"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 19 de julio de 2012
CARMELINA SOTO
Confidencial
Para
mi amor yo quiero cada día
el pan sin odio, el vino sin pesares.
La voz cordial. La vida sin azares
y si se puede un poco de alegría.
el pan sin odio, el vino sin pesares.
La voz cordial. La vida sin azares
y si se puede un poco de alegría.
Unos
tuvieron el amor que pasa.
Otros tuvieron el amor que dura.
Yo tuve la canción. Sed y ternura.
(Pero quién por sus dones se solaza?)
Otros tuvieron el amor que dura.
Yo tuve la canción. Sed y ternura.
(Pero quién por sus dones se solaza?)
Yo
traía mi tiempo. El tiempo mío,
con atávicos sueños realizado.
y de él el corazón me fue colmado
como a un golfo de amor un mar sombrío.
con atávicos sueños realizado.
y de él el corazón me fue colmado
como a un golfo de amor un mar sombrío.
Ni
un minuto le queda al calendario
de lo que pudo ser y no fue nunca.
Mi historia en el pasar se queda trunca
y trunco queda el tiempo del himnario.
de lo que pudo ser y no fue nunca.
Mi historia en el pasar se queda trunca
y trunco queda el tiempo del himnario.
Transito
por la pávida ceniza
que otros dejaron porque yo viviera.
He sido nada más una extranjera
asomada al desdén de la sonrisa.
que otros dejaron porque yo viviera.
He sido nada más una extranjera
asomada al desdén de la sonrisa.
Quise
vivir mi vida en cada hora
exactamente, sin mayor alarde
y dije: ya me voy porque es muy tarde
y en ese instante despuntó la aurora.
exactamente, sin mayor alarde
y dije: ya me voy porque es muy tarde
y en ese instante despuntó la aurora.
El
aire no alcanzó para mi aliento
de agraz ternura. Campo renadío.
Pues yo he vivido como vive el río
con limo, con estrella, con lamento.
de agraz ternura. Campo renadío.
Pues yo he vivido como vive el río
con limo, con estrella, con lamento.
Cómo
volver el rostro de este olvido
que la lámpara anuncia sin recelo.
Si en cada atardecer fui contra el cielo
y contra el viento las palabras mido?
que la lámpara anuncia sin recelo.
Si en cada atardecer fui contra el cielo
y contra el viento las palabras mido?
No
disculpo mi nombre ni mi frente.
No me hago perdonar esta presencia.
Mi rostro es nada más el de la ausencia
y mi ausencia es mi rostro solamente.
No me hago perdonar esta presencia.
Mi rostro es nada más el de la ausencia
y mi ausencia es mi rostro solamente.
Sin
permiso de nadie, pienso y vivo
y paso por la vida que pasaba.
La vida no me pesa y me pesaba
con su juego pesado y agresivo.
y paso por la vida que pasaba.
La vida no me pesa y me pesaba
con su juego pesado y agresivo.
Inauguro
el instante en acto puro
con el oscuro cotidiano esfuerzo.
El verso no es trabajo pero es verso.
Vivir no es necesario y es muy duro.
con el oscuro cotidiano esfuerzo.
El verso no es trabajo pero es verso.
Vivir no es necesario y es muy duro.
Bajo
la luz del sol, fiera y filante
-la que mide mi tiempo con cuidado-
yo voy pasando sin haber pasado
pues no pasa el pasado en un instante.
-la que mide mi tiempo con cuidado-
yo voy pasando sin haber pasado
pues no pasa el pasado en un instante.
JOSÉ CARLOS CATAÑO
Amores
ilustres
Yo
también podría decir algo acerca de eso. Guardaos
vuestras estrellas polares, vuestras interminables
noches de amor, vuestras damas exquisitas, vuestras
hembras calientes como una mañana por Nyangabulé.
Tanto me da.
vuestras estrellas polares, vuestras interminables
noches de amor, vuestras damas exquisitas, vuestras
hembras calientes como una mañana por Nyangabulé.
Tanto me da.
Acaso
el amor sea el instante en que tiemblan dos
cuerpos demorando derramarse el uno en el otro, los
ojos en los ojos, la lengua en el secreto previo al
desfallecimiento.
cuerpos demorando derramarse el uno en el otro, los
ojos en los ojos, la lengua en el secreto previo al
desfallecimiento.
Su
rostro no era hermoso y era persona de pocas
palabras. Tenía desde noviembre no sé qué semilla en
agua, y ayer, como quien dice, se convirtió en un
tallo finísimo, imparable, en la alegría de la casa.
palabras. Tenía desde noviembre no sé qué semilla en
agua, y ayer, como quien dice, se convirtió en un
tallo finísimo, imparable, en la alegría de la casa.
Tanto
me río de lo que sobrevive al verano, que ya sé
lo que es suficiente.
lo que es suficiente.
De "El cónsul del mar
del Norte"
JUANA CASTRO
Disyuntiva
La
tentación se llama amor
o chocolate.
Es mala la adicción.
Sin paliativos.
Si algún médico, demonio o alquimista
supiera de mi mal
cosa sería
de andar toda la vida por curarme.
Pues tan sólo una droga,
con su cárcel
del olvido me salva de la otra.
Y así, una vez más, es el conflicto:
O me come el amor,
o me muero esta noche de bombones.
o chocolate.
Es mala la adicción.
Sin paliativos.
Si algún médico, demonio o alquimista
supiera de mi mal
cosa sería
de andar toda la vida por curarme.
Pues tan sólo una droga,
con su cárcel
del olvido me salva de la otra.
Y así, una vez más, es el conflicto:
O me come el amor,
o me muero esta noche de bombones.
De Alada mía
GABRIEL CELAYA
Apasionadamente
¡Y
tanto, y tanto te amo
que mis palabras mueren
en un rumor de besos sin descanso!
que mis palabras mueren
en un rumor de besos sin descanso!
¡Y
tanto todavía que mis manos
no te hallan al tocarte!
no te hallan al tocarte!
¡Tanto
y tan sin descanso,
que fluyo, y fluyo, y fluyo,
y es solamente llanto!
que fluyo, y fluyo, y fluyo,
y es solamente llanto!
ROSA CHACEL
La
culpa
La
culpa se levanta al caer de la tarde,
la oscuridad la alumbra,
el ocaso es su aurora…
la oscuridad la alumbra,
el ocaso es su aurora…
Se
empieza a oír la sombra desde lejos
cuando el cielo está limpio aún sobre los árboles
como una pampa verdeazul, intacta,
y el silencio recorre
los quietos laberintos de arrayanes.
cuando el cielo está limpio aún sobre los árboles
como una pampa verdeazul, intacta,
y el silencio recorre
los quietos laberintos de arrayanes.
Llegará
el sueño: alerta está el insomnio.
Antes que caiga la cortina oscura,
gritad al menos, hombres,
como el pavón metálico que grazna su lamento
desgarrado en la rama de la araucaria.
Gritad con voces múltiples,
piad entre la enredadera,
entre las hiedras y rosales trepadores.
Antes que caiga la cortina oscura,
gritad al menos, hombres,
como el pavón metálico que grazna su lamento
desgarrado en la rama de la araucaria.
Gritad con voces múltiples,
piad entre la enredadera,
entre las hiedras y rosales trepadores.
Buscad
refugio en las glicinas
con los gorriones y zorzales
porque avanza la onda de la noche
y su ausencia de luz,
y su implacable huésped
de suaves pasos, el peligro…
con los gorriones y zorzales
porque avanza la onda de la noche
y su ausencia de luz,
y su implacable huésped
de suaves pasos, el peligro…
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