martes, 11 de marzo de 2025


 

FADWA TUQAN


 

 

Mi querida patria…

 

 

Mi querida patria
No importa cuánto tiempo te agite la piedra
Del molino del dolor y la agonía
En el páramo de la tiranía,
Ellos nunca serán capaces
De arrancarte los ojos
O matar tus esperanzas y sueños
O crucificar tu voluntad de levantarte
O de darle valor a la sonrisa de nuestros niños
O destruir y quemar,
Porque fuera de nuestras tristezas profundas,
Fuera de la frescura de nuestra sangre derramada
Fuera de los estremecimientos de la vida y la muerte
La vida va a renacer en ti otra vez…

 

 

CHARLOTTE BRONTË

 

 

 

Consuelo vespertino

 

 

El corazón humano esconde tesoros,
guardados en secreto, sellados en silencio;
los pensamientos, las esperanzas, los sueños, los placeres,
cuyos encantos se romperían si se revelaran.
Y los días pueden transcurrir en alegre confusión,
y las noches en rosado alboroto,
mientras que, perdido en la ilusión de la fama o la riqueza,
el recuerdo del pasado puede morir.

Pero hay horas de meditación solitaria,
como las que llegan en el silencio del atardecer,
cuando, suaves como pájaros que cierran sus alas,
los mejores sentimientos del corazón se reúnen.
Entonces en nuestras almas parece languidecer
un tierno dolor que no es aflicción;
y pensamientos que una vez arrancaron gemidos de angustia,
ahora solo hacen fluir algunas lágrimas suaves.

Y sentimientos, una vez tan fuertes como pasiones,
regresan suavemente como un sueño desvanecido;
nuestras propias penas agudas y sensaciones salvajes,
parecen el relato de los sufrimientos de otros.
¡Oh! Cuando el corazón sangra con fuerza, ¡
cuánto anhela ese momento,
cuando, tras la niebla de los años,
sus penas solo viven en ensoñación!

Y puede morar en el resplandor de la luna,
en la sombra del atardecer y la soledad;
y, mientras el cielo se oscurece cada vez más,
no siente una angustia indecible y extraña ,
solo un impulso más profundo dado
por la hora solitaria y la habitación oscura,
a pensamientos solemnes que se elevan al cielo,
buscando una vida y un mundo por venir.

 

 

 

CÉSAR BRAÑAS

 

  

 

Entonces




Ese día que esperas temeroso,
vendrá. Te irás pausado, y otros seres
ocuparán tu espacio. En tu reposo
escucharás las risas de mujeres

nuevas, el renovarse silencioso
de cuanto vive, y sentirás que mueres
de nuevo en todo día victorioso,
que otra vez dejas sueños y placeres.
Crepitará la dicha en torno tuyo,
ignorarán los hombres lo que fuiste
y no podrán, desde su vida, verte.

Tú los verás, en el delirio suyo,
aproximarse ciegos a la muerte,
y en tus cenizas estarás más triste.

 

 

 

ORFILA BARDESIO

 

 

 

El guerrero

 

 

Los violines levantan a sus ojos delicadas columnas.
-La orquesta construye siempre de nuevo el mundo-.
Los bailarines victoriosos en un salto vibrante
se vuelven más que hombres, fuego.
Los cuadros abren puertas con ritmo.
-Los retratos desembarcan personas-.
Las viñas se pierden en los cristales.
Los viajes dejan los países
y vienen a buscarlo, como hermanos.
Los castillos le ofrecen alfombras
donde callan secretos milenarios.
Las naves lo alejan de sí mismo.
El oro lo separa de su muerte.
Lo alcanzan mantos de una gran tormenta.
-Sin que sus llamas mueran
en las palpitaciones verdes
se interna en estos bosques encantados-.
Como el antílope por los olores reconoce
las alegrías que le pertenecen en la hierba,
encuentra reflejados los ecos de la luz
en donde cantan sus tobillos.
Porque su rebaño de rostros
llegando siempre al día
dibuja solamente los mapas de la ausencia.
Porque
vive en un fugo incesante y extraño
que lo sostiene lejos de la muerte.
Porque,
en un viento que los muros no quiebran
su frente corre sin descanso,
su boca se consume de sed junto al agua,
y sus manos, guerra con trajes,
con ademanes, con sonrisa,
tocan abismos que las respuestas no calman.
Porque
bajo la Música, la Danza, los cuadros, los vinos,
los palacios, los viajes, las monedas,
arde sin nieve,
su cara inconsolable
no vencida por las ofrendas de la tierra.

 

 

MELINA ALEXIA VARNAVOGLOU

 


 

Turner

 

 

A veces vivir
es tan simple
y sin embargo
aún existen las catástrofes
todas las cosas puede destruirse de repente
y es falso eso de que vuelven
a recomenzar
como yo acá
en el piso
buscando la posición
en la que duela menos
todavía guardando
la onda expansiva
en el pecho

aprendí de Turner
que es feroz la fragilidad
que algunos barcos se construyen
sólo para verlos quebrarse
sobre la superficie
pero si uno no es
para ser firme
para ser solo
frente a la tormenta
entonces
¿para qué?

 

 

ANTONIO RÍOS

 

 


 

I’ve seen the future, brother: it is murder

 

 

Mientras buscas aparcamiento piensas

cuándo fue la última vez que viste la nieve,

que tocaste el blancor de ese agua cristalizada.

En la radio del vehículo un señor especula

con la posibilidad, cada vez más violenta,

de que un tsunami sin precedentes anegue

las costas occidentales andaluzas;

no le prestas atención

-como a todo lo que supones ajeno,                  lejano-

pero en su tono de voz pausado y subterráneo

parecieras oír al mismísimo Leonard Cohen.

Y sonríes

y comienzas a tararear The Future y es entonces,

después de varias decenas de vueltas a la manzana,

cuando adviertes que no tienes coche,

siquiera sabes conducir.

Vivir

es inventar finales

alternativos

a la muerte.

 

 

De: “La ingravidez que somos”