flores, sin
hablar. ¿Qué voz compite
con mil graznidos, noria invisible infernal?
Mi vida se resume en los cuatro objetos que hay
sobre esa
mesa; ocurre sin embargo que no me interesa el
resumen sino
la versión íntegra salvo que se me ofrezca una
corregida y aumentada pero no es el caso.
Mirar atrás,
aprovechar estos y otros azares para mirar atrás,
porque es la única dirección en la que se ve algo
digno de contarse.

 

De: “El mar hospital es el mar aeropuerto”