miércoles, 8 de julio de 2020

THOMAS BERNHARD




Duelo



Canto primero:

Se trata de purificar todos nuestros sentimientos,
sacados de los periódicos y de las callejas,
sacados de los conciertos
y de las vísperas,

se trata de purificar nuestro despertar,
se trata de todos los buenos propósitos
y en contra de todas las desesperaciones,
se trata de la yuxtaposición de dos
sinsentidos…

no se trata de esta ciudad ni de otras
ciudades,
no se trata de esta Tierra ni de otra
Tierra,
no se trata de mañana ni de
pasado mañana,
no se trata de todo lo que existe ni de lo que
no existe,
se trata sólo de nosotros dos…


Canto segundo:

Dónde diablos estás, si no estás
en estas espigas, en esta humillación,
si no estás cerca de mí, entonces en parte alguna
no oíste por qué dije que No,
no oíste mi oración fúnebre,
que nada tenía que ver con compasión,
sólo con nuestros difuntos padres…

Dónde diablos estás, para que pueda ir ahí
y adivinarte…
Pero mi muerte es más definitiva que tu muerte,
eso quiero decírtelo…


Canto tercero:

Invierno, me avergonzaba de mi lengua,
llamaba, llamaba,
sin eco era un árbol desecado
sin raíces…
preguntaba a los bosques,
me pudría con los guerreros descompuestos
hasta las sienes, ya no vivía
una vida al margen de la vida…
No mencionaba la palabra de Dios,
despertaba al batracio y a la
perdiz
al gordo faisán y a las hambrientas cornejas
con mi lamento…


Canto cuarto:

Palabras buscan palabras, emigran
de boca en boca…
… y en tus ciudades
y en tus tinieblas
y en tu palabra silenciosa…
nada…

llevan duelo, sostienen
las conversaciones de otras palabras
en libros abiertos sin palabras…

* * *


Canto quinto:

Contemplaba el mar sin ningún destino,
poseído por la idea de la inmortalidad,
por la silenciosa recaída en el desierto de la
juventud…

Dondequiera que llores
estaré yo…
exactamente ese día
mil años
y mil años después
y siempre
contigo
en tu llanto,
y muchos
te mueren
y muchos
que tú lloras
y siempre…
dondequiera que llores
estaré yo…


Escenarios de Verona:

Figuras susurrantes te cubrieron
de tinieblas,
rompieron cadenas, donde tú estabas,
te azotaron con azotes de pájaros…
Monumento de tedio en las colinas heladas,
los días se levantan negros
y tú en tu hambre.

Al final de la tumba escuché
tu voz
en la protesta de la corneja,
con viles mentiras te até
a las orillas del río…

¿Pues quién escribió antes que yo
que nadie vivió antes que tú
y nadie murió,
y nadie estuvo en mí,

quién escribió antes que yo
que la primavera era invierno
y el invierno primavera,
quién escribió antes que yo:
ésos eran nuestros nombres:
un verde negro,
un rojo mate,

quién escribió antes que yo
cómo entraba en las frías tumbas
el viento frío y la muerte fría?

tú en tu sombra,
tú en tu despertar,
tú en tu tiempo,
tú en tu gloria,
tú en tu palabra,
¡tú!

Sobrevivir
a las órdenes de la noche,
tú te refugias en los libros,
a mí me retiene la tierra
con sus pensamientos.



Versión de Gabriel Ferrater

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