miércoles, 8 de julio de 2020


UMBERTO SENEGAL




A la orilla del camino
el viejo zapato

sin dueño.

BORIS PASTERNAK




Festines



Bebo la amargura de los nardos,
la amargura de cielos otoñales,
y en ellos el chorro ardiente de tus traiciones.
Bebo la amargura de las tardes, las noches,
y las multitudes,
la estrofa llorosa de inmensa amargura.

La sensatez de engendros de talleres no sufrimos.
Hostiles somos hoy al pan seguro.
Inquieta el viento aquel de los coperos brindis,
que, muy posiblemente, jamás se cumplirán.

Heredamiento y muerte son comensales nuestros.
Y en la serena aurora, los picos de los árboles llamean.
En la galletera, cual ratón, rebusca un anapesto,
y Cenicienta cambia con premura de vestido.

Suelos barridos, en el mantel… ni una migaja.
El verso es sereno cual beso infantil.
Y corre Cenicienta, en su coche si hay suerte,
y cuando no hay ni blanca, con sus piernas también.


Versión de César Astor


THOMAS BERNHARD




Duelo



Canto primero:

Se trata de purificar todos nuestros sentimientos,
sacados de los periódicos y de las callejas,
sacados de los conciertos
y de las vísperas,

se trata de purificar nuestro despertar,
se trata de todos los buenos propósitos
y en contra de todas las desesperaciones,
se trata de la yuxtaposición de dos
sinsentidos…

no se trata de esta ciudad ni de otras
ciudades,
no se trata de esta Tierra ni de otra
Tierra,
no se trata de mañana ni de
pasado mañana,
no se trata de todo lo que existe ni de lo que
no existe,
se trata sólo de nosotros dos…


Canto segundo:

Dónde diablos estás, si no estás
en estas espigas, en esta humillación,
si no estás cerca de mí, entonces en parte alguna
no oíste por qué dije que No,
no oíste mi oración fúnebre,
que nada tenía que ver con compasión,
sólo con nuestros difuntos padres…

Dónde diablos estás, para que pueda ir ahí
y adivinarte…
Pero mi muerte es más definitiva que tu muerte,
eso quiero decírtelo…


Canto tercero:

Invierno, me avergonzaba de mi lengua,
llamaba, llamaba,
sin eco era un árbol desecado
sin raíces…
preguntaba a los bosques,
me pudría con los guerreros descompuestos
hasta las sienes, ya no vivía
una vida al margen de la vida…
No mencionaba la palabra de Dios,
despertaba al batracio y a la
perdiz
al gordo faisán y a las hambrientas cornejas
con mi lamento…


Canto cuarto:

Palabras buscan palabras, emigran
de boca en boca…
… y en tus ciudades
y en tus tinieblas
y en tu palabra silenciosa…
nada…

llevan duelo, sostienen
las conversaciones de otras palabras
en libros abiertos sin palabras…

* * *


Canto quinto:

Contemplaba el mar sin ningún destino,
poseído por la idea de la inmortalidad,
por la silenciosa recaída en el desierto de la
juventud…

Dondequiera que llores
estaré yo…
exactamente ese día
mil años
y mil años después
y siempre
contigo
en tu llanto,
y muchos
te mueren
y muchos
que tú lloras
y siempre…
dondequiera que llores
estaré yo…


Escenarios de Verona:

Figuras susurrantes te cubrieron
de tinieblas,
rompieron cadenas, donde tú estabas,
te azotaron con azotes de pájaros…
Monumento de tedio en las colinas heladas,
los días se levantan negros
y tú en tu hambre.

Al final de la tumba escuché
tu voz
en la protesta de la corneja,
con viles mentiras te até
a las orillas del río…

¿Pues quién escribió antes que yo
que nadie vivió antes que tú
y nadie murió,
y nadie estuvo en mí,

quién escribió antes que yo
que la primavera era invierno
y el invierno primavera,
quién escribió antes que yo:
ésos eran nuestros nombres:
un verde negro,
un rojo mate,

quién escribió antes que yo
cómo entraba en las frías tumbas
el viento frío y la muerte fría?

tú en tu sombra,
tú en tu despertar,
tú en tu tiempo,
tú en tu gloria,
tú en tu palabra,
¡tú!

Sobrevivir
a las órdenes de la noche,
tú te refugias en los libros,
a mí me retiene la tierra
con sus pensamientos.



Versión de Gabriel Ferrater

JOHN KEATS




Oda a la melancolía



1

No vayas al Leteo ni exprimas el morado
acónito buscando su vino embriagador;
no dejes que tu pálida frente sea besada
por la noche, violácea uva de Proserpina.
No hagas tu rosario con los frutos del tejo
ni dejes que polilla o escarabajo sean
tu alma plañidera, ni que el búho nocturno
contemple los misterios de tu honda tristeza.
Pues la sombra a la sombra regresa, somnolienta,
y ahoga la vigilia angustiosa del espíritu.


2

Pero cuando el acceso de atroz melancolía
se cierna repentino, cual nube desde el cielo
que cuida de las flores combadas por el sol
y que la verde colina desdibuja en su lluvia,
enjuga tu tristeza en una rosa temprana
o en el salino arco iris de la ola marina
o en la hermosura esférica de las peonías;
o, si tu amada expresa el motivo de su enfado,
toma firme su mano, deja que en tanto truene
y contempla, constante, sus ojos sin igual.


3

Con la Belleza habita, Belleza que es mortal.
También con la alegría, cuya mano en sus labios
siempre esboza un adiós; y con el placer doliente
que en tanto la abeja liba se torna veneno.
Pues en el mismo templo del Placer, con su velo
tiene su soberano numen Melancolía,
aunque lo pueda ver sólo aquel cuya ansiosa
boca muerde la uva fatal de la alegría.
Esa alma probará su tristísimo poder
y entre sus neblinosos trofeos será expuesta.



OSIP MANDELSTAM




La tristeza inexpresiva



La tristeza inexpresiva
Abrió sus dos ojos enormes,
El florero al despertar
Del cristal arrojó las flores.

Todo el cuarto se invadió
De una lánguida -¡dulce medicina!
Este reino tan pequeño
Tanto sueño ha devorado.

Un poco de vino rojo,
-Otro poco de sol de mayo-
Y rompiendo un delgado bizcocho
La blancura de dedos finos.


Versión de Jorge Bustamante García



PIER PAOLO PASOLINI




Poesía mundana



Trabajo todo el día como un monje
y en las noches doy vueltas, como un gato viejo
buscando amor… Voy a proponer
a la Curia que me hagan santo.
Le respondo, de hecho, a la mentira
con gentileza. Miro
como una imagen a los adeptos al linchamiento.
Me observo a mí mismo masacrado, con el sereno
valor de un científico. En ocasiones
cultivo el odio, sin embargo, escribo
poemas de amor puntual.
Estudio la perfidia como una fenómeno
fatal, como si careciera de objeto.
Tengo piedad de los jóvenes fascistas
y a los viejos, que los considero
el peor de los males, les otorgo
sólo la violencia de la razón.
Pasivo como un pájaro que, en pleno vuelo,
todo lo ve y en su corazón se lleva
al vuelo en el cielo la conciencia
que no perdona.