"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 8 de julio de 2020
BORIS PASTERNAK
Festines
Bebo
la amargura de los nardos,
la amargura de cielos otoñales,
y en ellos el chorro ardiente de tus traiciones.
Bebo la amargura de las tardes, las noches,
y las multitudes,
la estrofa llorosa de inmensa amargura.
la amargura de cielos otoñales,
y en ellos el chorro ardiente de tus traiciones.
Bebo la amargura de las tardes, las noches,
y las multitudes,
la estrofa llorosa de inmensa amargura.
La
sensatez de engendros de talleres no sufrimos.
Hostiles somos hoy al pan seguro.
Inquieta el viento aquel de los coperos brindis,
que, muy posiblemente, jamás se cumplirán.
Hostiles somos hoy al pan seguro.
Inquieta el viento aquel de los coperos brindis,
que, muy posiblemente, jamás se cumplirán.
Heredamiento
y muerte son comensales nuestros.
Y en la serena aurora, los picos de los árboles llamean.
En la galletera, cual ratón, rebusca un anapesto,
y Cenicienta cambia con premura de vestido.
Y en la serena aurora, los picos de los árboles llamean.
En la galletera, cual ratón, rebusca un anapesto,
y Cenicienta cambia con premura de vestido.
Suelos
barridos, en el mantel… ni una migaja.
El verso es sereno cual beso infantil.
Y corre Cenicienta, en su coche si hay suerte,
y cuando no hay ni blanca, con sus piernas también.
El verso es sereno cual beso infantil.
Y corre Cenicienta, en su coche si hay suerte,
y cuando no hay ni blanca, con sus piernas también.
Versión de César
Astor
THOMAS BERNHARD
Duelo
Canto
primero:
Se
trata de purificar todos nuestros sentimientos,
sacados de los periódicos y de las callejas,
sacados de los conciertos
y de las vísperas,
sacados de los periódicos y de las callejas,
sacados de los conciertos
y de las vísperas,
se
trata de purificar nuestro despertar,
se trata de todos los buenos propósitos
y en contra de todas las desesperaciones,
se trata de la yuxtaposición de dos
sinsentidos…
se trata de todos los buenos propósitos
y en contra de todas las desesperaciones,
se trata de la yuxtaposición de dos
sinsentidos…
no
se trata de esta ciudad ni de otras
ciudades,
no se trata de esta Tierra ni de otra
Tierra,
no se trata de mañana ni de
pasado mañana,
no se trata de todo lo que existe ni de lo que
no existe,
se trata sólo de nosotros dos…
ciudades,
no se trata de esta Tierra ni de otra
Tierra,
no se trata de mañana ni de
pasado mañana,
no se trata de todo lo que existe ni de lo que
no existe,
se trata sólo de nosotros dos…
Canto
segundo:
Dónde
diablos estás, si no estás
en estas espigas, en esta humillación,
si no estás cerca de mí, entonces en parte alguna
no oíste por qué dije que No,
no oíste mi oración fúnebre,
que nada tenía que ver con compasión,
sólo con nuestros difuntos padres…
en estas espigas, en esta humillación,
si no estás cerca de mí, entonces en parte alguna
no oíste por qué dije que No,
no oíste mi oración fúnebre,
que nada tenía que ver con compasión,
sólo con nuestros difuntos padres…
Dónde
diablos estás, para que pueda ir ahí
y adivinarte…
Pero mi muerte es más definitiva que tu muerte,
eso quiero decírtelo…
y adivinarte…
Pero mi muerte es más definitiva que tu muerte,
eso quiero decírtelo…
Canto
tercero:
Invierno,
me avergonzaba de mi lengua,
llamaba, llamaba,
sin eco era un árbol desecado
sin raíces…
preguntaba a los bosques,
me pudría con los guerreros descompuestos
hasta las sienes, ya no vivía
una vida al margen de la vida…
No mencionaba la palabra de Dios,
despertaba al batracio y a la
perdiz
al gordo faisán y a las hambrientas cornejas
con mi lamento…
llamaba, llamaba,
sin eco era un árbol desecado
sin raíces…
preguntaba a los bosques,
me pudría con los guerreros descompuestos
hasta las sienes, ya no vivía
una vida al margen de la vida…
No mencionaba la palabra de Dios,
despertaba al batracio y a la
perdiz
al gordo faisán y a las hambrientas cornejas
con mi lamento…
Canto
cuarto:
Palabras
buscan palabras, emigran
de boca en boca…
… y en tus ciudades
y en tus tinieblas
y en tu palabra silenciosa…
nada…
de boca en boca…
… y en tus ciudades
y en tus tinieblas
y en tu palabra silenciosa…
nada…
llevan
duelo, sostienen
las conversaciones de otras palabras
en libros abiertos sin palabras…
las conversaciones de otras palabras
en libros abiertos sin palabras…
*
* *
Canto
quinto:
Contemplaba
el mar sin ningún destino,
poseído por la idea de la inmortalidad,
por la silenciosa recaída en el desierto de la
juventud…
poseído por la idea de la inmortalidad,
por la silenciosa recaída en el desierto de la
juventud…
Dondequiera
que llores
estaré yo…
exactamente ese día
mil años
y mil años después
y siempre
contigo
en tu llanto,
y muchos
te mueren
y muchos
que tú lloras
y siempre…
dondequiera que llores
estaré yo…
estaré yo…
exactamente ese día
mil años
y mil años después
y siempre
contigo
en tu llanto,
y muchos
te mueren
y muchos
que tú lloras
y siempre…
dondequiera que llores
estaré yo…
Escenarios
de Verona:
Figuras
susurrantes te cubrieron
de tinieblas,
rompieron cadenas, donde tú estabas,
te azotaron con azotes de pájaros…
Monumento de tedio en las colinas heladas,
los días se levantan negros
y tú en tu hambre.
de tinieblas,
rompieron cadenas, donde tú estabas,
te azotaron con azotes de pájaros…
Monumento de tedio en las colinas heladas,
los días se levantan negros
y tú en tu hambre.
Al
final de la tumba escuché
tu voz
en la protesta de la corneja,
con viles mentiras te até
a las orillas del río…
tu voz
en la protesta de la corneja,
con viles mentiras te até
a las orillas del río…
¿Pues
quién escribió antes que yo
que nadie vivió antes que tú
y nadie murió,
y nadie estuvo en mí,
que nadie vivió antes que tú
y nadie murió,
y nadie estuvo en mí,
quién
escribió antes que yo
que la primavera era invierno
y el invierno primavera,
quién escribió antes que yo:
ésos eran nuestros nombres:
un verde negro,
un rojo mate,
que la primavera era invierno
y el invierno primavera,
quién escribió antes que yo:
ésos eran nuestros nombres:
un verde negro,
un rojo mate,
quién
escribió antes que yo
cómo entraba en las frías tumbas
el viento frío y la muerte fría?
cómo entraba en las frías tumbas
el viento frío y la muerte fría?
tú
en tu sombra,
tú en tu despertar,
tú en tu tiempo,
tú en tu gloria,
tú en tu palabra,
¡tú!
tú en tu despertar,
tú en tu tiempo,
tú en tu gloria,
tú en tu palabra,
¡tú!
Sobrevivir
a las órdenes de la noche,
tú te refugias en los libros,
a mí me retiene la tierra
con sus pensamientos.
a las órdenes de la noche,
tú te refugias en los libros,
a mí me retiene la tierra
con sus pensamientos.
Versión de Gabriel
Ferrater
JOHN KEATS
Oda a la melancolía
1
No vayas al Leteo ni exprimas el morado
acónito buscando su vino embriagador;
no dejes que tu pálida frente sea besada
por la noche, violácea uva de Proserpina.
No hagas tu rosario con los frutos del tejo
ni dejes que polilla o escarabajo sean
tu alma plañidera, ni que el búho nocturno
contemple los misterios de tu honda tristeza.
Pues la sombra a la sombra regresa, somnolienta,
y ahoga la vigilia angustiosa del espíritu.
2
Pero cuando el acceso de atroz melancolía
se cierna repentino, cual nube desde el cielo
que cuida de las flores combadas por el sol
y que la verde colina desdibuja en su lluvia,
enjuga tu tristeza en una rosa temprana
o en el salino arco iris de la ola marina
o en la hermosura esférica de las peonías;
o, si tu amada expresa el motivo de su enfado,
toma firme su mano, deja que en tanto truene
y contempla, constante, sus ojos sin igual.
3
Con la Belleza habita, Belleza que es mortal.
También con la alegría, cuya mano en sus labios
siempre esboza un adiós; y con el placer doliente
que en tanto la abeja liba se torna veneno.
Pues en el mismo templo del Placer, con su velo
tiene su soberano numen Melancolía,
aunque lo pueda ver sólo aquel cuya ansiosa
boca muerde la uva fatal de la alegría.
Esa alma probará su tristísimo poder
y entre sus neblinosos trofeos será expuesta.
OSIP MANDELSTAM
La tristeza inexpresiva
La
tristeza inexpresiva
Abrió sus dos ojos enormes,
El florero al despertar
Del cristal arrojó las flores.
Abrió sus dos ojos enormes,
El florero al despertar
Del cristal arrojó las flores.
Todo
el cuarto se invadió
De una lánguida -¡dulce medicina!
Este reino tan pequeño
Tanto sueño ha devorado.
De una lánguida -¡dulce medicina!
Este reino tan pequeño
Tanto sueño ha devorado.
Un
poco de vino rojo,
-Otro poco de sol de mayo-
Y rompiendo un delgado bizcocho
La blancura de dedos finos.
-Otro poco de sol de mayo-
Y rompiendo un delgado bizcocho
La blancura de dedos finos.
Versión de Jorge
Bustamante García
PIER PAOLO PASOLINI
Poesía mundana
Trabajo
todo el día como un monje
y
en las noches doy vueltas, como un gato viejo
buscando
amor… Voy a proponer
a
la Curia que me hagan santo.
Le
respondo, de hecho, a la mentira
con
gentileza. Miro
como
una imagen a los adeptos al linchamiento.
Me
observo a mí mismo masacrado, con el sereno
valor
de un científico. En ocasiones
cultivo
el odio, sin embargo, escribo
poemas
de amor puntual.
Estudio
la perfidia como una fenómeno
fatal,
como si careciera de objeto.
Tengo
piedad de los jóvenes fascistas
y
a los viejos, que los considero
el
peor de los males, les otorgo
sólo
la violencia de la razón.
Pasivo
como un pájaro que, en pleno vuelo,
todo
lo ve y en su corazón se lleva
al
vuelo en el cielo la conciencia
que
no perdona.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)